Señoras, vivimos en un casino y la banca siempre gana
18/09/2018 en Doce Miradas
En los casinos, la banca siempre gana. En los últimos meses, diversos acontecimientos me han convencido de que vivimos en un casino y las mujeres llevamos las de perder. Es un bajón de conclusión pero ser consciente de algo, a veces propicia la solución. El caso es que la vida está trucada. Los trileros existen. Cómo si no se explica que las mujeres cada vez estudiemos más que los hombres pero sigamos ganando menos o que cobremos menor salario por igual o similar trabajo y en consecuencia percibamos pensiones que son un pasaporte a esa pobreza programada que nos contaba nuestra ‘mirada’ Ana Erostarbe en su reciente y certero post.
Cómo se explican si no esas sentencias judiciales en las que los hombres pagan poco o nada por violar a mujeres y niñas (también niños), una de las más sangrantes y reciente, la de ese hombre condenado a solo tres años y nueve meses de cárcel por violar durante más de cinco años a una niña vecina de solo 5 años porque no quedó probado que opusiera resistencia. ¡Una niña! Una sentencia “impecable”, dijo después el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, José Luis López del Moral. Sí señor, para estar muy orgulloso.
Cómo si no se explican esas noticias en prensa en las que los hombres que maltratan y asesinan son siempre presuntos, algo que no sucede cuando excepcionalmente se da un caso en que la mujer es la sospechosa de asesinar y a ella se le priva del ‘presunta’.
Cómo se explica si no que pese a haber en España un 52,7% de juezas tengamos que ver en pleno 2018 esta anacrónica y vergonzosa foto como la imagen del inicio del año judicial? Lo mismo sucede en medicina, en educación, en la literatura supuestamente más elevada…
Cómo si no se explica la oposición social todavía hoy en día a que las mujeres puedan desfilar vestidas de soldado en una fiesta como los alardes de Irun y Hondarribia? El otro día, 11 de septiembre, en la tertulia de Está pasando de ETB, un señor del que solo me quedé con que era cirujano plástico, ‘cirujano plástico negro’ en adelante para mí, se mostraba indignadísimo con que las mujeres quisieran vestir de soldados. ¡Huy, huy huy, qué falta de respeto a la tradición y al rigor histórico! Todo, porque en la época recreada los soldados eran varones, justificaba. Según ese argumento las mujeres no podríamos hacer nada porque en tiempos pasados todo lo considerado relevante lo hacían los hombres. No sé qué dirá la tradición sobre la cirugía plástica, por cierto.
Cómo si no se explica que se estén creando ‘granjas’ de mujeres para que tengan los hijos de otras personas con más recursos económicos. En España es ilegal, pero se legaliza de forma indirecta al permitir que se acuda a otros países. Cómo si no se explica que exista la prostitución y la trata, mayoritariamente de mujeres. Es un trabajo como otro cualquiera, dicen quiénes lo defienden. Y lo más sorprendente: cómo están luchando algunos hombres estos días a brazo partido, a raíz del fallido sindicato de prostitutas, defendiendo la libertad de las mujeres para ser prostitutas. Flipo con su tesón y entrega. Si pusieran tanto empeño en defender nuestra libertad para ocupar puestos de responsabilidad, la igualdad estaría ya conseguida.
Cómo si no se explican tantas y tantas cosas que van contra la lógica, la justicia, el sentido común y la bondad. Podríamos seguir y seguir. Ni siquiera es cierta esa máxima según la cual la igualdad está ya conseguida por ley y lo que falta ahora para lograr la igualdad real es el cambio de mentalidad, el cambio en la calle, en la sociedad. Tampoco eso es cierto. Esas injustas y vergonzosas sentencias que antes mencionaba están sujetas a la ley. Las dictan porque la ley se lo permite.
Las mujeres nos esforzamos animadas por una ilusión de igualdad. Con esfuerzo lo conseguiremos, pensamos. Pero nos damos una y otra vez con techos que ni siquiera son de cristal para la mayoría, con paredes de cemento, con suelos pegajosos y puertas cerradas. Estamos jugando con la baraja trucada. Así no hay quien gane. Todas las estructuras que rigen nuestra vida las crearon hombres, en muchos casos machistas. Este casino se inventó para dejar a las mujeres fuera de juego. En la actualidad nos dejan entrar y participar, que creamos que tenemos opciones de ganar. Pero la banca siempre gana. Está pensada para que así sea. Para que los de siempre mantengan el poder. Claro que de vez en cuando alguna lo consigue. Como en los casinos. Esa es la estrategia: que sigamos pensando que se puede. ¿Pero a que nadie, fuera de la familia Montoya, cree que puede confiar en los casinos para ganarse la vida y prosperar?
A pesar de haber llegado a esta conclusión oscura, no renuncio a compartir este mundo en igualdad de derechos y oportunidades con los hombres. No hay nadie conformista en Doce Miradas. Aspiramos a la transformación social. Está claro que necesitamos cambios profundos, estructurales. No llegaremos a ninguna parte jugando con estas cartas que nos reparten. Con estas estructuras caducas. No basta con parchear la superficie. Hay que hacer saltar la banca o derribar el casino. Yo ya no me lo trago. Esta vida está trucada.
María Puente
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María, enhorabuena por tu artículo y gracias por la cita. Me quedo con el mal cuerpo que deja tomar conciencia de tanta injusticia junta. La cuestión es que, ilusión o no, no podemos más que pelear y seguir denunciando abiertamente todo aquello que merezca un dedo cansado apuntando… Porque de lo contrario la partida está perdida con seguridad. «El no ya lo tienes», me ha dicho toda la vida mi madre. No sé si viene muy al caso, pero aunque el muro parezca más grande que el que defiende los Siete Reinos de las tierras salvajes, toca intentarlo. Por nosotras, por hacer justicia a todas las mujeres que a lo largo de la Historia han peleado y por todas las que vendrán. Gracias por echar leña al fuego. Hay que derretir ese hielo.
Según estudios recientes, el 80% de las decisiones de compra ( en occidente) las deciden las mujeres……
Porque no somos conscientes de ese gran poder ?
Porque no orientamos nuestras compras hacia las empresas que apoyan el avance de la mujer hacia puestos Directivas y de poder?
Porque no nos comunicamos, creamos redes y acordamos consumir ( exclusivame )en Las empresas que apoyan la igualdad?
Si queremos Somos un grupo de presión
Eskerrik asko María y felicidades por un artículo tan certero y bien estructurado. Sí que se queda mal cuerpo, pero no queda otra que ser conscientes de a que nos enfrentamos para plantarle cara y seguir en la denuncia y la pelea…A quemar el casinooooooooooooo!!!!!!
Felicdades María: Gracias por tu post, como siempre tan acertado. Aunque son temas duros y nos remueve todo en nuestro interior, también nos motiva para seguir peleando siempre que ocurran temas en los que debamos involucrarnos, y por desgracia es tan a menudo.
[…] caigamos en la impotencia; las cartas están marcadas, como recordaba María Puente el otro día, pero podemos cambiar las normas del juego. La […]
Es impresionante tu alegato de situaciones de desigualdad y comprensible el agotamiento en tan ardua defensa. Te animo a persistir, como dices, en el empeño de alcanzar la meta de igualdad que en justicia corresponde a las mujeres. Hay que reconocer que los logros de los últimos 70 años han sido superiores a todo lo conseguido en la historia de la humanidad. Los efectos del esfuerzo actual son subyacentes y se manifiestan en un futuro cada vez más inminente. Es una siembra que germina ya a velocidad exponencial.
Animo.