Un compañero no se aparta

marzo 28, 2017 en Doce Miradas

Esta semana me ha llegado por WhatsApp el video poema «Compañeras», de Marwan. Os invito a verlo y a escucharlo con atención porque es muy bonito y muy emocionante. Está escrito para eso, para rozarte adentro. Si eres hombre, para acompañarte en el reconocimiento a las mujeres de todos los tiempos; si eres mujer, para sentirte comprendida, valorada, reforzada, reconocida y para que pienses: hay hombres para los que no pasa desapercibido todo lo que cargamos.

Mientras van sucediéndose los versos, una chica baila en un camino y un montón de mujeres de edades distintas y en ambientes variados se suceden con el poema de fondo. Hay algo en todo este montaje que me incomoda y me cuesta detectarlo. Así que vuelvo a verlo, con las emociones ya experimentadas y los sentidos predispuestos a una mayor objetividad. Comienza así:

“Lo mejor que puede hacer un hombre cuando ve a una mujer besar a su hijo, romperle la cara al invierno, partirse la espalda por el resto, es apartarse”.

No entiendo muy bien este “apartarse”. ¿Es por respeto, veneración? ¿Para no interferir en algo que no le corresponde? ¿Para no molestar? Entiendo que el autor intenta expresar algo así como: “observa qué grandes son las mujeres cuando hacen lo que hacen”. Pero lo que literalmente dice provoca en mí la imagen de hombres que admiran a las mujeres desde la barrera, aparte.

Sigue:

Decía Escandar que mirara por donde mirara solo veía mujeres luchando o mujeres cargando, mujeres abriendo, mujeres curando; madres que se crujen el alma para arrancar las piedras que le surgen a tu camino… Las verás siempre dispuestas –lobas que amamantan- cuidan a sus cachorros, cuidan todo. Madres de brazos abiertos, de pecho abierto, de alma abierta. Son perfectas por el simple hecho de existir, de haber nacido, de devolver ese regalo dándonos otra vida” (…) “Deberías aplaudirlas, con sus hijos (…) limpiando el mundo, a cargo de la casa, a cargo de la vida (…) trayéndote luz, borrando de tu frente los fantasmas…”.

Me reconozco y reconozco a muchas entre esas mujeres que “cuidan todo”. Y me cuesta entender por qué si nuestro aporte y soporte es tan evidente para  esos compañeros que hablan tan bien de nosotras, no los tenemos cuidando de todo junto a nosotras. En este segundo visionado del poema me revuelvo un poco, porque creo que no quiero esos aplausos de reconocimiento porque limpio el mundo, me encargo de la vida, traigo luz y borro los fantasmas de las frentes… ¿Hacemos todo esto las mujeres porque, como dice Marwan, somos perfectas? Me siento caer en una trampa: la de reconfortarme en el reconocimiento y sentir que con eso se alivia el peso descompensado de mi carga.

Lo que es perfecto para la perpetuación de la desigualdad es ese kit perverso de mensajes inhibidores de la promoción y el desarrollo que respiramos las niñas nada más nacer, cuando lloramos por primera vez. A partir de ahí nuestro viaje es la conciliación del cuidado de todo(s) y nuestra supervivencia, la búsqueda desesperada del equilibrio entre nuestro deber ser, las obligaciones reales y generadas, y la culpa en la recámara.

Me pregunto si valen este poema y otros (escritos con similar compromiso y las mejores intenciones) como reparación por tanto abuso. Me pregunto si reconocerle a una mujer lo estupenda que es, felicitarla el 8 de marzo y el primer domingo de mayo si es madre, no se nos queda un poco corto si no hay compañeros antes, durante y después dándole sentido a ese reconocimiento.

El trabajo más difícil del mundo

Hago un paréntesis para rescatar otro video que vi hace un par de años cuando se acercaba el día de la madre:

Presenta varias entrevistas para una oferta de trabajo imposible que son, finalmente, una excusa para otra loa a nuestra entrega y dedicación a la familia, y a nuestra desaparición sin reproches detrás de las sonrisas de los nuestros: “si ellos están bien, yo estoy bien”. Me pasa siempre con estos vídeos: que primero me cautivan y después me ponen triste.

