¡Guapa! ¡Te lo voy a comer todo!
08/07/2014 en Doce Miradas
Suena mal el título ¿verdad? Es un tanto ordinario, ¿a que sí? Hasta tal punto de que algunas de mis compañeras de Doce Miradas me observaron con cara de “no tendrás el valor…” cuando les dije cómo pensaba empezar este post. Pues sí, me he tirado a la piscina. Y eso que, como digo, suena mal, es una ordinariez y una grosería. Pues esa ordinariez, esa grosería, y otras por el estilo, las tenemos que soportar prácticamente todas las mujeres a lo largo de nuestra vida. Y da igual que seas guapa o fea, alta o baja, delgada o gorda, joven o vieja… Da lo mismo. Siempre hay un “machito” dispuesto a sugerir alguna inconveniencia de este tipo. Y si además van en manada, mejor que mejor. La incongruencia sube de tono y hasta pueden corearla si tienen tiempo para “dedicarte”.
Es un tema que me preocupa profundamente. Por varias razones que voy a tratar de exponer y si se me da bien, hasta de explicar.
Recuerdo que era verano. Creo que sería el de las vacaciones de octavo de E.G.B. o como mucho de primero de B.U.P. Se me acercó un señor mayor. Muy mayor. Y me dijo algo muy bajito. Incauta de mí que aún no sabía de qué iba aquello, le sonreí y le dije que no le había entendido. Y entonces sí que le entendí. Me espetó una burrada que no voy a repetir ahora. Y de esa forma tan brusca me introdujo en el mundo en el que las mujeres somos la diana de sus ordinarieces. Y lo que es peor, experimenté por primera vez la reacción que luego, y con mucha rabia por mi parte, he repetido a lo largo de mi vida una y otra vez: sonrojarme, decir un imbécil muy bajito, y marcharme lo más rápido que he podido de allí. Sin mirar para atrás, no vaya a ser que encima sonría con satisfacción. Y no sé qué me enfada más: si que el “salido” de turno me diga una cosa de este estilo o mi reacción de no plantarle cara. Porque yo siempre he alucinado con mi forma de actuar ante estas situaciones, similar, muy similar, a la de muchas otras mujeres. Quienes me conocen, saben que lo políticamente correcto no es precisamente mi fuerte, que soy muy clara hablando y que no me gustan las medias tintas. Pues algo pasa en mi mente, que cuando un “señor” me dice algo, hago lo mismo que la primera vez: sonrojarme, susurrar bajito y salir “por patas” de allí. Y sólo le encuentro a esto una explicación: que la programación a la que nos han sometido a las mujeres y a los hombres, es que ese ser “superior” que es el hombre, puede decirte lo que quiera, cuando quiera y donde quiera y que tú, mujer débil, ser inferior de la especie humana, tienes que aguantar este tipo de cosas por la calle y hasta incluso, si me apuras, estar agradecida por ser objeto de deseo. Ante el hombre, su superioridad y su deseo sexual, una tiene que agachar la cabeza y aceptar. Aunque no quiera. Porque esto es así y está institucionalizado desde el hombre de las cavernas (expresión, también socializada y admitida de la que se deduce que en las cavernas sólo había hombres y nunca mujeres, pero eso ya es tema de otro post).
Por otro lado, me preocupa también la actitud de los hombres, que no van de machistas e incluso ondean la bandera feminista o cuando menos la de la defensa de los derechos de la mujer, cuando les cuentas historias de este estilo de las que, estoy más que segura, ellos han sido testigos y, algunas veces, hasta partícipes, aunque quiero pensar que no, que mis amigos no. La risa, y por lo tanto la incomprensión, están aseguradas. Te llegan a decir que ojalá y les pasara a ellos, que alguien les dijera eso por la calle porque se sentirían hasta afortunados, con lo que casi casi te están diciendo que de qué te quejas y que tendrías que sentirte halagada. Y ves que no se dan cuenta de la agresión que significa para nosotras hasta que les preguntas que qué sentirían ellos si un día por la calle, no ya una señora de buen ver (que es lo que les viene a la cabeza) si no un hombre con cara y voz de deseo, se les hubiera acercado cuando tenían catorce años y les hubiera espetado una grosería de este estilo. Y entonces, la cara les cambia. Porque ya no se trata de que el ser “inferior” y sometido de la especie les diga algo que les provoque, sino que otro ser “superior” a ellos les proponga algo que les repele. Y les haces hincapié en lo de los catorce años. Y las caras se les vuelven a cambiar.
