Mujer y publicidad: hipervisibilidad vs. invisibilidad
25/03/2014 en Doce Miradas
Vivimos en la era de la protección, la era de las políticas de privacidad, de la famosa Ley de Cookies, algo que valoramos y defendemos cuando interactuamos en el ecosistema digital. ¡Bien hecho! Sin embargo, es sorprendente la despreocupación con la que abrimos la puerta de par en par a los medios de comunicación (televisión, radio o prensa) y dejamos, de manera inconsciente, que impactos que van directos a las meninges se cuelen en el hogar, independientemente de la edad del receptor.
La publicidad es una forma muy poderosa de comunicación social, es el “arte de convencer a los consumidores”, el puente entre el producto y la clientela. A nadie se le escapa que, además del objetivo principal de venta, la publicidad tiene una gran influencia en la sociedad de consumo: marca tendencias, crea valores sociales y contribuye a la construcción de estereotipos de género, sexo o raza, entre otros.
El marketing trata de reflejar la realidad de forma idealizada y, es por esto que, se vende a partir de los deseos y se compra para que esos deseos se hagan realidad; en la acción de compra adquirimos un objeto con cuyos atributos queremos identificarnos y, de esta manera, los objetos adquieren identidad propia. Lo apuntaba Charles Revson, ejecutivo de Revlon: “En la fábrica hacemos cosméticos, en la tienda vendemos esperanza”.
Los anunciantes utilizan la figura femenina como una de las mejores fórmulas de persuasión para fomentar el consumo desde un doble rol:
– Como sujeto. Los mensajes publicitarios se dirigen fundamentalmente a la mujer como agente de mayor peso en las decisiones de compra de la unidad familiar. No en vano, alrededor del 80% del total de las compras se realiza por mujeres, tanto para el consumo personal como para el hogar, para hijas/os y, en demasiadas ocasiones, para el marido/pareja.
– Como objeto. Las marcas abusan de la figura femenina como instrumento de persuasión, como reclamo para la venta -incluso cuando no existe relación entre la imagen que muestra el anuncio con el producto anunciado- dejando de lado la capacidad intelectual que ésta posee.
La publicidad se ha ido transformando y adaptando a la evolución de la sociedad; los formas se han modificado, pero no el fondo. La representación de la mujer, sostiene Gérard Imbert (Catedrático de comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III), “ha pasado de ser invisible a ser hipervisible (…) una hipervisibilidad como cuerpo. La hipervisibilidad del cuerpo femenino no implica representación real de la mujer, por lo que ¡paradoja!: la hipervisibilidad de la mujer se convierte en otra forma de invisibilidad”.
¿Cuáles son los estereotipos que se consideran más interesantes para la venta?
Del imaginario social femenino, que los anunciantes proyectan a través de los comerciales, surge la mujer ideal, feliz, espontánea, inteligente, respetable, socialmente aceptable, deseable e influyente. Es complaciente y servicial, físicamente delgada, con el cuerpo perfecto y facciones clásicas, bella.
La mujer objeto, sin calidad de persona -fragmentada en distintas partes: labios, pelo, piernas, etcétera- se utiliza para vender casi todo tipo de producto. Es un clásico en los comerciales de perfumes, desodorantes, cirugías, bebidas, ropa, cosmética y un largo etcétera, en los que resulta más interesante aparecer que ser. Un ejemplo claro son los spots de coches en los que figuran señoras estupendas junto a un estupendo vehículo para asociarlo, tanto con la belleza y la seducción que ella representa, como a la conquista por parte del caballero.
La mujer ama de casa. Utilizada en marcas de productos de limpieza y cuidados, es también madre, trabajadora, sabia y paciente. Se margina y se ubica a la mujer en el espacio exclusivo de la cocina o el cuarto de baño, atenta a cualquier fallo de la estructura doméstica o preocupada por el estado de la familia. Eso sí, la figura masculina entra en escena en el momento en el que hay que resolver cualquier reparación doméstica, por mínima que ésta sea.