Ilustración de Merche Escribano

¿Por qué se echan a reír todos y todas las candidatas cuando descubren que al perfil requerido para el puesto solamente se ajustan las madres? Les estaba pareciendo tan abusivo, tan terrible, tan ilegal, tan inhumano que les estuvieran proponiendo aceptar gratuitamente esa tarea demencial…  Y, sin embargo, ¿está todo bien si es para una madre? ¿A nadie le dan ganas de llorar? ¿Nadie siente una tremenda rabia por cada una de esas sonrisas cómplices con la losa que se nos pone a las mujeres sobre el pecho cuando somos madres?

Pues se ve que no. Se ve que si le escribes una carta a tu madre, ella se va a quedar tan contenta y ya está. Y así es en la mayoría de los casos. Porque nos han educado para que nos merezca la pena ser madres e, incluso, para que no veamos la pena casi por ninguna parte. Viñeta de Mafalda

No escapan al poeta Marwan las múltiples situaciones de injusticia que soportamos las mujeres de todo el mundo: la violencia machista, los techos de cristal, el trabajo no remunerado, la brecha salarial, “querer y callar”, la dictadura de los cosméticos, las mujeres como objetos para el goce, los matrimonios acordados… Dice “mujeres a las que obligamos a ser madres, amantes, florero, costilla, cenicientas, cocineras, putas (…) felpudo…”.

Y añade: “no tenemos el valor de reanudar el mundo con ellas al mando, con nosotros al mando, con todos al mando”. La verdad es que este poema es muy hermoso: la denuncia de la desigualdad está por todas partes y pongo en valor este texto por ello. Pero echo en falta una llamada a la desobediencia de los hombres ante las normas, las costumbres y las creencias manifiestamente abusivas y opresoras que viven sus compañeras. También, y sobre todo, acuso la ausencia de un posicionamiento de querer estar junto a nosotras en una reivindicación que no es nuestra, sino de toda la sociedad; de cualquier sociedad que se quiera llamar justa: “mujeres frenadas, mundo patriarcal, mundo enfermo”.

“Compañeras” es, precisamente, el nombre del video poema y esto es lo que dice Marwan en los últimos versos:

“Yo solo quiero que descansen, que las dejemos descansar; que este siglo, poco a poco, les devuelva lo perdido, sus horarios. Que dejen de limpiar nuestro camino, de resolver nuestro crucigrama, que ya tienen bastante con los suyos”.

Compañero Marwan: ¿no cabrían aquí unos versos para una llamada general que haga factible tu deseo? ¿Una llamada a “reanudar el mundo con ellas al mando, con nosotros al mando, con todos al mando”?

Nuestro descanso y las respuestas de los crucigramas no caerán del cielo, por mucho que haya hombres que se aparten para admirar cómo le rompemos la cara al invierno y nos partimos la cara por el resto.

Dices tú, compañero poeta: “Madres, mujeres, hermanas, pareja, compañeras, eternas, compañeras, milagro, compañeras, sin dueño, compañeras y siempre compañeras”. Digo yo: mejor un compañero que acompañe y no se aparte.

 

Mujer de verso en pecho

marzo 21, 2017 en Doce Miradas

“Cuando me dolía el brazo de tanto acariciar,
la mano de tanto bendecir,
el culo de tanta patada decidí: (¿Qué decidí?)
¡Ah! No dejarme pegar y sobre todo no pegarme a mí.”
Gloria Fuertes, Obras incompletas, p. 297

 

Este año celebramos el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes.  Referente de la literatura infantil y también de la poesía adulta: Gloria, como decía ella…”una perdida entre tanto mangante” pisa firme hoy, con merecido lugar propio, en el mar del arte y las palabras. Esa mar en la que las caras visibles están copadas y ocupadas por los hombres.  Camilo José Cela se refería a ella como “la angélica y alta voz poética a la que los hombres y las circunstancias putearon inmisericordemente”.

La poeta de las niñas, de los niños. Pero sobre todo “la mujer de verso en pecho”, nos regaló ingeniosos (casi plásticos) versos comprometidos con el feminismo, la paz… con la Vida al fin y al cabo; mostrando con destreza, ironía y frescura los rincones profundos de la alegría, el dolor, la muerte y la soledad.

Son muchos y muy buenos los artículos y libros que recogen los poemas y la vida de Gloria fuertes (destaco especialmente «El libro de Gloria Fuertes, antología de poemas y vida» de la Editorial Blackie Books). A ellos me sumo, con este pequeño homenaje lleno de admiración y agradecimiento, en mi caso a modo de… bio-graphic.