Entonces es cuando ya les puedes explicar que lo que te dicen es como si te hubieran dado una bofetada en pleno rostro. Que es mucho más que una grosería y por supuesto, algo muy alejado de la gracia. Que es un ataque y que, como todo ataque, es violencia. Violencia verbal pero violencia al fin y al cabo. Violencia. Violencia machista. De la que sigue estando socializada y de la que, sin lugar a dudas, emanan otro tipo de violencias, entre ellas, la física. Que cuando hablamos de cambiar las cosas, no sólo nos referimos a las grandes, a las que parecen más importantes, a las políticas sociales. Hablamos también de eliminar esos comportamientos admitidos en la sociedad pero que, no por soportados, dejan de ser insoportables, y que muchas veces son el origen de otras conductas mucho más graves. Y que, además, las mujeres también interiorizamos esas actuaciones como algo normal. Que nos enseñaron que si vas por la calle y alguien te dice “tía buena”, o disecciona cada una de las partes de tu cuerpo como si fueras una rana y hace un comentario sobre alguna o algunas de ellas, tienes que sonreír y sentirte halagada. Y sonríes y te sientes halagada. Porque así te lo dijeron. Aunque no te haga ni gracia. Aunque sabes que, por respeto a otro ser humano, tú no lo harías nunca. Pero cuando ya pasa a mayores, te sientes ofendida pero también culpable y te miras a ver si te has puesto la falda más corta de lo habitual, los tacones más altos o el escote adecuado.
Violencia. Culpa. Actitud interiorizada, socializada y admitida, disculpada muchas veces como un “micro-machismo” como si las proposiciones sexuales estuvieran al mismo nivel que cuando te sirven a ti el café y a él la cerveza.
Me preocupa también esa normalización de esta actitud por parte de las mujeres y creo que ése puede ser el origen de los resultados de la encuesta europea sobre la percepción de las mujeres hacia la violencia machista, en los que se desvela que las mujeres del norte creen que hay más machismo en su país que el que perciben las féminas de los estados del sur pero que las del sur denunciamos más que las del norte. Porque en el norte, un piropo, una mirada mal echada, una grosería, es considerada como una actitud machista mientras que en el sur, un piropo es agradecido, una mirada mal echada es soportada y una grosería es gruñida por lo bajinis. Y denunciamos más aquí porque las cosas llegan más veces, más lejos que allí motivado, quizás, porque la ciudadanía entiende como normales situaciones que no lo son.
Y que nadie piense que me voy a los extremos. A mí no me molesta que mis conocidos y conocidas me digan qué guapa estás esta mañana. Me lo tomo con tanta normalidad como cuando me dicen que qué mala cara tengo y que si he dormido bien. Pero sí me indigna que alguien a quien no conozco de nada se atreva, en voz alta, a opinar sobre mí, sobre mi aspecto físico, mi anatomía, mi forma de andar o las curvas o no curvas de mi cuerpo. Tanto para bien como para mal. Porque siempre, cuando me he alejado unos pasos del hombre en cuestión siempre se me ocurren dos preguntas que nunca me he atrevido a plantárselas en la cara: ¿quién te has creído que eres tú? Pero sobre todo ¿q-u-i-é-n t-e h-a-s c-r-e-í-d-o q-u-e s-o-y y-o?
