Ser feminista es muy cansado
03/11/2015 en Doce Miradas
Las personas que me conocen un poco saben que me encanta viajar. Siempre que puedo, intento hacer una escapada y disfrutar de esos momentos en los que transformas tu mirada. Y no solo la cambias porque alteras el paisaje que te rodea. También porque activas el “modo observación”, que en tu día a día por tu ciudad suele estar apagado, y que consiste en mirar con atención hasta el más mínimo detalle de lo que te rodea. Es una sensación extraordinaria pero también extenuante que puede llegar a producir dolores de cabeza.
Algo similar me ocurre con el feminismo. Cuando te pones las gafas violetas es ya difícil quitártelas. Eso hace que ningún detalle se escape a tu radar, pero también tiene asociado un gran desgaste. Empezando por lo cansado de decir hoy en día que eres feminista. Porque sí: yo lo soy. Ahora lo declaro con orgullo, pero antes de que Doce Miradas entrara en mi vida, formaba parte del grupo de personas que se escondía tras frases como “Yo estoy a favor de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres… pero no soy feminista”. Es peculiar analizar cómo el término ha sido denostado y con el transcurso de los años se le ha dotado de una connotación negativa. Tanto es así que muchas personas creen que el feminismo es lo opuesto al machismo o que está solo reservado para las mujeres. Nada más lejos de la realidad. De hecho, Marcuse indica que uno de los objetivos del feminismo es la construcción de una sociedad en la que quede superada la dicotomía hombre-mujer.Ese cansancio suele ser además inversamente proporcional al cumplimiento de la Ley de Moff que se puede resumir en una lapidaria pregunta: “¿Por qué tienes que analizarlo todo? Hija, has perdido tu sentido del humor”. Y es que ser feminista es muy cansado porque te dejan de hacer gracia muchos chistes y gracietas que pululan por internet, WhatsApp y las tertulias informales de familia y cuadrilla. Ser la aguafiestas de todos esos momentos de “humor” (nótense las comillas) es agotador. Te recuerda al personaje Tristeza de la película Inside Out. Ese que nadie quiere ser…
Ser feminista es muy cansado porque te supone disputas en el ámbito laboral con personas muy cordiales y con las que te llevabas a las mil maravillas hasta que les señalas algún micromachismo, que probablemente no reconocerán e intentarán justificar con razones de lo más peregrinas.
Ser feminista es muy cansado porque desde pequeña te han dicho que señalar con el dedo está muy feo. Ser la acusica de la clase no te reporta precisamente popularidad y callarse, en muchas situaciones, es una postura más cómoda y segura.
Ser feminista es muy cansado porque siempre te estás planteando si no te habrás pasado de frenada. Si el morado no te estará nublando la vista y estarás pecando de conspiranoica… y es precisamente ésta la baza que juegan contra ti.
Ser feminista es muy cansado porque con tus pequeñas acciones en el metro cuadrado que ocupas, no ves resultados a corto plazo y eso te frustra. Por no hablar de la impotencia que sientes al encender el televisor y ver cómo crece el número de mujeres asesinadas, fotografías de política sin políticas, empresa sin empresarias, entrevistas a deportistas para saber si son coquetas obviando sus logros profesionales…Ser feminista es muy cansado porque los días que te encuentras sin fuerzas y no intervienes ante una conversación o te escondes, luego te sientes como una cobarde y traidora.
Termino este post cansada. Más que cansada, agotada. Pero es un cansancio con recompensa. Como cuando sales a correr y luego las endorfinas hacen que no puedas parar de sonreír. Ser feminista es muy cansado, pero es parte de lo que soy, y me gusta.
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El feminismo es libertad, es para la buena vida y, no lo dudes, merece mucho la pena. Enhorabuena, Lorena.
Gracias Noemí. Aunque sea cansado, no dudo que merece la pena. Es parte ya de mi ADN 🙂
Totalmente de acuerdo Lorena, muchas veces comentamos que el feminismo incomoda tanto… que resulta especialmente cansado vivir con las gafas moradas… que en toooodos los ambitos de la vida -pareja, trabajo, familia nuclear, familia extensa, escuela, amistades, eventos sociales… -son aplicables, sin descanso!
