Desprogramando el identikit en espacios de papel
17/09/2013 en Doce Miradas
Los mejores relatos son los que cuentan historias de verdad y, como historia real, la de la mujer no deja de asombrarnos, día sí y día también. En una ocasión escuché a Eduardo Galeano hablar sobre el “identikit” y me rechifló el palabro que podría definir, en este caso, la forma en la que mujeres y hombres nos relacionamos, los imaginarios sociales, los códigos de programación y los ámbitos para los que parece que estemos desprogramadas, unas y otros.
Hablemos pues de esas relaciones de poder entre mujeres y hombres en las que lo masculino se define por la dominación, y se vende con la musculatura, y lo femenino se define por la subordinación y se vende con la cirugía.
En este blog –aplaudo a mis compañeras- ya hemos tratado el ámbito de lo privado y de lo público como lógicas opuestas; lo público, arrebatado a la mujer, se configura como la esfera de la valía social, de la intelectualidad, de lo racionalidad y la autonomía; lo privado, se construye como el lugar para el cuidado de niños, mayores y enfermos, el reino de lo irrelevante y el símbolo del NO reconocimiento. En este marco, se dibuja una mujer incapaz de controlar sus emociones y, por tanto, carente de los atributos necesarios para lograr la racionalidad, la imparcialidad y la autonomía necesaria para la participación en la esfera pública.
Es de entender que mujeres que han llegado a ocupar puestos de máxima responsabilidad –imposible que no afloren apellidos como Thatcher o Merkel- se afanen en mostrar su perfil más masculino ligado a la rigidez, la frialdad y, si me lo permiten, la mala leche. Sin embargo, fíjense en dirigentes masculinos –cualquiera de ellos- esforzándose por demostrar su lado más tierno, siempre protectores y atentos con sus mujeres e hijas. Curioso asunto.
El identikit se consolida en la necesidad de mantener un orden dentro del sistema productivo. Para mantener la cadena productiva, con mano de obra masculina, fue necesaria una cobertura gratuita del trabajo doméstico y del cuidado familiar procurado por la mujer. Una mujer que se ocupaba de gobernar a su marido, su casa y su familia, mientras que el hombre se convertía en el proveedor de recursos económicos. Cada uno a lo suyo, al código no había que tocarle ni un punto ni una coma.
Esa misma necesidad productiva -segunda derivada- empuja a la mujer fuera del hogar cuando el mercado demanda un incremento de mano de obra para acelerar el circuito. La mujer se incorpora al mercado laboral ocupando los peores puestos y con salarios inferiores a los de sus compañeros. Esta situación se mantiene a día de hoy y se evidencia en el estudio “Determinantes de la brecha salarial de género” publicado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad. Este estudio revela que:
- Las mujeres cobran menos que los hombres en cualquier circunstancia o característica personal, laboral, geográfica o empresarial.
- La brecha salarial es mayor si se mide por rendimiento (41,3%) que por ganancia media por hora (19,3%).
Continuando en la misma lógica de mercado y la consolidación del identikit, la tercera derivada cae por su propio peso: en situación de crisis económica aguda, como es la actual, ese mismo modelo se ensaña especialmente con la mujer que regresa de nuevo a las labores domésticas. En esas estamos.
Me tranquiliza mucho la certeza de que el inconformismo de muchas personas –mujeres y hombres- hace que una sociedad avance. Y queda mucho por hacer porque estamos ante un desesperante slow-movement. ¿Han cambiado las cosas? La respuesta es SI, aunque con muchos matices. La mujer ocupa ciertos espacios tradicionalmente relacionados con roles masculinos y el hombre cada vez está más presente en los espacios femeninos. ¿Espacios de papel?
Admitiendo que la publicidad es un buen termómetro para medir la evolución de una sociedad, resulta desolador fijarse en los comerciales que presentan a hombres en espacios considerados femeninos -en la cocina, ocupándose de la limpieza del hogar o bañando a sus hijos-. El hombre, que se muestra inteligente, hábil y decidido en su rol público, aparece ridiculizado cuando se relaciona con el trabajo doméstico. Ella se desenvuelve estupendamente, actúa, dirige y gobierna porque es su espacio y está programada para hacerlo. Él acepta las regañinas de su compañera.