Miren Martín
Latest posts by Miren Martín (see all)
- Me duele el alma - 20/06/2017
- No me gusta Trump. No me gusta Clinton. - 15/11/2016
- Un brindis por los 50. - 05/04/2016
Miren, que yo he reflexionado mucho sobre este tema y tengo hasta doctorado. Estoy de acuerdo con todo lo que dices en el post. Tras años de estudio, lo achaco todo a lo que denomino ‘la fantasía del concurso de misses’. Algunos hombres están convencidos de que la vida es como un concurso de misses. Alguien debió decirles algún día que ellos son el jurado y que nosotras somos participantes o aspirantes, lo queramos o no, aunque no nos hayamos inscrito en ningún sitio. Sólo así se explica que hombres de todo tipo, contrahechos, desnutridos o nutridos en exceso, con un desarrollo físico que en ningún caso provocará placer visual a ser alguno, tengan el arrojo de acercarse a ti a espetarte lo que opinan sobre tu belleza o falta de ella. No hablo ya del piropo chusco o el grito machirulo soez que incita a una respuesta de violencia extrema, sino a tipos supuestamente normales que cruzan una calle, se acercan al lugar en que te estás tomando una caña con los amigos y se sienten autorizados a soltarte su veredicto, convencidos de que su rol en esta vida es el de jurado y el tuyo el de concursante. Propongo corona afilada invertida para ellos y corta vida al rey. Así, de buen rollo :)
Hola María, me encanta que te haya gustado. Piropo chusco, grito machirulo, notas que nos ponen por la calle como si fuéramos un concurso de algo al que ni tan siquiera nos hemos presentado… Y como muy bien dices, hombres con cualquier aspecto físico, muchas veces penoso, se atreven a juzgar a cualquiera.
Me hace ilusión especial tu comentario.
Un abrazo
María y Miren:He reflexionado sobre lo que opináis; tenéis razón.La indignación que nos provocan está totalmente justificada;Yo como todas he sufrido humillaciones,ofensas y faltas de respeto arbitrarias, y he sentido rabia e impotencia.
Y me pregunto por qué.¿por qué ocurre?Desde luego que mi primera respuesta es el machismo,la prepotencia y desconsideración masculina que les lleva a pensar que las mujeres como colectivo,son una posesión de los hombres,como colectivo.Pero¿porqué humillar y herir a tu posesión?¿por qué es vital para ellos hacernos saber»quien manda»?
La respuesta es que dependen absolutamente de nuestra valoración,necesitan que las mujeres les presten atención, o como mínimo adviertan su presencia(léase «existencia»).Es una condena que le ha sido impuesta al hombre,o tal vez auto-impuesta;no sé si es por imperativo biológico, o sociológico o ambos. Lo que sí sé es que su equilibrio emocional,su autoestima depende de que una mujer le escuche, le mire y por un segundo al menos lo imagine como pareja sexual. Y yo creo que su agresividad, su ofensiva prepotencia,es el disfraz de su inseguridad.
Las mujeres por nuestra parte, hemos sido adiestradas por los hombres al mando y de acuerdo a su conveniencia,en sumisión,generación tras generación hasta hoy mismo; Como bien dice Miren la mayoría de nosotras reaccionamos a estas agresiones con una apocamiento insólito en otras situaciones;¿y que hacemos después? nos refugiamos a despotricar con otras mujeres, quejarnos de los hombres y sorber nuestras lágrimas; asumimos por tanto nuestro rol de oveja,y nos arropamos entre las de nuestra especie para armarnos de valor,
¿no es ésto perpetuar las relaciones desequilibradas de poder hombre-mujer?Pensemos un momento..si sentimos que por la calle o en un bar una mujer cualquiera nos ha ofendido¿como reaccionaríamos?¿cual sería nuestra actitud? desde qué posición mental nos dirigiríamos a esa mujer y le hablaríamos reprochando su acción?.Estoy segura que todo sería muy distinto.Nosotras somos rehenes de nuestra presunta debilidad y nos resistimos a convertirnos en individuos de igual rango ante los hombres.
A veces pienso, y puede que me equivoque que la discriminación hacia las mujeres durará tanto como las mujeres permitan que dure; y puede que las cosas sigan así porque la mujer es la depositaria de la verdadera sabiduría,e independientemente de su cultura,raza o clase social siempre ha sabido que lo único que merece la pena en la vida es la paz; Tal vez por eso consiente a los hombres,cede oportunidades en su favor y minimiza sus ofensas…
Un abrazo
Hola, estoy 100% de acuerdo con lo que comentas. Reflexionando sobre el tema que propones me he dado cuenta de una cosa que incide en lo que decimos muchas veces: todo viene de lo aprendido. Nos enseñaron que el piropo era bueno, que te tenías que sentir agradecida, que estaba bien. Por eso los hombres se sienten bien cuando lo dicen (para algunos dentro del piropo entra la grosería), porque les dijeron que nos íbamos a sentir halagadas y que casi casi ellos estaban obligados a decirlos y, por supuesto, estaba permitido, bien visto, les convierte en personas graciosas y hasta amables, si te descuidas. Y por eso nosotras bajamos la cabeza y musitamos lo que sentimos. Porque si nos enseñaron que estaba bien ¿por qué a mi no me gusta? ¿por qué me siento fatal cuando me lo dicen y me dan ganas de mandarles a la porra?. Y ante eso ¿qué hacer? pues si todo bien de lo aprendido, expresar en voz alta que no todo lo aprendido es bueno. Y por supuesto, enseñar a lo contrario.
