Y después del 8 de Marzo, ¿qué?
10/03/2015 en Doce Miradas
El calendario de Doce Miradas ha querido que me toque publicar esta semana, cuando todavía estamos con la resaca del Día Internacional de la Mujer. Es un día que me genera sensaciones encontradas. Un día que me deja completamente saturada del aluvión de noticias, informes y promesas que, en torno a nosotras, nos llegan. Y cuando coincide el día en plena campaña electoral, que es casi siempre, creo que nos convertimos en el arma arrojadiza para muchos. Y no me gusta.
Para empezar, me sorprende y me molesta profundamente que todavía hoy en día algunos medios de comunicación (un querido compañero ya se llevó la primera reprimenda), sindicatos, empresas y un largo etcétera lo denominen el Día de la Mujer Trabajadora. ¡Que no! Les digo cuando lo escucho, hablando yo sola, por supuesto. ¡Que no es el día de la mujer trabajadora! Parece mentira que cuando lo vean escrito o lo pronuncien no les salten unas cuantas alarmas: la de la redundancia, en primer lugar. ¿Mujer trabajadora? El sustantivo mujer ya trae implícito el significado de trabajadora, no necesita adjetivo. La del error, porque hace ya muchos años que no se denomina así, simple y llanamente, y la de la falta de rigor, por supuesto. No es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Pero sí es un día que, para mí, refleja algunas contradicciones.
Y la primera la encontré en el cartel de la campaña de Emakunde que nos llegó a nuestro centro de trabajo, como cada año, para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres, que así lo denomina Emakunde. Lo colgamos en el centro de la oficina, para tener bien presente su lema y, después de verlo dos veces, me pareció que estaba incompleto. El lema de la campaña, como ya habrán visto, es el siguiente: “La sociedad va avanzando en igualdad, evitemos los pasos hacia atrás. Hagamos del derecho a la igualdad una realidad”. Y hasta aquí todo bien. Efectivamente se percibe que estamos retrocediendo en materia de igualdad real. Hace mucho tiempo ya pensaba que vamos de mal en peor y la campaña de Emakunde, que es un observatorio siempre muy relevante, ha venido a confirmar mi tesis. Pero la imagen de la campaña nos presenta a una chica joven que de cintura para arriba avanza hacia delante, pero de cintura para abajo camina hacia atrás.
Y en ese momento pensé: pero, ¿los pasos hacia atrás solo los damos nosotras? ¿Evitar los pasos hacia atrás es algo exclusivo de las mujeres? ¿No falta aquí, de nuevo, como tantas veces hemos faltado nosotras, el 50 % de la sociedad, es decir, los hombres? ¿No puede y debe ser un aviso para todos esta campaña? De hecho, se menciona a la sociedad, compuesta por hombres y mujeres, como bien sabemos todos, y me cuesta comprender que solo nosotras tengamos que evitar los pasos hacia atrás. ¿Una mirada retorcida? No lo creo. Bastante compartida, por lo que he podido comprobar. ¿No he comprendido bien el lema de la campaña? Puede ser. Aún así me permito ofrecer una nueva imagen para completar el cartel y evitar de verdad los pasos hacia atrás.
Me falta combinar ambas fotos para que caminen juntos. Porque así deberíamos estar mujeres y hombres, unidos por el aviso. Mujeres y hombres unidos por el riesgo de retroceder, caminando en la misma y única dirección, la del derecho a la igualdad real. Perdón por la osadía, pero me gusta más así. Aunque en el fondo estamos de acuerdo, muy de acuerdo. Como alerta Emakunde, la crisis, la percepción sobre el control de la pareja o la banalización de la violencia machista son indicadores peligrosos que revelan pasos hacia atrás en materia de igualdad real. Pero pasará el 8 de Marzo y ¿qué nos encontraremos? La triste realidad.
¿O nos hemos olvidado ya de la brecha salarial? Aquella que por el mes de febrero, en el Día por la Igualdad Salarial, conocimos a través de un informe de UGT. La brecha salarial que entre hombres ymujeres se había situado en el 24 por ciento, llegando a ser la más alta de los últimos cinco años. La brecha que significa que para cobrar una pensión de la misma cantidad una mujer necesita trabajar once años y medio más que un hombre en un trabajo de igual valor. Y no hemos salido a la calle. Estos datos se han actualizado ahora con el último informe de la OIT que marca la brecha salarial o brecha de género en un 17 por ciento, pero añade otro dato: que si no existiera discriminación por género, las mujeres deberían ganar hoy en España un 2 por ciento más que los hombres. Lo explica claramente @PepaBuenoHxH. Por ser mujeres. Y apenas he oído hablar de esto. Y sobre el miedo a instalarnos en la precariedad, en la doble precariedad, también nos alertaba @saradelarica. La economista y catedrática de la UPV explicaba que, además de los empleos temporales, los empleos a tiempo parcial estaban aumentando para las mujeres, lo que podía instalarnos en esa doble precariedad. Y constataba que la gran mayoría de las mujeres no quiere trabajar a tiempo parcial.
La triste realidad se me presenta igualmente a través de un informe que llegaba a mis manos y que pretende ser modelo y guía para la implantación del trabajo flexible. Al analizar los grandes cambios sociales acontecidos en los últimos años decía: “la incorporación de la mujer al mercado laboral genera un nuevo problema, como es la dificultad de conciliar la vida personal,familiar y profesional de laspersonas; fundamentalmente de las mujeres. Ya que tradicionalmente el cuidado de nuestros menores y mayores ha descansado sobre la mujer”. Tal cual.
Y, para terminar, que sepan ustedes que la mujer es la compañera del hombre. Lo dijo Mahatma Ghandi y la tienen como frase de portada en la web de Naciones Unidas. También con motivo del dichoso día. De ahí mis sensaciones encontradas. Ya no me quedan palabras. Por todo esto y mucho más que cada semana traemos a este blog, a mí me preocupa lo que nos espera después del 8 de Marzo. Porque no veo a quienes tienen la responsabilidad para provocar los cambios definitivos tomando medidas urgentes. Son profesionales del diagnóstico, pero veo que no avanzan en las soluciones. Esto nos espera después del 8 de Marzo. La triste realidad.
Begoña Marañón
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Gracias por la propuesta en voz alta, Begoña. Aún a riesgo de no aportar nada más a lo mucho y bueno que nos has dejado escrito, apunto mis respuestas a la pregunta del título de tu post. Después del 8 de Marzo vienen el resto de los días en los que la fiebre buenista se nos va pasando, y en el mejor de los casos, dura un par de semanas. Después del 8 de Marzo nos siguen sobrando motivos para estar aquí, ahí y dónde haga falta, cómo haga falta. Después del 8 de Marzo tendremos que seguir en el «insistencialismo», porque los 364 días del año deben ser para hombres y mujeres, en radical igualdad. Eskerrik asko!
Muchas gracias Pilar por tu comentario. Yo también creo que la fiebre buenista se nos irá pasando. Por eso hay que estar muy alertas a los otros síntomas, los que nos advierten de que el virus sigue ahí.No podemos acostumbrarnos al malestar general.
Eskerrik asko!
Begoña
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[…] de resaca. Igual que Begoña Marañón tras el 8 de Marzo. Igual que una jovenzuela, tras un sábado de parranda, un domingo por la mañana; o un señor de […]