Así nos han educado, así nos han programado y modificar ese código es una tarea bien complicada. Las personas que hacemos la reflexión ideológica y nos esforzamos en construir un nuevo relato de la realidad cotidiana, vivimos en una gran contradicción: hackeamos el código para transformar conductas o, por lo menos, para cuestionarlas; pero el código es tozudo y se empeña por volver a la rutina inicial. Y es que, las actuaciones que van en contra de las convenciones sociales no son fáciles de asumir.
Debatir, llegar a acuerdos o plantear alternativas son tareas constructivas y esperanzadoras. Lo decepcionante es ver silenciado el debate en base a sentencias como “esto es algo natural en las mujeres”, “es que los chicos son egoístas por naturaleza”, “es lo normal, las cosas son así y siempre han sido así”. Esta interpretación colectiva es la que nos lleva a NO hacernos preguntas, porque la pregunta conlleva salir de nuestra zona de confort.
Así de fácil se perpetúa el imaginario social que sustenta sociedades desiguales e injustas. Basta con no hacerse preguntas.
Como cierre a este post, no puedo menos que compartir un vídeo –breve y revelador- que recoge un experimento psicológico sobre el modo en que tratamos a los bebés en función de su sexo. Una mirada hacia la construcción del identikit en espacios de papel, rosa o azul.
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Yo apostaría también por el empoderamiento como herramienta de cambio, no es fácil decir a la mujer que se defienda sola contra la sociedad que le obliga a cumplir un rol, según cultura, religión, pero si se empodera colectivamente, ella puede decidir si quiere llevar o no el pañuelo, si es la única responsable de la crianza y por tanto sea factible la conciliación de vida profesional y familiar (lo que tenemos son apaños), si sus sentimientos nos ayudan a crecer a todos como personas y no sin cosas de mujeres, …
Hola @Roberto!
Para desprogramar el identikit, además del empoderamiento colectivo femenino -trabajado ya por el movimiento feminista- necesitamos que los hombres avancen con nosotras. Si no conseguimos evolucionar al mismo ritmo lo tenemos difícil, es una cuestión colectiva sin distinción de género.
Gracias por tu comentario.
Saludos,
Arantxa
El caso que ponía sobre conciliación familiar y profesional, estaba pensando en los países en los que esta materia está más desarrollada, y siempre se llega al mismo problema, ella nunca va a tener las mismas oportunidades si ellos no toman parte de la crianza de sus hijos más allá del tradicional escoger centro escolar.
Hola, Arantxa. El vídeo de los bebés es demoledor y no deja lugar a dudas. Me vienen a la memoria todas las veces que he oído la frase «Yo he educado igual a mis hijas que a mis hijos». No me la he creído nunca y ahora, menos.
Es más, pienso que incluso antes de nacer, desde el vientre materno,tratamos de manera diferentes a las criaturas e interpretamos de forma diferente las pataditas, los movimientos, el tamaño, etc.
En fin, ha sido un placer. Voy a ver si sigo ocupándome de mi identikit.
@Noemi, la de veces que hemos escuchado eso ¿verdad? No nos damos cuenta -me incluyo- de todo lo que transmitimos de forma inconsciente.
Busquemos hackers que nos ayuden a modificar ese identikit (femenino y masculino). Tenemos que avanzar porque está claro que nos hemos quedado un pelín estancadas. 🙂
Por cierto, estoy deseando de leer tu próxima entrada.
Hasta pronto.
Arantxa
Arantxa, esta frase es excepcional. Más clarito imposible.
«Hablemos pues de esas relaciones de poder entre mujeres y hombres en las que lo masculino se define por la dominación, y se vende con la musculatura, y lo femenino se define por la subordinación y se vende con la cirugía.»
@Idoya, ceo que nos venden un modelo y lo compramos. Hay cuestiones muy evidentes ante las que no nos cuesta posicionarnos pero queda la brecha, el salto al vacío, el lugar de imposible debate.
Como decía mi querida amiga Ana Erostarbe en su post: Más allá hay dragones…
Gracias por participar en el debate.
Saludos.