Y muchas gracias por leernos.
Un abrazo
Miren
Miren, resto de miradas y miradoras en general. Tengo que confesar un pecado. Yo no suelo recibir muchas groserías de ese tipo. No soy una mujer dentro de los cánones de belleza actual. Pero para Boticelli sería la mujer mas perfecta del mundo. Al grano… que me despisto. Hace unas semanas una noche me soltaron una de estas frasecitas y mi reacción instantánea fue responder con otra. Al terminar de decirla me puse colorada y todo… pero mira que tomen de su misma medicina. Ahora no me siento orgullosa de mi actitud. Me quedé más ancha que larga en el momento… Y pregunto ¿la reacción correcta cual es ??????
La reacción correcta, Idoya? No lo sé. Desde luego, no la mía de bajar la cabeza y seguir para adelante pero tampoco creo que ponerse a su altura sea lo mejor. Quizás plantarle cara? Pero te las puedes llevar peor todavía. No lo sé. Yo me he prometido a mí misma no callarme la próxima vez y dejarle muy clarito que su opinión me molesta, entre otras cosas, porque no tiene derecho. Y que es violencia verbal por su parte. A ver si así se dan algunos cuenta de una vez!
Gracias Idoya por seguirnos tan fielmente.
Un abrazo y que te recuperes de tu gripe tuitera.
Cuidado. Si les plantas cara, como cuenta Belén más abajo, algunos reaccionan con más violencia.
No sé si es verdad que el dinero atrae al dinero pero que la violencia lo único que genera es más violencia, lo tengo muy claro. Si les plantas cara, y generalmente si son más de uno, te pasa lo que a Belén, que se envalentonan y ahí la has pifiado.
¿Solución? Pues no lo sé. Tampoco le he sabido dar una respuesta a Idoya Nanín cuando se preguntaba qué hacemos entonces.
Otro abrazo más.
Enhorabuena por el post!!!
Quizá, y por poner algo, solo te falto referenciar el cine español de los años 60 y 70 y el daño que hizo!! Personajes rancios que luego se han repetido como fotocopias en otras series no tan antiguas. El macho ibérico por antonomasia…Es difícil reeducar, y los modelos televisivos no ayudan….
Hola Lara,
razón que tienes. El cine español de los años 60 y 70 hizo mucho daño. No lo he puesto porque ya lo comenté en mi primer post en este blog «Sor Citroen o la dignidad mal entendida». Échale un vistazo si puedes.
Y los modelos televisivos no es que no ayuden, es que precisamente perjudican.
Gracias por comentar.
Abrazo
Miren
Acabo de leer el post. No lo había leído…..He conocido Doce Miradas este año, y aun me queda mucho por leer….
Vuelvo a repetirme…..Enhorabuena. A eso me refería!!!Como decía mi abuela en muchas ocasiones cuando yo era pequeña «Una mujer no solo debe ser decente, si no que debe parecerlo»…..Y poco han cambiado las cosas…Es mas, por lo que observo en el día a día, me parece que estamos retrocediendo en muchas cosas que teníamos conseguidas….
Supongo que la telebasura es la mejor arma contra la educación, la igualdad y la cultura…Pero bueno, como me dicen medio en broma medio en serio en mi trabajo yo soy una «feminazi». Antes me molestaba, ahora hasta lo llevo con orgullo….Debe ser que con la edad, hay cosas que ya no me afectan….
Estupendo que también te haya gustado! Feminazi? Ya les vale. Pero eso significa que estás sembrando, aunque no les guste. Enhorabuena. Y es verdad, las cosas con los años afectan menos.
Otro abrazo
Miren
Miren, guapa 😉
Leer tu posy y leer esto a continuación que creo también puede aportar y marcar la línea roja-techo de cristal de dificultad:
“ha quedado demostrado que es mucho más fácil arrancar montañas que cambiar los valores patriarcales. La clonación de ovejas es un juego de niños comparado con tratar de persuadir
a los machistas de que abandonen sus prejuicios. Las creencias culturales son mucho más difíciles que arrancar que los bosques” (Eagleton 2005, 62). (en Víctor Vich; Desculturalizar la cultura)
Abrazos y a seguir.
