Las mujeres, el poder y la pasta

24/06/2014 en Doce Miradas

Organizaciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europa, o entidades privadas como McKinsey y Goldman Sachs, llevan tiempo exhortando sobre la necesidad de incluir a las mujeres en la economía global.

“¡Oiga! Pero si las mujeres ya están en la economía global”, habrá quien diga. Y sí, sí… cierto es que estamos. De hecho, trabajamos mucho y duro. Pero no estamos en todas partes y es aquí donde se esconde el quid. Porque faltamos ahí (dedo apuntado al cielo). Faltamos ahí arriba. Donde empieza todo… Donde habitan el poder y el dinero; esa unión interesada, sempiterna y… tan masculina.

Cuánto más alto el vuelo, más abajo las mujeres (teoría nº 1)
Allí donde se toman las decisiones que gobiernan el mundo, la presencia femenina es menor que en las minas del rey Salomón… Allí están ellos. Según la gente de Forbes, que hace listas para todo, de las 72 personas más poderosas del mundo en 2013, 9 eran mujeres. Una presencia en el poder del 12%, por tanto, frente a otra del 50% en la sociedad. ¿Y qué sucede con la lista de multimillonarios? Pues en ésta, entre las 100 personas más ricas del año 2013, el 11% eran mujeres.

Empresarios

Reunión de Rajoy con los empresarios en mayo de 2014

Tal y como apunta la directora del Instituto Europeo para la Igualdad de Género, Virginija Langbakk, el salto de género más grande está precisamente “en el área del poder”. Señala, asimismo, que en la UE no estamos siquiera a mitad de camino en la conquista de la igualdad en lo relativo a la toma de decisiones de alto nivel. En este vídeo, explica cristalino la trascendencia que tiene que las mujeres estén allí donde se decide el destino del conjunto. La trascendencia de llegar al poder.

Y ¿qué hay de las mujeres en los puestos de mando? Sólo un 10% de las mujeres ocupa cargos en la alta dirección. Los Consejos de Administración de las empresas del IBEX —obligados por ley nacional y europea a contar con una presencia femenina no inferior al 40%— no llegaban al 14% en 2013. De 490 consejeros, sólo 68 eran mujeres y todavía hay 4 empresas sin una sola mujer con algo que aconsejar: Endesa, Gas Natural, Sacyr y Técnicas Reunidas. Nótese.

No obstante, a mi modo de ver al menos, el clamor llega cuando dirigimos la mirada en otra dirección y nos encontramos con cifras como ésta: el 60% de las licenciaturas corresponde a mujeres. ¿Conclusión objetiva y demoledora? Ellas están mejor formadas, pero son ellos quienes llegan a lo alto. Haces toc-toc y suena a cristal del duro.

Bajando a tierra
En lo relativo a las diferencias en el ámbito económico-laboral, los datos parecen indicar que con arreglo al ritmo de avance actual, en Europa necesitaremos cerca de 30 años para alcanzar el objetivo de tasa de empleo femenino, y unos 70 para hacer realidad la igualdad salarial. Ésa que quedó promulgada en el Tratado de Roma del 57 y que candorosamente decía aquello de “a igual trabajo, igual paga”.

¿Y cómo está aquella brecha salarial casi 6 décadas después? Pues tal que así: por cada 84 euros que gana ella, 16 más que se lleva él. En resumen, las mujeres europeas regalamos 59 días al año, y en países como Alemania o Austria, algo más incluso. Que la desigualdad allí supera la media del 16% para alcanzar el 20. (Dato ser malo… y mujeres estar cansadas de ser pacientes y generosas).

 

Relacionado con este capítulo nos encontramos además con algunas derivadas que exigen mención. Por ejemplo, el arraigo de la idea a la hora de despedir, de que el desempleo masculino es más serio que el femenino. (Ya se sabe que el cabeza de familia es quien procura la caza y todo eso…). Y nos encontramos también con que, consecuencia de este combinado, las pensiones de la mujer europea son inferiores en un 38% a las de los varones y que, por ende, su riesgo de caer en la pobreza es superior.

Mafalda

A por el siglo XXI
Dicen que Gabriel García Márquez afirmó que “lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar a la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo”. Aventurado darle la razón, aunque no cuesta comprender su descrédito por el chiringuito en el que vivimos (un vistazo a cualquier portada de periódico y coincidimos en masa). En todo caso, son cada vez más frecuentes las experiencias de éxito que apuntan que la presencia efectiva de mujeres en los órganos de decisión de gobiernos y empresas es suficiente para marcar la diferencia. Es lo que tiene la diversidad. La incorporación de nuevos valores, capacidades, ideas, energías… Enriquece.

Ya lo señaló Covadonga Aldamiz-echevarría en su entrevista con Begoña Marañón, aquí en Doce Miradas: existen informes como el de Catalyst que indican que entre las 500 empresas más grandes de todo Estados Unidos, “aquellas con más mujeres en sus juntas directivas generan un 42% más de beneficios sobre ventas y un 66% sobre capital invertido”. Ahí es nada. Si esto no es un motivo de peso para las empresas avispadas, ¿qué puede serlo?

Pues aquí va otro: las mujeres toman el 80% de las decisiones de compra.

El día que las mujeres comprendan que pueden, volarán (teoría nº2)
La presencia de las mujeres en las altas esferas ronda el 10-15%. Verdad verdadera cuya evolución depende de múltiples factores: la implementación de políticas públicas serias y, sobre todo, coherentes; un cambio en la cultura empresarial (por los motivos que sea); la concienciación de la sociedad sobre la necesidad de cambio; el apoyo de los medios de comunicación; el impulso desde el ámbito educativo y… (parece ser), la evolución depende también del paso del tiempo. Más paciencia, por tanto, para ese hueco mullido en las nubes.

Mass Madera

De cada 10 decisiones de compra, 8 corresponden a mujeres. Segunda verdad verdadera y poderoso motor de cambio para volar a altura que cada cual desee. Porque  éste lo arrancamos nosotras. Y es que el día en que las mujeres adquiramos conciencia (individual y colectiva) de que no estamos donde debemos, ese día dejaremos de hablar de evolución para empezar a hablar de revolución y transformación… Un cambio radical del que podemos ser protagonistas, propiciado por el fin de la paciencia y la vuelta a la acción. Y además, habrá más hombres que en el pasado empujando. Sólo queda decir, lean por aquí y por allí para amueblar sus argumentos… y, por supuesto, más madera!

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Ana Erostarbe

Periodista en comunicación estratégica. De las que no se aburre. Me gusta escribir, la poesía, sacar fotos... Pensar y hacer. La música me atraviesa y la naturaleza me turba. Creo en un mundo mejor y en que el sol es cosa de todos. La buena gente, cerca, y el ruido, mejor lejos.

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