No me gusta Trump. No me gusta Clinton.
15/11/2016 en Doce Miradas
Tengo fijado en mi perfil de Twitter un tuit que dice: “feminismo es creer en la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Si no eres feminista, eres machista. Piénsalo”. Independientemente de las “broncas” que me ha supuesto con algunas personas usuarias de esa red social (hombres y mujeres), de esas que bajo no sé qué epígrafe se creen con derecho a contra-opinar de forma casi violenta, estoy más que convencida que eso es feminismo: creer en la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Y por ello, por estar plenamente convencida de que la igualdad de sexos no existe y que es una de las metas sociales a alcanzar, no puedo compartir algunas de las teorías que he oído en torno a las elecciones norteamericanas.
Vayan por delante varias cosas. La primera que no me gusta Trump. Que me parece terrible que haya ganado las elecciones, que considero que es un paso atrás y que creo que bastante porquería tenemos ya en el mundo como para que venga a gobernar el país más poderoso una persona de este talante. Y que me horripila que tenga acceso a la información de los secretos de estado de una nación que cuando estornuda se constipa el resto del mundo.
La segunda es que no voy a entrar a hablar de política, de si Trump no hubiera ganado si hubiese tenido otra u otro contrincante. No voy por ahí. Eso para otro foro. Para el de Doce Miradas, no.
La tercera es que no quiero que ningún señor de esos que buscan resquicios por cualquier sitio utilicen mis palabras para meter la cuña y hacer saltar la madera. La madera del feminismo es de primera calidad y no se rompe con cualquier cosa. Así que señores míos, no se suban a la ola y surfeen donde tengan que surfear que este mar, además de muchas veces cálido, está en calma.
Y la última es que estoy 100% convencida de mi opinión. Y que tengo la duda de si estaré 100% equivocada.
Y por si aún hay que aclarar más cosas, y aunque no hace falta decirlo, este post va firmado con mi nombre y representa mi opinión, no la de todo el colectivo de Doce Miradas. En este grupo no hay disciplina de voto, ni intención ni de ponerla, ni de seguirla si la hubiera. ¡Menudas somos las doce!
No al todo sí
Para mí, no todo vale. Ni todos valen. Ni todas valen. Quiero, deseo, anhelo, que las mujeres estemos ahí. En primera línea. Por delante. Pero cuando debamos estar. No me gusta el hombre que no vale ocupando un puesto para el que no está preparado y por la misma razón, y en aras de la igualdad, no me gusta la mujer que no vale y que ocupa un puesto para el que no está preparada. Me sumo a lo dicho por Susan Sarandon: no quiero votar con la vagina. Quiero votar con la cabeza. Y con el corazón. Pero con la vagina no. Porque no quiero hacer lo que muchos hombres que votan, eligen, designan y contratan con el pene. No voy a votar a alguien por el mero hecho de ser mujer. En el caso de las elecciones de Estados Unidos hubiera votado a Hillary Clinton, evidentemente, pero con la nariz tapada y no votando a su otro contrincante porque era alguien tan impresentable como Trump. Mi voto hubiese sido para ella no por ser mujer, sino como un mal menor.
Quiero que la mujer que presida un país lo haga por méritos propios y si la voto, que sea porque me represente. Y para mí, Hillary Clinton representa también lo carca y lo casposo. Y si me cabrea, y mucho, que en este país la gente vote a un partido inmerso en innumerables casos de corrupción, me indigna también que en otros, la gente vote a personas corruptas. Sean hombres o mujeres. Lo siento, pero no puedo con ello.
No me quiero sentir obligada a votar a una mujer, sea quien sea, porque soy feminista. Estoy algo cansada ya de los buenismos. Hay que votar a un candidato negro porque es negro y porque votarle es progre. Hay que votar a una candidata mujer porque es mujer y porque votarla es feminismo. Y lo contrario es, parece ser, racismo y machismo. Y si nos ponemos en el supuesto de un hombre negro y una mujer blanca como candidatos a la presidencia de no sé qué país ¿a quién voto? Si voto a la mujer, ¿soy racista? Si voto al hombre negro ¿soy machista?
Quiero dar mi voto a quien me represente a mí y al colectivo de mujeres: la que se haya dejado la piel por defender sus/mis/nuestros derechos. La que haya se haya peleado, en igualdad de condiciones, y vencido, en igualdad de condiciones, en un mundo de hombres que así dejará de ser de hombres. Y fundamentalmente, la que yo sepa que va a gobernar como lo haría una mujer. De una forma probablemente muy diferente a como lo haría un hombre.