¡Gracias Txetxu! Así da gusto. Construyendo juntos, que es de lo que en realidad se trata.
Me ha gustado el guiño de guapa (anda y que ya te vale)
Un abrazo grande
Yo lo de feminazi ya me lo tomo como un halago, que no como un piropo. Enhorabuena, Miren. Seguiremos conversando.
Gracias Noemí. Y ahí punto de reflexión entre qué es un halago y qué es un piropo. Da para mucho, eh?
Abrazo
Gracias Miren por expresar lo que yo e imagino muchas piensan y no lo decimos porque nos tacharían de cualquier cosa, reprimidas, feas, muertas de hambre y muchas cosas más que siempre se dicen cuando una mujer está pidiendo simplemente respeto. Na-da más. El que te mira de igual a igual, no siente las ganas de decirte algo así, está claro, el que te ve de otra manera que no sea esa, sí. Gracias por compartirlo.
Es verdad Blanca, feas, frígidas, reprimidas y no sé cuántas cosas más. Te has fijado la cantidad de insultos que hay hacia las mujeres relacionados con el sexo? Pues para los hombres, no. Un día voy a hacer un post sobre esto, mira, que se me acaba de ocurrir.
Gracias por comentar y un abrazo.
muy bueno!! una autentica realidad
Gracias Esperanza! Abriendo cuñitas poco a poco para que las cosas cambien.
Un abrazo grande
Tu post me ha hecho caer en la cuenta del DOLOR y el SUFRIMIENTO que ha provocado y siguen provocando comentarios (o gritos) que tantas veces nos han vendido como normales («los chicos tenemos que decir burradas y cuanto más grandes, mejor»).
No recuerdo haber participado de una agresión tal aunque, no lo descarto fruto del contexto en el que vivimos.
Pero, nunca me había puesto en la piel de la violencia que sufre la que lo recibe. Curioso.
Y esto ha conectado con una sensación poco frecuente, la verdad, que he tenido cuando alguna mujer (o un grupo de mujeres) han hecho un comentario o una mirada sobre mi aspecto físico o en el que se intuía algún deseo sexual… Nada explícito, nada ordinario ni nada agresivo.
Si sólo esa intuición ya me ha hecho sentirme incómodo ¿cómo será que a alguien le digan «te lo voy a comer todo»?. ¡Una brutalidad!
Creo que este grito de rabia que expresas quiere reivindicar justicia. Ahí nos encontramos hombres y mujeres, denunciando y reclamando. Creo que resulta imprescindible que algunos hombres lo hagamos.
Gracias.
Maxi, me alegro de que te haya hecho pensar el post. La verdad es que estoy sorprendida porque en las Redes Sociales hay muchos hombres posicionándose a favor de lo que he escrito y cayendo en la cuenta de que, lo que parecía que nos tenía que gustar, en realidad nos hace daño. Y créeme si te digo que el «te lo voy a comer todo» no es lo más humillante que tenemos que oír.
Y me encanta que digas que ahí nos encontramos hombres y mujeres, denunciando y reclamando. Porque de eso se trata. Como decimos desde Doce Miradas, de construir juntos.
Un abrazo
Miren, enhorabuena por tu artículo; me ha encantado. Plasma una realidad que yo he vivido muy de cerca porque precisamente guapa de cara no soy, pero sí de pecho muy abundante, lo que ha hecho que me hayan dicho desde piropos «normales» (si es que se puede hablar de normalidad en ellos: quiero decir que no eran bordes ni guarros, pero no que me gusten) hasta verdaderas burradas asquerosas. Un día iban dos hombres juntos y uno de ellos me soltó mientras el otro se reía: «¿Todo eso es tuyo?» con un tono de lascivia que daba asco, y les dije: «¡No, de tu madre!». Los hombres se encararon conmigo y empezaron a seguirme mosqueados. Yo me llevé un susto de muerte, pero… qué tranquila me quedé.
Hola Belén.
Ahí iba yo, a que la violencia verbal es el germen de otro tipo de violencias, entre ellas, la física. Si te empiezan a seguir es ya una intimidación. Y ya no sólo da asco o vergüenza. Ya da miedo. Y eso sí que no se puede consentir.