En general la rebeldía es carilla… pero qué le vamos a hacer si nacimos mujeres y de Bilbao… pues crecer, aceptarnos y seguir haciendo camino. Soy feminista! Gracias Lorena!
Gracias a ti, Itziar. Somos rebeldes con causa jejeje
Es cansado en ambientes machistas con resistencias activas. En ambientes igualitarios es una fiesta.
¿Y dónde están esos ambientes igualitarios? En mi día a día no los encuentro ;-). Menos mal que tengo espacios como Doce Miradas para descansar.
Enhorabuena, Lorena:
Me ha gustado tu entrada. Y me ha recordado lo cansado que puede ser tambien para un hombre. Por ejemplo, cuando en determinados ambientes salen a relucir ese tipo de chistes a los que hacías referencia y si no te ríes pareces un raro. No es fácil en situaciones así mantener el tipo. No se si es cansado o aburrido. No digamos ya si se te ocurre hacer un comentario que defraude las expectativas del personal. Pero bueno, nadie dijo que fuera fácil, ¿no?
Saludos.
Si es cansado para una mujer feminista, no quiero ni imaginarme para un hombre feminista. Gracias por estar en la brecha, Juan Carlos. Se agradece :-).
¡Enhorabuena Lorena! No sabes como te entiendo. Es cansado, pero el viaje en sí mismo también da energía, saber que estas caminando, moviendo el carromato de creencias culturales, te deja agotada pero feliz. Cuando veo que logro despertar la conciencia de mis hijas ya me siento muy gratificada. ¡Animo!
Muchas gracias Rosa. Tienes toda la razón: es un cansancio que carga las pilas. No dejaremos que nos pare, sino al contrario, andaremos más rápido.
Completamente de acuerdo. Cansa estar siempre nadando contracorriente, pero no puedo evitarlo, sí se puede suavizar actitudes. Esque les quiero a mis amig@s, es importante alcanzar ese difícil equilibrio de la convivencia.
Lo bueno de nadar contracorriente es que te hace más fuerte :-).
Enhorabuena, Lorena, muy buen post. Has sabido expresar muy bien lo que siente mucha gente que ha hecho de eso una causa cotidiana. A ver cómo consigo expresarlo yo, porque es complejo y quiero ser sincero, pero este tema del feminismo me genera a veces una sensación ambivalente. En primer lugar, vaya por delante que estoy a favor, y de forma proactiva (no de boquilla), con la «igualdad de derechos». Me encanta leer la perspectiva sensata y equilibrada de Docemiradas. Pero no consigo sentirme cómodo con el palabro «feminista» porque creo que ya está viciado, no ayuda a la comunicación. Por mucho que se quiera explicar, y redefinir en los términos que tú lo planteas, sigue teniendo (para mí) un sesgo-reflejo del machismo, que empieza por lo semántico. Pero no es eso lo que más me interesa comentar de tu entrada. Lo que quería compartir es que a menudo percibo cierto «feminismo» que no mide bien los tiempos, que peca de un exceso de látigo, de hiper-militancia, incluso de soberbia. Me refiero a actos cotidianos como los que tú refieres en tu post. Me explico, porque voy escribiendo mientras intento pensar mejor (lo que tiene mucho peligro). Lo he sufrido en situaciones relacionadas con el «lenguaje de género», o incluso más con el tema de los chistes y el sentido del humor. No sé, creo que está bien tomarse las injusticias en serio, pero no se puede hacer de todo una bandera, ni apuntar con el dedo a alguien que reproduce hábitos que son muy difíciles de abandonar de la noche a la mañana. Me viene esto a la mente por lo que comentas de estar corrigiendo a la gente con los «micromachismos» 🙂 En fin, quien pretenda cambiar eso de golpe, dando lecciones a to’quisqui, creo que se equivoca, porque puede generar el efecto-rebote. Como en todo, hay que ser mesurados y considerar la diversidad de contextos. Cuando decías que ser feminista es «cansado», me identifiqué mucho con esa idea. Es perfecta. Pero te confieso que al mismo tiempo pensé: también puede volverse «cansino» para los demás si no se miden bien los tiempos y no se hace desde el respeto. Personalmente he vivido situaciones de «soberbia feminista», y es a eso a lo que me refiero. Perdona el rollo, porque igual este comentario desentona con el estupendo mensaje de tu post, y con el que estoy totalmente de acuerdo. Saludos..