Y ojo, que estoy muy a favor de la discriminación positiva porque considero que como algunos no se acostumbren a vernos en los diferentes sitios, no vamos a llegar nunca a ocuparlos. Pero en el caso de las elecciones estadounidenses, no se trata de discriminación positiva, ni mucho menos.
El techo de cristal
Hay una pregunta que, desde que empezó toda esta historia, me ronda por la cabeza. ¿Todas las mujeres rompen el techo de cristal? ¿Todas? ¿De verdad? Pues creo que no. En el Parlamento Vasco hay, actualmente, más parlamentarias que parlamentarios. Pero si esas parlamentarias no hacen políticas igualitarias, no me sirven. Vamos a ver por dónde van que aún es pronto. ¿Ha roto Angela Merkel un techo de cristal? Lo dudo. ¿Rompería Hillary Clinton un techo de cristal por mucho que sí haya sido favorable a algunas políticas a favor de la igualdad? Creo que no. Pero fundamentalmente porque sería la cabeza visible del tándem Bill-Hillary y no solo Hillary Clinton. ¿Rompió el techo de cristal Ana Botella, primera alcaldesa de Madrid? Me parece que no. Porque también era la cabeza visible del tándem JoseMari-Ana, salvando las distancias, claro, que el dúo Aznar es al dúo Clinton lo que Villaverded’abajo a la ciudad nipona más moderna, y no por la diferencia de tamaño Madrid-U.S.A., sino por la calidad, que no claridad, de sus teje-manejes y conspiraciones varias.
Para mí, romper un techo de cristal es otra cosa. Primero hay que querer romperlo y eso es muy diferente de llegar al poder.
Y lo dicho: 100% convencida de mi opinión y con la duda de si estaré 100% equivocada.
Miren Martín
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Miren excelente post, 100% de acuerdo con lo que planteas, me siento reflejada en tus comentarios, y acepto que también puedo estar 100% equivocada. Muy bueno
Gracias Karin! Espero que no estemos equivocadas 😉
Excelente reflexión; una vez más, de acuerdo contigo en todo
Un honor Chelo
No estoy de acuerdo con tu marco conceptual.
Si no todos valen ¿hasta cuándo permitimos que estén? y ¿Cúándo sería que «debamos estar» las mujeres?.
En fin, muy difícil escribirlo; esto es más de conversar.
Un honor Chelo
Perdona Olga, que le he contestado a Chelo en tu comentario.
Sí es verdad que es más de conversar, tienes toda la razón. ¿Hasta cuándo permitimos que estén? Pues hasta solo hoy pero no hasta mañana. ¿Cuándo deberíamos estar las mujeres? Ya mismo. Hoy antes que mañana. El problema es quiénes. Mujeres preparadas, sobradamente preparadas, hay tantas como hombres (no voy a decir que más, no vaya a ser que me acusen de algo). Pues que sean/seamos esas mujeres. No una mujer florero, no la representante de su marido, no la que hace políticas cuando menos no igualitarias, por no decir anti-mujeres. Creo de verdad que no me vale cualquiera para cualquier puesto. Pero es que hay miles y miles que sí pueden estar. A cualquiera de esas miles y miles, le doy mi voto. Pero a quien no me representa, no.
Te iba a decir que siento que no estés de acuerdo conmigo. Pero no. Creo que ahí está la riqueza.
Muchas gracias por opinar, y sobre todo, con tanta transigencia.
Un abrazo
Respondiendo a la pregunta: ¿Todas las mujeres rompen el techo de cristal? En mi opinión, sí. Todas lo rompen. Aunque no coincidan con nuestra forma de pensar y actuar. Y lo rompen porque ocupan espacios que no estaban reservados para ellas. Y esas mujeres, al igual que los hombres que ahí estaban, tienen todo el derecho a fracasar y a hacerlo mal. Creo que aplicamos un nivel de exigencia sobre nosotras mismas que no aplicamos sobre ellos.
Yo tampoco era fan de Clinton, pero sí hubiera votado con mi vagina. Porque al pedirle a una mujer que no vote con su vagina, se le está pidiendo que se «crea» que nuestra sociedad ya es igualitaria y que ningún candidato/a podría amenazar sus oportunidades.
Y ojo, que Clinton llevaba en su programa cosas como el derecho al aborto, igual salario para hombres y mujeres, permiso remunerado de maternidad…
Qué gusto verte por aquí Lorena.
Pues yo creo que nos todas las mañanas jerez rompen el techo de cristal al igual que no todas las mujeres son feministas. ¿Tú crees de verdad que Esperanza Aguirre rompió un techo de cristal? Pues para mí, no.
Y no dudo que el dúo Clinton llevara alguna cosa en su programa electoral para buscar el voto de las mujeres. Más que Trump seguro. Pero no me vale.