Son tantas las cosas que nos han dicho que, de aquello de nuestro cuerpo que nos debería gustar, llegamos a avergonzarnos e incluso, y depende con qué edad te pille, a odiarlo. Es así.
Un abrazo.
Saliéndome un poco puede que del centro, he de opinar que es cuestión de evolución y tiempo.
La evolución hace de todo ser viviente mejor o peor capacitado en ciertas circunstancias, y el tiempo consumido para dicha evolución hace que nos hagamos más viejos, más tranquilos, menos hormonas circulado…que cuando tenias 15 años….
El tiempo pasa tan rápido, que lo que hoy te parece una solución o un problema, el día de mañana puede que lo veas con otros ojos mucho más “evolucionados”, pues tiempo ha pasado.
Lo digo sin distinción de sexo, el tiempo y la evolución es cosa de uno, junto a la interactuación con otros, y las inevitables circunstancias de geo-socio-localización que te ha tocado nacer…Y cada hombre como cada mujer tienen unos ciclos, con un principio y un fin, para pasar a otro, así hasta el final de todos los ciclos de cada ser humano, que se levantó en esta tierra. Coincidir hoy contigo, no significa evolución alguna, evolucionar porque aprendes día a día de tu entorno sí. Y es por eso mismo que cada ser humano es diferente, y así debe ser, ni norte ni sur, somos necesariamente diferentes, por eso existen dos diferentes sexos, diferentes culturas, diferentes carismas, diferentes…
Un diferente a ti te saluda.
¡Ave César!
Todos diferentes y ninguna ni ninguno iguales. Excelente! No hay cosa más aburrida que la normalidad. Pero nadie superior a nadie, ni por raza, religión, ni sexo. Y la evolución va, como muy bien dices, con los años. Pero también con el entorno. Y ése es el que queremos cambiar, para que la sociedad no evolucione siempre en un mismo y único sentido.
Gracias por comentar.
Miren
Interesante artículo y sobra decir que he vivido un millón de situaciones similares. La última hoy trabajando de un señor mayor al que atendía haciendo bromas sexuales o «piropos» sobre mí, y como estoy en el trabajo no puedo defenderme mucho que digamos.
Algunas preguntabais cómo deberíamos reaccionar. A mí lo que suele servirme (muchas veces, en todas es imposible y siguen con la bromita) es contestarles de manera agresiva, mirarles muy mal o seguir andando con la misma expresión y paso como si no hubieses escuchado nada y así creen que no les has oído. Contestarles de forma agresiva no sirve para cualquiera, si es un anciano no pasará nada, si es un tío y está la calle llena de gente es probable que tampoco… Sin embargo si es un grupo de hombres medio borrachos, es mejor ignorarles porque si no empeorará la cosa.
Eso referente a comentarios por la calle. En el resto de situaciones si es posible hay que encararse o quejarse, incluso dependiendo del caso recurrir a la violencia física.
Y bueno aprovecho para comentar que una vez me persiguió uno hasta el portal, intentó agarrarme mientras decía «frases de ligue», y lo que hice yo fue amenazarle, ponerme por encima de él. Le insulté con mucho carácter y le decía que iba a partirle la cara entre otras cosas. Funcionó porque se fue.
A mi me ha pasado eso, y lo peor es que se ofenden… no sé esperaran que una se baje las bragas y se deje manosear? Nunca pensé que iban a ser tan primitivos los hombres… una cosa es la broma… otra el acoso y otra ya el manoseo o abuso sexual… pero con ser violenta y agresiva es suficiente… lo ideal sería golpearlo y reventarles los testículos a patadas total somos mujeres y ellos tienen las de perder
Hace poco se burlaban del vídeo de la chica que camina por NY y le dicen cosas…
Y es que los hombres no se dan cuenta de lo pesado que es que a cada momento te digan algo! El hecho de que tengan tanta fijación en ti cansa… alguno hasta sabe donde trabajo y manda mensajes! Te vi caminando eres muy guapa! De qué van?!