La publicidad evoluciona a la par que lo hace la sociedad. ¿En serio? Los anuncios reflejan parcialmente la figura de la mujer trabajadora, ejecutiva, resolutiva y autónoma. Llama la atención que esta imagen se proyecta en comerciales relacionados con la belleza femenina, como si la belleza fuera la razón de su posición. Incluso la liberación de la mujer se ha convertido en un tópico utilizado como argumento para la venta. La mujer “liberada” es hostil, agresiva y despectiva con los hombres; un estereotipo representado mediante la firmeza y el simbólico “tortazo”, una mujer vana y consumidora, que compra por comprar, por la satisfacción ilimitada que le produce el acto de compra.
El descrédito se perpetúa a través de la selección de los aspectos más extravagantes o provocativos de los roles considerados típicamente femeninos, bien de forma explícita o bajo prácticas subliminales, utilizando técnicas de creación de estímulos para introducir mensajes de manera inconsciente. Aquí tenemos algunos ejemplos:
Al igual que apuntaba Ana Erostarbe en su último post “Sobre la mujer en los medios de comunicación y por qué la voz importa”, la forma en la que las mujeres son proyectadas y percibidas, a través de los medios de comunicación y la publicidad, sustentan imaginarios discriminatorios aceptados como estándares de la sociedad respecto a lo que es o debe ser la mujer ideal. Cuesta comprender la razón por la que pasamos por alto, con total parsimonia, las representaciones que se hacen de los roles femeninos y dejamos a las “Cookies” instalarse cómodamente en el imaginario social.
Por último, si la lógica de mercado lleva a fundamentar las estrategias de marketing en la proyección de estereotipos, podemos concluir que una lógica contraria, por minoritaria, no resulta atractiva para las marcas. Un argumento más que nos sitúa en el “hemos avanzado, sí, pero no tanto”.
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El trato, la utilización, o el «uso» que se le da a la mujer en la comunicación y la publicidad no ha cambiado un ápice desde que nacieron esos conceptos. Ni las leyes, ni las normas reguladoras, ni los cambios generacionales en la dirección de los medios y las agencias, ni las campañas y controles de las asociaciones de usuarios y de mujeres…han podido con esa visión utilitaria de la mujer.
Las imágenes que ilustran el artículo parecen extraídas del paleolítico evolutivo y no de una mente comunicativa del siglo XXI.
Enhorabuena por el trabajo
Gracias Oskar! El Observatorio de la Imagen de la Mujer recoge denuncias sobre publicidad sexista y, creo recordar que el último comunicado se debe al famoso anuncio de la RAE por su 300 aniversario, ahí queda eso.
https://www.youtube.com/watch?v=Md4hghTR-XA
El asunto es que el resto de publicidad sexista, la que vemos todos los días, parece no llamar la atención de nadie. Y, llamando la atención, a muchas marcas les es más rentable acarrear con las consecuencias de incumplimiento de la Ley de Publicidad. Y vuelven a repetir, se permite repetir. ¿Por qué? Pues volvemos a los de siempre, la cifra por ingreso de publicidad. Difícil.
Totalmente de acuerdo.La publicidad,entre otras delicias,»naturaliza» a la mujer como la encargada de la limpieza del hogar dirigiendole a ella todos los comerciales de detergentes,aerosoles,etc.Un saludo desde Argentina.
@Patricia, gracias por tu comentario y ¡qué alegría saber que nos sigues desde Argentina! Un fuerte abrazo!
Es bastante sucio e indignante. La imagen del túnel es demasiado. Está claro que hemos avanzado, pero no hay que conformarse ni dormirse en los laureles porque nos falta mucho, e incluso por momentos, creo que estamos al borde de retrocer.
Gracias por el post!
Fantástico post, Arantxa. Me quedo con dos cosas: por un lado, las mujeres realizamos la
friolera del 80% de las compras, y por otro, hay marcas que son profundamente sexistas, y la cosa viene tan de largo que, en realidad, es de siempre… ¡Adquiramos ya entonces plena conciencia de nuestro poder y empleémoslo para cambiar esta situación!!!