Arantxa
Sin duda hay mucha tarea por hacer, de todas formas abundando en comentario anterior, «Si no conseguimos evolucionar al mismo ritmo lo tenemos difícil, es una cuestión colectiva sin distinción de género…», creo que a la tendencia, vicio, costumbre, hábito o como queramos llamarlo por determinadas formas involuntarias de actuar, hay que añadir las voluntarias. A ello añadiría que hay que cambiar las formas y las normas.
Un sistema organizativo que abogue por la igualdad en todos los ámbitos (el racial por ejemplo no es menos importante, el económico, etc).
Desde hace un par de años comencé a interesarme por la EBC – Economia del Bien Común y es la clave. Un nuevo sistema económico que prima ante los vicios creados la igualdad en todos los ámbitos, unida a la sostenibilidad, justicia social, medio ambiente, democracia, solidaridad la dignidad humana, en definitiva el Bien Común es la única solución posible.
Por cierto, se me han olvidado dos apuntes más. Uno lo acertado del vídeo, es aplastante y dos, lo acertado del niño, por dios que paciencia!!! Yo quiero uno como él!!! ¿o era ella?
😉
@Javier, creo que estamos en sintonía, aunque no me atrevería a aventurar cuál es la solución. Coincido contigo en que el sistema actual es palpablemente injusto y más aún si hacemos combinaciones magistrales como inmigración y mujer o discapacidad y mujer.
El vídeo es sólo una muestra, un toque de atención para reflexionar sobre el cotidiano en el que SÍ podemos actuar. Hay respuestas a las preguntas, sólo hay que hacerlas sin pasar de puntillas, cuestionando las interpretaciones colectivas.
Hackeemos el código social.
Por cierto, ¡tremenda paciencia la del chiquillo!
Gracias.
Arantxa
Arantxa…. pero cuánta tarea queda por hacer…
Y todos de la mano, hombres y mujeres.
Y claro, tras leerte y ver este vídeo que es la realidad, y que no sólo las abuelas y los abuelos de los niños, sino también los padres (me incluyo muy a mi pesar) seguimos de alguna manera manteniendo, nos hace pensar y reflexionar.
Sin duda, algo hay que cambiar.
Niñas ballet y danza, niños hípica y nuevas tecnologías…. Pues va a ser que no….
Habrá que pensar un poco más las cosas del día a día, el futuro de nuestr@s niños@s, casi nada.
@Marta, creo que el hecho de cuestionar nuestra conducta hace que asumamos la responsabilidad que nos toca. Yo también me incluyo cuando hablamos de sostener imaginarios sociales. Es imposible desprogramarnos, es agotador ir contracorriente y, a estas alturas, no creo en la coherencia absoluta. Es más, reivindico la contradicción en las personas.
Las gafas ultravioletas ayudan un montón a aprender a mirar. 🙂
Gracias Marta. Un gustazo que participes en este foro.
Abrazo.
Arantxa
Estupenda reflexión, siempre interesante lo tuyo. Gracias Arantza.
@Ana, ¡que bueno que viniste! Gracias, espero verte pronto y poder charlar tranquilamente.
Besazo.
Arantxa
@Roberto, tienes razón. Las mujeres tenemos un grave problema con la conciliación y la crianza. En general, por experiencia propia y por lo que aprecio en mi entorno, anunciar en el trabajo que estás embarazada es un trago. La vuelta, después de 16 semanas de baja maternal, es otro trago. Bueno, eso en el caso de que tengas opción de volver y no hayas sido despedida en ese periodo.
Negarte a asistir a reuniones más allá de las siete de la tarde vuelve a ser otro trago.
Todo esto es cierto, sin embargo tenemos que hacer algo más que evidenciarlo para poder avanzar. ¿Será que tenemos que revisar lo que todavía no hemos revisado? No tengo respuestas, tengo muchas preguntas que poner encima de la mesa. Por eso participo en este proyecto, porque fomentar el debate se hace más que necesario para explorar nuevos planteamientos que presenten nuevas situaciones y nuevas conductas.
Mil gracias.
Arantxa
Me entrometo en la conversación para decir que la conciliación y la crianza dejarán de ser un problema de las mujeres cuando sean un asunto y una responsabilidad de hombres y mujeres. Os beso.