Me suena a lo de las zanahorias al burro, porque no se me olvida la trayectoria de esta gente.
Y un pequeño matiz: yo no pido a las mujeres que no voten con la vagina. Digo que yo no quiero votar así. El resto, evidentemente, que vote con lo que quiera. Solo que a mí me gusta más votar con la cabeza y el corazón.
Viva el debate, compañera!
Mañanas jerez es mujeres, mardito correctorrrrr (de viaje y solo con el móvil ando)
Pero es que votar con la vagina es votar con la cabeza. Me explico: para mí votar con la vagina es meter en mi cabeza la perspectiva de género en la ecuación. Y en esa ecuación gana Clinton sin ninguna duda.
Me preocupa la afirmación de que esas mujeres no son feministas. Creo que no lo sabemos y que no hay un único feminismo. De hecho, me recuerda mucho al libro «Feminismos negros» en el que se cuenta muy bien como en su día el feminismo blanco consiguió también discriminar otro tipo de feminismos.
Claro Lorena, no hay un único feminismo (si lo sabré yo que dudo a mares) pero también es verdad que hay mujeres que no son feministas. Y a las que yo no les voy a meter el feminismo a machamartillo porque creo en la igualdad pero también en la libertad de las personas, y trabajaré por la igualdad pero desde el máximo respeto. No dudo de los feminismo negros, de los blancos y de los de todos los colorines que haga falta. Pero creo que ese es otro debate, así que no me lleves por ahí, que yo de eso no he hablado 😉 Hablo de que hay mujeres feministas y otras que no lo son. O que quizás creen que no lo son porque defienden la igualdad pero les asusta que les tilden de feministas porque la historia nos ha maltratado. Y que entre esas que no lo son las hay también de todos los colores: blancas, negras, asiáticas, serenas, corruptas, tradicionales, ambiciosas… y no todas me representan. Creo que quizás mi problema es que creo en la persona por encima de todo. Si es que va a ser eso…
Besos compi!
¡Pero es que ella se declara feminista! Mira: http://ondafeminista.com/2016/06/09/hillary-clinton-es-feminista-si-o-no/
Eres tú la que la sacas de ahí ;-).
Ya Lorena pero si es una feminista corrupta, tampoco me vale. A mí los corruptos, hombres o mujeres, no me representan. Pero si te has fijado, mi post no trata de Clinton o Trump. La esencia es si cualquier mujer a cualquier precio. Es mucho más global que todo eso
100% de acuerdo, Miren. Gracias!
(Go Michelle go!) 🙂
A vos!
Hola,
enhorabuena por el post. Me ha parecido muy interesante. Estoy de acuerdo con Lorena, yo hubiera votado a Clinton. Creo que era una oportunidad para llevar a cabo otra forma de gobernar. Simplemente por el hecho de ser mujer. Yo le hubiera dado esa oportunidad. Para que millones de mujeres en el mundo vieran que es posible. Eso es muy importante. ¿que no era la adecuada? Puede ser. Pero es la que ha llegado a rozar casi la presidencia de la primera (o segunda) potencia mundial. Me hubiera encantado ver una cumbre Ruso-Americano-Alemana. Ver a dos mujeres frente a lo que para mi representa el «macho» bélico por excelencia (el Sr. Putin)….No se, igual es un razonamiento infantil…pero me hubiera gustado.
Excelente idea lo de la cumbre, hubiese sido histórico!
Querida Chris, ¿la veremos nosotras? Pues igual no pero que la vean nuestras hijas y nuestros hijos. Eso sí, gracias al activismo de las mujeres de hoy.
Besos
Hola,
yo también hubiera votado a Clinton. Hasta ahí estamos de acuerdo. Lo que pasa que yo, como digo en el post, la hubiera votado con la nariz tapada. Qué bien que discrepemos porque el debate enriquece. Es que yo creo que las mujeres no gobernamos diferentes por el hecho de ser mujeres: Merkel, Ana Botella, etc. Estoy convencida de que para gobernar diferentes, se tienen que sentir mujeres. Con todo. Y con las ganas de hacer las cosas como mujeres. Pero además, para que yo les dé mi voto, lo tienen que hacer bien. ¡Ojo! Y sin pedirles más que a los hombres. A ellos también les pido que lo hagan bien. Hombre porque es hombre no. Mujer porque es mujer no.
Aunque no coincidamos, muchísimas gracias por opinar porque estoy aprendiendo (e interiorizando) un montón de cosas. Y yo también quiero ver esa cumbre ruso-americano-alemana! Y ojalá la veamos antes que no después.
Salu2