La ley del unicornio o cuando la palabra mujer se usa para ocultarnos
30/09/2014 en Doce Miradas
¿Conocéis la ley del unicornio? La primera vez que yo tuve conocimiento de este particular principio pensé que vendría asociada a que en determinados ámbitos somos como animales mitológicos: ni estamos ni se nos espera. Pero no… tira más bien para otro lado. Fue formulada a través de un tuit por la tecnóloga Emma Jane Hogbin y dice lo siguiente:
If you are a woman in Open Source, you will eventually give a talk about being a woman in Open Source.
Si eres una mujer en el mundo del software libre, es muy probable que impartas una charla sobre ser una mujer en el mundo del software libre.
Y ahí que mi cabecita se rompe en dos, con la usual dicotomía que se me presenta en estos terrenos. Porque, si das la charla, mejoras la visibilidad de las mujeres en ese ámbito. Pero… ¿realmente estás ocupando el lugar que quieres ocupar? Es decir, el de experta en tecnología no por tu sexo sino por tus conocimientos o por tus aptitudes. Por no hablar de los congresos que aprovechan esto para rellenar con mujeres su cartel, en vez de que estén allí para hablar de la temática central del mismo.
Esto mismo lo vi más claro recientemente con el nombramiento de la nueva directora de la BBC: Rona Fairhead. Sí, porque tiene un nombre: Rona Fairhead. Y es que en la mayoría de medios se obvió esa parte (además de su espectacular currículum), quedando oculta bajo el titular de «Una mujer dirigirá por primera vez la BBC«. Por no hablar de los que optaron por definirla basándose en su descendencia: «Mother of three poised to lead the BBC«. ¿Os imagináis estos mismos titulares con hombres como protagonistas?
Buscando en el principal buscador de internet la frase «primera mujer», fijaos cuáles han sido los resultados sugeridos por el mismo (para echarse a llorar):
Entonces me he puesto a pensar en cómo la etiqueta mujer ha sido usada en nuestra contra a lo largo del tiempo. Antes como “mujer de…” para ocultarnos tras un hombre y ahora como “la primera mujer en… ” para ocultar nuestras capacidades. Porque de hecho, muchas personas aún usan esto como arma arrojadiza indicando que ese mérito o respeto es solo porque se trata de una mujer.
Por supuesto, para romper con la ley del unicornio, no hay que dejar de luchar por los derechos de las mujeres. Cuantos más espacios públicos ocupemos, mejor. Pero tendremos que estar alerta sobre los espacios que nos ganamos y que, sin embargo, parece que nos dan por ser mujer y no por nuestras capacidades. La próxima vez, intentaré no preguntar a una mujer qué se siente al ser mujer en su desempeño laboral en vez de interesarme directamente por lo que hace y cómo lo hace. Escribir o hablar sobre esas mujeres no es malo. Lo malo es que directamente digamos que lo hacemos porque son mujeres y obviemos sus capacidades.
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¡Brillante, colega!
Por cierto: mira dos formas de tratar la misma noticia:
http://www.thebusinesswomanmedia.com/amal-alamuddin-marries-actor/
http://www.hola.com/cine/2014093073946/boda-george-clooney-exclusiva/?utm_source=facebook&utm_medium=social_media
JA!
Gracias Jaio. Justo me pasó ayer el primer enlace Txipi. ¡Muy grande! 😀
Hola. De hecho, hay manuales de estilo (yo, a mi rollo) que recomiendan no usar expresiones del tipo «una mujer policía», sino «una policía», porque en «una mujer policía» el núcleo, lo sustantivo, es «mujer» y «policía», en cambio, adjetivo y accesorio. Y no es lo que pretendemos.
También se suele recomendar no plantear las noticias como «primera mujer que / en …» porque dan sensación de que comenzamos de cero, una y otra vez, en plan Sísifo. Y tampoco es eso: esto ya empezó hace mucho y sigue.
Tú sigue a tu rollo porque me encanta. Aprendo un montón. ¡Gracias Noemí! Me lo apunto para próximas comunicaciones.
Sugerente y pienso en colectivos de menor tamaño compuestos en esta ocasión por hombres y mujeres que padecen esa ley quizás de manera más clara: personas con síndrome de down, etnias y procedencias geográficas concretas, personas con alguna discapacidad… Luego el principio-ley va más allá de hombre o mujer ¿no? 😉
Efectivamente, es aplicable a otros colectivos. Pero el que nos ocupa en este caso tiene una característica que no comparten el resto (o eso creo): el colectivo de mujeres no es una minoría. Así que esto también nos tendría que hacer pensar.
Poner los ojos y las miradas sólo en las mayorías suele acabar matando y enterrando la diversidad y el cuidado por lo débil y pequeño 😉
Totalmente de acuerdo, pero es que el propósito de Doce Miradas es visibilizar a la mujer ;-).