Hola Amalio. Como dijo Jack El Destripador, vayamos por partes:
1) El término feminismo/feminista no lo estamos redefiniendo desde Doce Miradas. Al contrario, estamos intentando recuperar su significado original. Como nos dijo María Silvestre en el segundo aniversario de DM, los -ismos, por lo general, han tenido siempre muy mala fama. Me niego a aceptar que se apropien del concepto, así que yo seguiré peleando por él.
2) Acabas de cascarte una Ley de Moff en toda regla jajaja. Vamos, que si estamos de broma, ¿todo vale? Si eso a mí no me hace gracia, ¿no lo puedo decir porque resulto cansina? Yo creo que no actúo desde la soberbia, sino desde mis ideales y convicciones. Y esos no tienen un interruptor para apagarse a ratos, dependiendo del ambiente. Así que no es de extrañar que me canse… jajajaja.
Gracias Lorena por escribir este post y por seguir trabajando por todas al agotarte. Intentemos ayudarte!
No se trata de una lucha individual. Es lo que hace que el cansancio se lleve bien :-).
Enhorabuena Lorena, me ha encantado lo que dices, en mi caso ocurre lo mismo pero con una particularidad. Que soy «hombre» ( lo pongo entre comillas, porque no me considero nada, sólo una persona) y cuando hago un comentario de algún anuncio publicitario o no reírme de los chistes como dices tu más arriba… Pa’qué… No Entra en la mente de muchxs que yo pueda pensar así, porque eso son «cosas de mujeres»… Imagínate la sensación de impotencia y repulsión que esto me supone. Cuando sale la palabra feminista de la boca empiezas a ver como se les desencaja la cara porque hay algo que no les cuadra… Total que me lleva el doble de faena porque parece que me tengo que estar justificando todo el rato… Esto también agota, pero hay recompensa, puesto que hay gente de mi entorno que conmigo omite ciertos comentarios o mejor aún, se corrigen porque saben que en el fondo no es correcto y es ahí cuando tengo mi recompensa 🙂
PD: puede que no esté bien redactado, la pantalla de mi movil no me permite releer más arriba;)
Un abrazo bien fuerte
Hola German. Te digo lo mismo que a Juan Carlos: si es cansado para una mujer feminista, no quiero ni imaginarme para un hombre feminista. ¡Gracias por estar en la brecha! Tenemos que luchar de la mano :-).
Gracias Lorena por tu reflexión. Me has descrito perfectamente.
Yo también utilizo la palabra «feminista» y también veo el rechazo que provoca no solo en hombres si no también en mujeres.
Respecto a los «micromachismos» creo que habría que cambiar esa palabra, no es «micro» lo que está detrás de esas «pequeñas bromas», refleja algo muy profundo que está enraizado en la sociedad en que vivimos, el machismo se ha disfrazado de otras cosas lo que hace muy difícil identificarlo y más difícil acabar con él. Los políticos se han aprendido la lección de lo políticamente correcto y se guardan mucho de cometer una equivocación que los tilde de machistas, pero luego los medios de comunicación sacan listas de las «políticas mejor vestidas, más sexys, más atractivas», ahí tenemos un disfraz del machismos «la moda».
El movimiento feminista no se mueve hace tiempo, estamos en standby, denostadas por las propias mujeres. Y esto cansa mucho, pero tirar la toalla es peor.
Seguiremos.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión sobre los «micromachismos», Olga. Parecen cositas tontas (de hecho, ahí se sustenta la Ley de Moff) pero tienen una raíz de la pera. Son como los icebergs, que solo vemos la punta y luego nos chocamos contra el resto de hielo.