Que le den a los desodorantes AXE para nuestras parejas o hijos, penalicemos a BMW en nuestras decisiones de compra o conversaciones de café, compremos una marca de helados que no necesite simular el trasero de una mujer para vender. ¡Penalicemos!! ¡No compremos!
¿Por qué no hacemos en Doce Miradas una lista de marcas sexistas? Algo sencillo. Difundamos cada año un listado con su nombre y la imagen o el link al anuncio de quienes no han dado la talla. Viralicémoslo. Obliguemos a los creativos y creativas de las agencias de publicidad a abandonar el camino trillado. Hagamos que las empresas sientan el miedo de nuestro poder: 8 de cada 10 decisiones de compra. Apuesto que si apuntamos a su bolsillo, cambiaremos de golpe su cabeza y su corazón…
Estoy totalmente de acuerdo con la propuesta de vetar a las empresas que utilicen publicidad sexista y denigrante para nosotras, sería interesante también publicar esas listas y denunciar a dichas empresas en todos los foros posibles, creo que si nos vieran unidas podriamos conseguir que desaparezcan esos mensajes y esas imágenes de la publidad aunque sólo sea, «por la cuenta que les tiene» economicamente hablando.
@Sofía, la imagen del túnel y otras más, sirve para crear de estímulos de manera inconsciente. Estos son evidentes, pero hay miles de ellos que pasan inadvertidos. Toca despertar. Gracias por dejar tu comentario!
@Ana, tienes razón. Apuntando al bolsillo, se mueve el corazón y se modifican las creencias. Pensemos en la lista que propones: i) señalar con el dedo a las marcas sexistas sin escrúpulos para conseguir objetivos y ii) a la contra, fomentar y promocionar los productos de las marcas responsables. Publicidad gratuita.
En cuanto al boicot, casi mejor modificar nuestros hábitos de consumo, que es otra forma de hacer boicot. Muchas personas están ya en esa clave, sumémonos.
Agradecida por tu comentario y tus reflexiones. Como siempre, un paso más…
@Begoña, no tengo muy clara la propuesta, lo que está claro es que tenemos el deber de levantar la voz. Hagamos algo, tenemos medios a nuestro alcance para poder llegar a esas marcas y decirles lo poco que nos gusta el tratamiento que dan a nuestra imagen. Somos personas razonables y estoy convencida de que nos harán caso. Do you get me?
Gracias por dejar tu comentario y por difundir. Juntas, somos +.
[…] Es evidente que hay quien encuentra la forma de exprimir a fondo lo de la hipervisibilidad vs. invisibilidad que tan bien explicaba Arantxa. […]
Gracias por el comentario. Saludos.
Coincido, hemos avnazado pero no tanto….. acabo de escuchar lo último de Media Markt y prometo no comprar nunca más allí….
@Idoya, me sumo a la propuesta, lo de Media Markt no tiene un pase. Cuantas más dioptrías pongo a las gafas ultravioletas más ciego veo al mundo. Un abrazo y hasta pronto, espero. 😉
«se vende a partir de los deseos y se compra para que esos deseos se hagan realidad»…..está claro que un producto no se vende por sus características (porque hay cientos de ellos), sino porque queremos conseguir esos atributos con los que identificarnos…y yo creo que ahí está el mal, en que vivimos en una sociedad que desea consumir de forma feroz, que no fomenta los valores de la persona y un largo etcétera que ya conocemos de sobra….por tanto, yo apuesto por rehacer esta sociedad que nos está comiendo http://vimeo.com/73234721
@Roberto,estoy contigo. O hacemos esfuerzos por cambiar o acabaremos fagocitados. Insisto en la necesidad de detectar hackers sociales que nos ayuden a manipular el código establecido.
El vídeo, tan duro como real. Gracias por la muestra y por dejar tu comentario.
Saludos
Arantxa
I really like your writing style, great info, thank you for putting up bdfgfegdcdbd
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