Ahora mismo estoy de paso por Lleida Spain is Pain…y nunca en mi vida me he sentido más harta de ser observada! Zapatillas, jeans, chaqueta… sin maquillaje, nunca lo uso…
Y guapa, ehhhhh SSGRGRHDHHDFGF miradas lascivas…. hay veces que tienes problemas como hoy, que tuve problemas con una venta y soportar viejos pajeros, casados con su mujer al lado y el coche del niño mirar… UFF BASTA!
No tienen paz parece… Yo si veo un hombre que me gusta quizá lo mire, pero suelo ponerme nerviosa y miro hacia otro lado. Pero no lo voy a ir a molestar no sé.
En todo caso que se acerquen y te digan «hola me pareces guapa» ok no pasa nada… pero es que la actitud que tienen es como de pajero nuclear!
Y una vestida lo más corriente!
Ahora entiendo el burka… toda tapada para que los hijos de putos estos no te molesten… pero pasa por educarlos a ELLOS… no por ir con una bolsa de papel tapandote todo el pecaminoso y pervertido cuerpo.
Voy con una amiga y quedamos sorprendidas tanto que preferimos hasta cambiar de calle… nos agobia pensar que nos van a estar mirando y es que no nos arreglamos… y los imbéciles en este país te dicen… uy pues no te arregles… es que no vamos arregladas…que tampoco es motivo de actuar como un negro salvaje ante una rubia no sé. Casualmente los negros son los más educados para decir las cosas… bonita, guapa… el moro es más agresivo y el español bueno parece salido de una caverna…
Pasamos por una plaza para ir al mercado y ya sabemos que nos van a decir cosas… siempre el mismo estilo de gente… españoles, negros, marroquíes y latinoamericanos indios.
Los detesto.
Es la forma en que te dicen las cosas… buen día te podrían decir…(si ya sé pido demasiado) Pero detesto la falta de educación!
No se dan cuenta las mujeres casadas como miran sus maridos a las chicas?
Yo creo que habría que hacerles lo mismo… ser vulgares y ordinarias con ellos en el mismo tonto de campesino que utilizan ellos…. eeeee guapaaaaaa eeeeee psssttt psssttt
Odio ese tono de voz, parecen salidos de un establo!
Y da igual como te vistas siempre te dicen algo… o las miradas… hay miradas y miradas… parecen pajeros no sé, un tipo normal no hace eso, son mal educados.
Yo ahora voy seria, con cara de «culo» por la calle… para que no me digan nada.
Hay que tener una actitud varonil parece.
Unas tres veces se han intentado colar al portal conmigo… una vez vi la sombra detrás mío y cerré antes de entrar…
Otra vez se quedó uno en la puerta y pensé que era vecino y entró y se quedaba mirando con cara de idiota en las escaleras… le grité de todo, inútil, idiota que te pasa! jaja el tipo se fue consternado… no sé que pensaba. Ni aunque sean guapos me voy a ir sentir atraída por un tipo con esa actitud de mierda!
Mejor que digan, hola me pareces guapa o interesante te invito un café… eso es más agradable…
Recuerdo a otro que entró siguiendome y se puso conmigo a esperar el ascensor… le tuve que gritar de todo para que se vaya…
Pero de qué van estos imbéciles? es que ni hombres parecen, son como zombies retrasados mentales… una va por la calle pensando en lo que tiene que hacer… o llega a su casa a descansar… y estos idiotas todo el día pensando en sexo no sé…
Hay un momento para todo, pero así no van a conseguir nada… últimamente ando muy mal humorada y me imagino golpeando a uno en sus partes.
Es que ya son años de aguantar esto.
parecen como animales en celo, como los perros que van y se prenden de la pierna de cualquiera.
El problema es su baja educación… un tipo educado no hace eso.
Que estupidez
si tienes razon en eso un chico que le interesa una chica le habla bonito. esos que dices solo quieren convencerte y esque hay chicas pues que si son faciles la verdad se que ustedes o varias de aqui no lo son pero y ellod creen que asi con cosas groseras van ustedes las chicas a querer algo con ellos aveces pasa admito aveces nos gusta mucho una chica y tambien dan ganas de decir alguna cosa mas fuerte que solo bonita o guapa esque es normal que nos encante una chica el problema es que esos que dicen ustedes ya exageran si una chica le dices bonita se sonrie ya con eso si no le agrada para que siguen no lo se pero pues si es mejor decir bonita linda eso si les gusta hasta de un feo lo aprecian pero eso de decir cosas tan groseras no creo que este bien