Las mujeres quizás mejor que La mujer; porque, digo yo, que también ahí habrá diversidad y un ojo especial por lo débil invisible y pequeño 😉
Estoy con Noemí, “una mujer policía”, “mujeres empresarias”, etc., son expresiones redundantes y contraproducentes. Pero en el caso de la noticia de la BBC al seguir leyendo hubo otra cuestión que me ha hecho saltar la alerta, y es el que la nueva presidente entra “en tiempos en que la cadena pública británica se ha visto enfrentada a diversos escándalos y ha tenido que lidiar con constantes cambios y recortes presupuestarios”.
Esto tampoco es nuevo, parece que cuando los países, empresas o instituciones están boyantes es más difícil acceder a los círculos de poder, pero cuando están en declive se abre un poco el abanico para arreglar o soportar el entuerto. Y entonces entra en juego lo de la ley unicornio, estupenda expresión que nunca había escuchado por cierto.
Un saludo.
Pues genial que tengamos que entrar en tiempos complicados, ¿no? Eso quiere decir que tenemos poder resolutivo y grandes capacidades. Eso sí, hay que coger ahora espacios para que cuando vuelvan los aires de calma, sigamos ahí posicionadas ;-).
Felicidades! Me ha encantado tanto el enfoque como la forma de explicar el tema.
Estoy totalmente de acuerdo y me apunto a seguir luchando para, además de intentar parar otras injusticias machista, romper la «Ley del Unicornio». Comparto 😉
Muchísimas gracias Irene :-).
Lorena, me gusta tu mirada sutil y cómo decapas la superficie. Estoy totalmente de acuerdo con que hablar desde el rol de «mujer en el mundo del tal o cual» es una evidencia de que «estar» en ese mundo es ya una noticia, lo que podría restar interés al mensaje de esa mujer como profesional.
Pero todo esto tiene muchos matices, por ejemplo: esa tradición de que los profesionales públicos invisibilicen su vida personal y sean solo eso, profesionales, también responde a un paradigma androcéntrico, ese que hipervalora la vida profesional pública en detrimento de lo doméstico, del cuidado de la vida…. que la soporta y por eso: ¿permitimos o incluso defendemos la visibilidad de los múltiples roles personales de cualquier profesional o copiamos el modelo masculino y apostamos por ocultar lo que no sea profesional? Yo digo que cada quien decida y que critiquemos o defendamos todo, depende del contexto, de lo que se quiera resaltar… bueno, gracias por las miradas entrelazadas.
Qué interesante punto de vista Izaskun. Me está encantando la reflexión extraída a través de los comentarios. No me había parado a pensar en que me había quedado con el ejemplo masculino profesional. Tendremos que trabajar más en sacar la vida personal de los personajes masculinos y que estos también se sientan cómodos mostrando esa perspectiva.
Mila esker!
Me ha resultado muy interesante; primera vez que me acerco a la «ley del unicornio»!!.
Comparto una reflexión:
.- la necesidad de que sí se hable de conciliación de manera pública. En lugar de dejar de hacerlo con mujeres que ostentan posiciones de poder, HACERLO CON LOS HOMBRES para visibilizar, reconocer, poner en valor, etc. las tareas domésticas y de cuidados que han de incumbirles sí o sí.
LAISTER ARTE
Te digo lo mismo que a Izaskun. No había caído en esa parte y ahora me parece clave, ¡así que gracias por aportar! Por eso me gusta escribir en Doce Miradas, porque el post es una excusa para reflexionar entre todas y todos.
A ver qué os parece esta noticia que publica hoy El País (http://elpais.com/elpais/2014/10/09/estilo/1412852795_744330.html):
Elizabeth Holmes, milmillonaria a los 30 años.
Biotech, la intersección entre la tecnología y el ámbito de la biología, es una de las palabras que más se repiten en Silicon Valley. Ahora el sector acaba de crear su primer gran mito: Elizabeth Holmes, soltera de 30 años, la primera mujer que alcanza una fortuna superior a mil millones de dólares por sí misma, sin herencias ni divorcios de por medio, y la mujer más joven en entrar en la lista Forbes de las 400 personas más ricas de Estados Unidos (está en el puesto 110). Una cifra que ha superado con creces: la joven tiene una fortuna estimada en más de 4.500 millones de dólares (poco más de 3.500 millones de euros), la mitad del valor de la empresa que dirige y de la que posee el 50% de las acciones.
Gracias por ayudar a que miremos la realidad con otras gafas!
Ojiplática me quedo. Otro gran ejemplo de la ley del unicornio. Yo, para ver si me he pasado con la mirada ultravioleta, suelo cambiar el género a la noticia. Me imagino entonces a «Harry Holmes, milmillonario a los 30 años» (hasta aquí nada me chirría). «Harry Holmes, soltero de 30 años, el primer hombre que alcanza una fortuna superior a mil millones de dólares por sí mismo, sin herencias ni divorcios de por medio» y ahí es donde me caigo de la silla 🙁
¡Gracias por traer el apunte, Idoia!