 

Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
—supervivo de todos los naufragios—,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.

Nací para puta o payaso,
escogí lo difícil
—hacer reír a los clientes desahuciados—,
y sigo con mis trucos,
sacando una paloma del refajo.

Nací para nada o soldado,
y escogí lo difícil
—no ser apenas nada en el tablado—,
y sigo entre fusiles y pistolas
sin mancharme las manos.”

Somos mujeres

marzo 14, 2017 en Miradas invitadas

Elena López (@_mariaelena95_). Describirme a mí misma sería un poco narcisista. Pero, he de decir que soy una humilde estudiante canaria perdida por tierras madrileñas. Mis ojos han sido despertados por el interés de la Criminología, y aquí estoy, en el último año del grado en la Universidad Rey Juan Carlos. Y siendo mujer, mi alma ha gritado la importancia como tal. El alma como tal. El corazón como amor. Siendo mujer, he sido atraída por quien te dice querer. Aunque luego demuestre lo contrario. Porque a veces, no hace falta explicaciones. Porque a veces se siente o no se siente.

Cuatro puñaladas. Vamos a ocho. No, ocho no que son pocas, doce mejor. Órdenes de alejamiento de por medio. Denuncias escritas, otras sin resolver. Sangre recorriendo toda el alma. Dolor por todo el corazón. Dolor en la mirada. Dolor al sonreír. MUJERES.

¿Qué manera tan cruel de morir, no? Qué forma de acabar con la vida de una persona. Persona que te ha disparado sonrisas al corazón, y no disparos que quitan la sangre del amor.
Y llego a la conclusión de, ¿por qué? ¿Por qué a ellas? ¿Por qué, si hay seguridad? ¿Por qué hay individuos que deciden acabar con la vida de quien dicen querer, de quien dicen amar? ¿Por qué? No existe explicación alguna que muestre una respuesta a esta vía sin salida, sin escapatoria. Bueno, sí. Son MUJERES.

Son molestia. Son “objetos”. Son cansancio. Son aburrimiento. Son pérdida de tiempo. Son esclavas. Son amas, pero no de casa. Son agobios. Son incomprensibles. Son difíciles. Son raras. Son egoístas. Son provocativas. Son guapas, pero solo para la mirada de quien las posea. Son MUJERES.

Qué triste no reconocer el valor de una persona. Qué lastima no hacer sonreír a la persona que amas. Qué pena hacerle perder el tiempo a alguien que da la vida por ti. Que mueve el mundo por ti. Que se cambia por ti. Que transforma tus días negros, en color. Que te da su alma a cambio de nada, o ¿sí? A cambio de cariño. De amor. De pura compañía.

Transformar la claridad de un precioso día, en pura oscuridad. En pura cueva sin salida. Transformar a tu amor en un ser sin ganas de vivir. Sin ganas de reír. Sin ganas de salir. Sin animo para sonreír. Sin ánimos para recomponer los cristales que tú le rompiste a pedazos. Los que le rompiste por gusto. Por diversión. Por héroe. Pero claro, son MUJERES.

Mujeres atadas a una relación de cuento. De mentira. Enredadas a un amor imaginario. A un amor que decía ser para toda la vida. A un amor que la cuidaría durante todo el viaje. El viaje de sus vidas. Un viaje lleno de aventuras, de locuras, de amor. Un viaje de ida, pero no de vuelta. Un viaje decidido por ambos. Un acompañante elegido. Un compañero de vida. Un amor escogido. Un amor roto.

No te engañes. Nunca te conoció. Nunca sus ojos te dijeron te quiero. Nunca su sonrisa te dijo te amo. Nunca te conoció. Nunca jurarías que haría eso. Nunca imaginaste un mundo sin luz. Nunca pensaste que su alma se quedaría sin tinta. Nunca imaginaste que esa tinta te la pintaría a ti. A tu corazón. Nunca imaginaste ver cristales por el suelo. Nunca imaginaste no poder caminar descalza. Nunca le conociste. Nunca le conociste lo suficiente porque eres MUJER.
Pero es que hay personas que se basan en la piel. En el roce. En el amor. Quizás no lo sabéis, “queridos hombres que hacen derramar lágrimas a esos seres de los que presumen amar”, pero muchos de esos seres necesitan alma. Necesitan magia. Necesitan corazón.