Me siento totalmente identificada con este post. Ser feminista es muuuuy cansado. Me definen como la «defensora de pueblo» aunque a mi me gusta más definirme como «mujer de puño en alto» jejeje
Gracias por este post!
Esther, ese puño en alto siempre. ¡Grande!
Hola Lorena!
Jo! Pues yo voy a ser un poco critico ( y espero que en pocas palabras )
Primero lo de viajar. Que lo utilizas como introducción a una sensación o actitud.
Hoy en día viajar es como una obligación social, como la necesidad dentro una sociedad que ha «dibujado» ciertas actitudes comunes que a mi me parecen más un «postureo» que una necesidad real. Realmente, viajar y descubrir un «paisaje» mejor lo necesita el inmigrante «obligado»
Es hermosos viajar, pero esta sobrevalorado en un sistema de mercado que nos empuja hacia ciertas actitudes idealizadas. No juzgo tu sincera vocación de viajera, juzgo la general actitud de las personas del «primer mundo» a disfrutar del viaje como una necesidad vital; necesidades vitales son otras y muy diferentes.
Una pequeña propuesta, si todo el presupuesto que nos gastamos en solo un año en diferentes formas de viajar «para llenar nuestro espíritu» lo dedicaremos a acciones solidarias…ahí si que cubriríamos grandes necesidades vitales.( Subrayar que yo también viajo )
Segunda propuesta:con el presupuesto de las vacaciones de semana santa, navidades y puentes me vale. 😉
Y ahora la misma idea enlazada con el viaje. Describes el viaje mas que como un placer como una obsesión para ver muchas cosas a la vez. Y esta actitud la llevas al feminismo.
Esto no se como explicarlo, ten paciencia conmigo, please; ¿me tengo que definir como feminista? Por supuesto, no puedo temer a las palabras solo por el significado transversal e interesado de otras personas con intenciones poco solidarias y respetuosas con el prójimo.
Vale, soy feminista y soy hombre, pero no soy beligerante. Y tampoco uso gafas moradas. Pero al ver el mundo sin gafas veo los mismos problemas y recorte de derechos que tu con gafas moradas. En mi caso no es una actitud, en mi caso es el resultado de observar como los derechos de mis semejantes ( las mujeres ) van desapareciendo con el «beneplácito» de muchas de ellas. Sin duda es la actitud del hombre la que merma de sus derechos a la mujer, sin ninguna duda ( ademas con violencia física, verbal y social ) y con una determinación que asusta. Pero la mujer en los últimos 30 años esta siendo su fiel compañera en el mantenimiento de una posición predominante del hombre sobre la mujer. Todavía hay mucho camino por recorrer, ademas de recuperar el camino que hemos des-andado. Sobre todo cuando todavía discutimos si los derechos predominan sobre la cultura o la cultura sobre los derechos -estúpida y maloliente discusión-
Mujeres y hombre son personas. Mismos derechos y obligaciones. Sin mas. Pero hoy en día la violencia física, social y cultural que el hombre ejerce sobre la mujer es bestial. Y lo asumimos como normal poniéndonos a debatir sobre «el sexo de los ángeles» para definir hasta donde los derechos han de respetar las tradiciones culturales de no que sociedades o fantasías religiosas.
Este si que es una viaje emocionante que hay que realizar con calma para poder llegar a todos los sectores de la sociedad, empezando por nuestras hijas que por nuestra desidia forman parte ya de «ese grupo de mujeres que consienten actitudes de dominación por parte del hombre»
-comentarios de chicas de hoy: Si te quieren, que prefieres ¿Que sea celoso o no? ¡Celoso! por que ello quiere decir que te quiere de verdad!- real en una sociedad «avanzada»
PD: Identificar celoso con dominante.
