Se buscan hombres de verdad
23/01/2018 en Miradas invitadas
Nuria Coronado (@NuriaCSopena). Soy periodista, editora, asesora en comunicación y autora de Hombres por la Igualdad (Ed. LoQueNoExiste). Cursé los Másteres de Producción Radiofónica (RNE), Biblioteconomía y Documentación (Universidad Complutense) así como Mujer y Liderazgo (Escuela Aliter). Fui becaria Erasmus y Leonardo en Roma. He desarrollado mi carrera desde hace 25 años a caballo entre el periodismo (colaboro con El Español, 20 minutos, Diario 16, Público y AgoraNews, entre otros medios), la comunicación (soy responsable de Comunicación y RR.PP. de Juan Merodio), y la organización y presentación de eventos. Tengo dos hijos, creo a pies juntillas en el feminismo y en el activismo como única forma de defender nuestros derechos.
Cada día siento más la certeza absoluta de que el feminismo es una revolución imparable con todas la de ganar. Serán muchos los pasos que tengamos que seguir dando pero el fin del patriarcado descarnado y absolutista que hoy nos reina y pisotea está más cerca que nunca. Y lo está porque hemos decidido dar volumen al silencio y hemos roto el miedo a hablar y a denunciar.
Las mujeres hemos dicho ¡basta ya! y lo hemos hecho en manada, con toda la fuerza que nos da la naturaleza que nos pare y nos une. Las mujeres ya no bajamos la cabeza. Las mujeres denunciamos. Las mujeres sentimos más que nunca, tal y como decía Simone de Beauvoir, que nada puede sujetarnos o encarcelarnos porque “la libertad es nuestra única y propia sustancia”.
Ese alzar la voz no es ni fácil ni gratuito, tiene consecuencias muy dolorosas. Pero aun así merece la pena. “A las mujeres nos matan más porque ahora nos atrevemos a denunciar. Porque hemos decidido dejar de callar”, tal y como siempre recuerda una gran mujer que como Marina Marroquí un día dijo basta a quien la humillaba y maltrataba. Y así, acelerando cada vez más el paso, es como nos hemos convertido en ese movimiento de sororidad, que tan bien define la fiscal Inés Herreros, y que ella llama Mujeres Tormenta “es esa alianza entre hermanas que dentro de este contexto patriarcal en el que vivimos, evidencia que no es cuestión de fuerza vencer la tormenta, sino que somos nosotras la misma tormenta. Una tormenta de paz”, recalca.
A esa tormenta necesitamos sumar otra más. La que parte del otro sexo. Requerimos para ya mismo de la complicidad de los hombres sensibles que procesan como nosotras la igualdad. Hombres que, como bien describe Miguel Lorente en el prólogo de mi libro Hombres por la Igualdad, dejen de mirar para otro lado y también dejen de callar. “La sociedad está cambiando y la inexpugnable cultura del machismo ya muestra importantes fisuras y trozos de muralla caídos, pero ese cambio en verdad es una transformación asimétrica de la realidad, puesto que está siendo protagonizado y liderado por las mujeres. Los hombres, en su gran mayoría, están ausentes, muchos de ellos en una posición de aparente neutralidad, algo que forma parte de las trampas de la cultura, y otros, demasiados, incluso son seducidos por los nuevos planteamientos del machismo y su posmachismo, para de esa forma perpetuarse en los privilegios”, dice.
Unas impunidades que entre unas y otros tenemos que derrocar con algo tan simple y efectivo como es el señalamiento público. Porque es urgente, tal y como arenga Octavio Salazar no solo visibilizar las víctimas de las múltiples violencias machistas, sino también a los sujetos que las provocan y las alimentan. “Para señalarlos con el dedo, para deslegitimarlos, para en su caso aplicarles las consecuencias sancionadoras de las leyes, pero sobre todo para que socialmente sean catalogados como malos ciudadanos, como sujetos que deberían ser expulsados del pacto. Y ahí los hombres tenemos mucho que hacer y qué decir con respecto a los comportamientos y actitudes de nuestros iguales. Por eso deberíamos incluso superar el discurso a veces en exceso victimista que se adopta en estos temas, que puede dar la sensación incluso de un cierto paternalismo sobre las mujeres, y poner el énfasis en las responsabilidades masculinas”, subraya.
Necesitamos de esos hombres tormenta a los que ni les importe ni les de miedo someterse a la autocrítica de su masculinidad y la de sus iguales tan bien aprendida durante siglos. Hombres, que como nosotras, superen los silencios. Hombres que dejen de ser cómplices de una estructura brutal y despótica. Hombres aliados en lugar de encubridores. “Activos militantes que no se limiten a la tarea de mirarse en el espejo si no a la de deconstruirse”, que tan bien describe Salazar.
Con ellos a nuestro lado se escribirá la historia de verdad porque será la historia que nos represente a tod@s. Mientras que eso no llegue, las mujeres seguiremos batallando, lloviendo feminismo, para que el resto del mundo se empape de él. Y por más paraguas que algunos saquen, no les va a valer de nada. Palabrita de mujer.
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Me encanta vuestra página. Vuestra visión y forma de enfocar el feminismo y de identificar y señalizar el machismo.