Que no se entiende, pero es que el amor no se explica. El amor no entiende de edades, de situaciones, de números, ni de distancia. El amor no entiende de nada. El amor es piel con piel. Pero la piel es de quien la cuida, no de quien la destroza. Que quizás no lo sabéis, pero hay amores que se acaban. Que terminan. Que donde vosotros veis un punto y aparte, no os engañéis, hay un punto y final. Y ese punto y final es para ti.

Son. Bueno, somos MUJERES sí, pero no os equivoquéis. No buscamos un piropo fácil de pronunciar. Buscamos un alma difícil de encontrar. Somos difíciles, pero es que lo fácil aburre y no es hermoso. Para ser hermoso tiene que ser difícil, ¿no creéis? Quizás se cansó. Se cansó de tanto aburrimiento. De tanta monotonía. Sí, también somos aburridas. Es que tenemos una rareza que nos hace peculiar, una búsqueda de sentidos diferente. Una búsqueda de sentimientos egoístas. Pero bueno, es que buscamos amor y cariño, y claro, eso es muy difícil de encontrar. Muy difícil de dar.

Alma. Magia. Corazón. Eso buscamos. Eso anhelamos. Eso queremos. ¿Por qué? Porque somos MUJERES. MUJERES nacidas para vivir, pero mejor sin dolor. MUJERES pintadas para sonreír, pero sin escondites. MUJERES recreadas para volar, pero en libertad.

¿Y queréis una explicación?
Somos MUJERES.

8 frases para el 8 de marzo

marzo 7, 2017 en Doce Miradas

Siempre quedará la duda razonable: ¿cuánto de verdadera conciencia hay tras las celebraciones del 8 de marzo y cuánto de «reivindicación políticamente correcta»?
Compartimos esta duda, ya que hasta que estas declaraciones metidas en calendario no se vean soportadas por acciones concretas, por medidas correctoras y activas en el día a día, siempre quedará esa sombra de incertidumbre.
Desde esa posición que nos lleva a estar permanentemente en situación de alerta (¡qué cansado resulta!) nos alegra ver que cada vez más agentes de todo tipo y condición consideran incómodo optar por quedarse al margen de la denuncia de las desigualdades. No siempre ha sido así, y seguro que cualquiera que esté leyendo esto puede recordar 8 de marzo menos relumbrantes que estos últimos. Días en los que unas pocas mujeres se manifestaban casi solas por las calles. Bienvenidos sean los codazos en las fotografías oficiales y en las pancartas; es señal de algo, queremos pensar.
La igualdad es camino de largo aliento; necesita muchos pasos, y muchas piernas dispuestas a recorrerlos. Hemos recopilado algunas citas que de una u otra forma nos han ayudado a lo largo de la historia a no desfallecer.
No están todas las que son, pero son todas las que están.

1 – «El lenguaje, la palabra, es una forma más de poder, una de las muchas que nos ha estado prohibida» – Victòria Sau

2 – «La gente se siente mucho más a gusto con el feminismo estilo «Cincuenta sombras de Grey». Posiblemente piensan que que la vida sería mejor si las sufragistas no hubieran reclamado el voto femenino y se hubieran limitado a disfrutar encadenándose al mobiliario urbano.» – Frankie Boyle, escritor y humorista

 

3- «Me convertí en feminista porque la alternativa era convertirme en masoquista.» – Sally Kempton, escritora

4 – «Ginger Rogers hizo exactamente todo lo que hizo Fred Astaire, pero marcha atrás y con tacones.» – Faith Whittlesey, política norteamericana

5 – El feminismo es un movimiento político socialista y antifamiliar que anima a las mujeres a abandonar a sus maridos, matar a sus hijos, practicar la brujería, acabar con el capitalismo y hacerse lesbianas. – Pat Roberson, telepredicador norteamericano

6 – «El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas” –  Angela Davis

7-  “No dudemos jamás de que un pequeño grupo de personas conscientes y comprometidas puede cambiar el mundo.»Margaret Mead

8- «La igualdad de género es más que un objetivo en sí mismo. Es una condición previa para afrontar el reto de reducir la pobreza, promover el desarrollo sostenible y la construcción de buen gobierno” – Kofi Annan