Hola Jabi:
Lo primero de todo, gracias por el comentario. Me ha hecho reflexionar pero creo que al final, no estamos tan separados en pareceres. Te respondo por partes:
1) Simil de los viajes. Como dice el refrán, «no te quedes mirando al dedo que apunta a la luna». Solo quería ser un elemento introductorio que hablara de que no es lo mismo estar con la mirada adormecida que con ella en modo observación. Por otro lado en ningún momento se habla del viaje como una «necesidad vital». De hecho, para mí viajar es irme al pueblo de mis padres, por ejemplo, para reactivar mis sentidos. Viajar tampoco está en contraposición de la solidaridad. Yo misma me he ido este verano a India para echar una mano dentro de mis posibilidades. Como ves, hay muchos viajes distintos ;-). Pero lo dicho, que solo era el dedo que intentaba apuntar a la luna.
2) De nuevo creo que estamos de acuerdo. Si ves las desigualdades entre hombres y mujeres, es que tienes las gafas moradas. Si no lo quieres denominar así, no pasa nada. A mí me vale con que las veas porque de nuevo es una forma de expresarlo como otra cualquiera ;-). En mi post yo no hablo de que el cansancio me lo generen solo los hombres, ni mucho menos. Muchas mujeres también. Y suscribo 100% tu diagnóstico.
¡Muchas gracias por la reflexión!
Hola, acabo de descubrir este espacio desde una red en la que participamos muchas personas del ámbito de las administraciones públicas y, me ha encantado descubrir esta aportación sobre el feminismo. En la sociedad es complicado, ni les cuento -a los que no lo sepan- en el ámbito de la administración pública.
Gracias Lorena por expresarlo de esa forma. Yo también soy ingeniera desde 1976 y eso nos permite analizar la vida con una perspectiva muy interesante, de ahí tu análisis sobre el feminismo tan acertado.
Todos los comentarios son muy agradables de leer y de todos se deduce mucho ánimo y no rendición. El feminismo va en el ADN y por eso no podemos renunciar a defenderlo, pero, insertandolo en la perspectiva del Humanismo ya que, el día que dejemos de hablar clasificando a los seres en grupos concretos: mujeres, hombres,…….etc, entonces habremos llegado al punto ideal y eso, todavía, no es posible.
Me encantan los osos porque les gusta el salmón igual que a mí y ¿sabes Lorena? Porque nadan contracorriente.
No me canso de ser feminista, lo soy desde que soy consciente de que por ser mujer debía aceptar ciertos condicionamientos y, aprovecho para recordar a mi madre que fue la mujer con más sentido de la libertad de pensamiento que he conocido y me enseñó a expresar mis ideas desde el respeto y defender mi condición de mujer y ser humano ante esos anclajes discriminatorios en la sociedad.
El feminismo ha variado mucho según los tiempos que se vivían y quizás ahora tengamos que retomarlo con otra perspectiva. En cualquier caso, hay que seguir. Con sentido del humor y mucha paciencia, pero, dejando muestras en nuestras actividades del día a día de lo que puede mejorar la sociedad si tenemos en cuenta una visión más feminista de las cosas o, al menos, corregir aquellas cosas que afectan su evolución.
Un saludo a todas las personas que han aportado comentarios o lo hagan en un futuro.
Gracias por dejar tu visión en este precioso comentario, Mª Dolores. Me ha puesto la piel de gallina. Será la conexión entre ingenieras ;-). Un abrazo
Gracias a ti por el artículo y abrir brecha.
Otro abrazo.
[…] vez ciertas frases y afirmaciones. Como soy de las que trata de tomárselo con humor para no acabar agotada (aunque os confieso que no siempre lo consigo), he decidido ponerme manos a la obra con algún […]
[…] decía Lorena Fernández, ser feminista es muy cansado. Pero no pasa nada si hay que parar a tomar fuerzas para seguir después a un ritmo que, sin dejar […]
Totalmente de acuerdo,,,, es muy cansado, por mas que una vez feministas, no se puede volver atras, feliz de serlo, pero muy cansada algunos dias.
Lorena, yo también estoy muy cansada, tanto que me encantaría tirar la toalla.
Esta lucha me crea tantos dolores de cabeza, que a veces pienso que debería hacerme la tonta y seguir el curso de la vida.
Me agota tanto…que me aburro a mí misma, no sé si me entendeis
Te entiendo perfectamente, Rocío. Por eso es importante que seleccionemos nuestras batallas. Y en el resto, no gastar ni una gota de sudor 😉