Ya lo dice la canción de Mavis Staples…

23/07/2019 en Miradas invitadas

Nerea Kortabitarte (@nerekorta)
Periodista de profesión y madre a jornada completa de dos feministas en potencia. Me apasionan la comunicación y la cultura. Y tengo la enorme suerte de dedicarme a ello profesionalmente desde hace veinte años. He trabajado tanto en el sector privado (Fnac, Telecinco, Cadena SER, Irusoin) como en el público (Donostia Kultura, Plan Estratégico) para diferentes proyectos culturales. En otoño publicaré mi primer cuento infantil sobre estereotipos de género e igualdad, “Juliette, chica valiente”.


«Las mujeres lideran el Primavera Sound» éste es el titular de la noticia destacada en la sección de cultura de un periódico de tirada nacional. La organización del Festival en Barcelona ha presentado este año un programa regido por la paridad. El resultado no sólo no ha mermado un ápice la calidad de las propuestas si no que además arroja titulares como éste por su mero valor artístico. Ya era hora, dicen muchos. Nunca es tarde, pienso yo. Más cerca, el Heineken Jazzaldia presenta una edición donde resalta el talento femenino. Grandes voces femeninas como la mítica Joan Báez, Diana Krall, Silvia Pérez Cruz, Martirio, María Schneider o Zahara entre numerosos nombres masculinos. La buena noticia es que aunque sigan siendo minoría las mujeres, los programadores son ya muy conscientes de que la sociedad reclama una mayor igualdad en todas las esferas de la vida pública. Ya no hay marcha atrás… en el mundo de la cultura, como en la sociedad, se reclama esa visibilidad.

Cuenta Cande Sánchez, profesora de Semiótica e Industrias Creativas en la Universidad de Alicante, que Madonna es la única mujer comparable en cifras, según la revista inglesa Official Charts, a Michael Jackson, Elvis Presley, The Beatles, The Rolling Stones, David Bowie, Bruce Springsteen y U2. Prepara una parte del curso de verano Rock and Roll Business. El Negocio de la Música Contemporánea en la Rafael Altamira. Ella, la única ponente femenina, aprovechará para disertar sobre la evolución de la mujer en la música popular, de grupies a sujetos activos que conquistan los escenarios y otros trabajos de la industria. Para reflejar la desigualdad existente por cuestión de género explicará cómo cada artista ha tenido que luchar por una o varias de estas cuestiones, con ejemplos que a todos nos resultarán familiares: sentimiento de culpa y Chrissie Hynde, síndrome de la impostora y Lady Gaga, acoso laboral y Bjork, violencia de género y Tina Turner, renegar del feminismo y Patti Smith… Una buena sesión de feminismo en la industria de la música, que falta hace.

En una entrevista reciente Anna Villarroya, profesora de Economía de la Cultura y Políticas Culturales y colaboradora del Observatorio Social de “La Caixa”, decía que las aulas están llenas de estudiantes mujeres en materias relacionadas con la cultura y, sin embargo, al llegar al mercado laboral una buena parte de ellas desaparece. Los motivos son varios, problemas de conciliación que se agravan si trabajas de noche o los fines de semana dando conciertos, estereotipos sociales y sesgos de género inconscientes que hacen que las mujeres reciban menos reconocimientos. Y ésta es una realidad que vemos a diario los que nos dedicamos a la programación y comunicación cultural, muchísimos grupos de música con todos sus miembros formados por hombres, algunos de ellos con mujeres sólo al mando de las voces y pocos en su totalidad formados por ellas y concursos de DJ,s, por poner un ejemplo, donde la presencia femenina es residual.

¡Y qué decir del mundo de la literatura! Según datos del Ministerio de Cultura, de los 55.501 libros registrados en 2018, solo el 32% fueron de autoría femenina. Por primera vez se ofrece información acerca del sexo de los autores de las obras registradas en el ISBN y se ha constatado un panorama de desigualdad sobre la mesa en prácticamente todos los apartados culturales. Hace dos meses se celebró en México una nueva edición de la Bienal Vargas Llosa con una proporción de tres mujeres ponentes frente a trece hombres y una mujer miembro del jurado frente a cuatro hombres. La respuesta a un manifiesto de decenas de autoras y autores, editores y agentes de ambas orillas contra el “machismo literario” en el Festival ha sido que se ha seguido el criterio de la “calidad literaria”. Invisibles y peor aún, ninguneadas. La escasez de mujeres no es cuestión, claro está, de calidad sino de mirada. Porque la literatura de calidad está llena de mujeres. Y quien quiere mirar, encuentra.

Con este escenario de cambio lento pero cambio al fin y al cabo, lanzo dos propuestas. La primera y más importante, un llamamiento a las mujeres con talento creativo del mundo en general y de la escena local en particular. Ya está bien de renunciar y de permanecer en un segundo plano. Pasemos a la acción. Saquemos las melodías y los escritos guardados en un cajón, los proyectos de cine de la juventud y seamos valientes. A publicar discos y libros, a crear, a dirigir proyectos culturales, a estrenar películas y a dar el paso firme de formar parte de la escena cultural. Ya lo dijo Ana María Matute “El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”.

Y en segundo lugar, ahora que vamos a poder dedicar un poco más de tiempo a lecturas olvidadas, conciertos a la luz de la luna y cine en la calle, consumamos cultura creada por mujeres. Y por hombres también. No es algo excluyente, sino un sano ejercicio de coherencia. Que buena parte de los libros que leamos sean escritos por mujeres, que vayamos a conciertos de grandes músicas y que sigamos de cerca los últimos films de directoras, productoras y actrices. Es la única manera de visibilizar y la mejor forma de darles su justo espacio y merecido reconocimiento.

Yo ya tengo mi selección en la maleta de viaje: “Poemas” de Emily Dickinson, “Entre escamas” de Leire Bilbao, “Los aires difíciles” de Almudena Grandes “Eason” de Izaro, “We get by” de Mavis Staples y estrenan película este verano de Marina Seresesky y Valeria Bruni Tedeschi.

Ya lo saben… seamos, si es necesario, incómodas. Feliz verano.

“We shall not be moved” Mavis Staples

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