Estupendo post Arantxa y un placer leerte. Me ha encantado lo del slow movement y se me ocurre que igual se acelera si, como muy bien dices, nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort mas a menudo y revisar nuestras creencias y comportamientos desde una mirada critica. Es muy liberador y si se hace en compania no resulta agotador. Y es que la igualdad de oportunidades no es solo un asu to de mujeres. Nos concierne tod@s, hombres y mujeres, y a la manera en que nos organizamos como sociedad. Sin embargo, me da la sensacion de que, a dia de hoy, la implicacion de los hombres como colectivo es la asignatura pendiente. Tenemos otras, pero esta es un basico para empezar a hablar.
Un gran abrazo
Maru, gracias por participar en este foro. Me encanta tenerte por aquí. 🙂
La implicación colectiva de los hombres es, en efecto, una de las asignaturas pendientes. Pero, si me lo permites, ¡menudo lío tenemos montado! Necesitamos esos hackers sociales y necesitamos personas como tú que nos acompañen en el proceso. Muchas veces tenemos las mejores intenciones pero no sabemos cómo gestionarlas; aprovechemos el conocimiento de quien ya se ha hecho las preguntas y tiene respuestas.
Es una suerte contar con tu apoyo.
Abrazo
Arantxa
¿Las mujeres cobran menos que los hombres en cualquier circunstancia o característica personal, laboral, geográfica o empresarial? La Inspección de Trabajo investigó el pasado año a 362 empresas en una campaña especial para detectar si existe o no discriminación salarial a las mujeres. Los resultados indican que de todas estas compañías, solo había siete (el 2%) en las que se encontró ese trato diferencial. La discriminación afectó al 4% de las 29.371 trabajadoras inspeccionadas http://cincodias.com/cincodias/2011/08/29/economia/1314597380_850215.html
¿En situación de crisis económica aguda, como es la actual, el modelo se ensaña especialmente con la mujer, que regresa de nuevo a las labores domésticas? ¿En esas estamos? EPA tercer trimestre de 2012: “en los 12 últimos meses el empleo se ha reducido en 835.900 personas afectando más a los hombres (565.500 que a las mujeres (270.400).” Tasa de actividad femenina 2008 50, 2009 51, 2010 52, 2011 52…..EPA tercer trimestre 2012: “la tasa de actividad femenina sube 0,06 hasta el 53,41%, mientras que la de los hombres crece sólo la mitad 0,03 y se sitúa en 67,18%”.
Algunas personas que hacemos reflexión ideológica y nos esforzamos en construir un nuevo relato de la realidad cotidiana vivimos en una gran contradicción: hackeamos el código para al menos cuestionar los dogmas que el feminismo ha conseguido colocar en circulación; pero el código es tozudo y se empeña en seguir la rutina inicial. Por más que he rogado a mis compañeras de cohorte eraria (40) que me demostrarán alguna discriminación que hayan sufrido por ser mujer, para ir juntos a luchar para deconstruirla, nunca han accedido a mi súplica y, además, tampoco han querido acompañarme a manifestarnos frente al tribunal de oposición en el que se presentaban con bastantes puntos más que yo debido a la mili, una vez habiendo pasado de la mano por el correspondiente registro militar. Y es que, las actuaciones que van en contra de las convenciones sociales, como el feminismo políticamente correcto en la actualidad, no son fáciles de asumir.
@Bilbobagit, ya veo que tú también te haces muchas preguntas. No voy a entrar en un rifi-rafe de datos estadísticos que, a mi modo de ver, son contundentes. Entiendo que pongas en cuestión parte de mis planteamientos pero creo que te equivocas al encuadrar mi pensamiento dentro del feminismo dominante. Y creo que también te equivocas al plantear el debate en una clave de enfrentamiento entre hombres y mujeres.
Si las mujeres avanzamos en un camino y el colectivo masculino no lo hace con nosotras, no llegaremos a ningún sitio. Seguiremos participando de una realidad que nos hace infelices y que nos asigna un rol en función de variables de mercado.
Soy consciente de que con más de seis millones de parados, hay un colectivo de hombres que sufre las consecuencias de no poder cumplir con la misión para la que está programado. Y muchas mujeres sufren las consecuencias de la situación en la que se encuentran sus parejas, sumada a la suya propia.
En el vídeo queda patente lo mucho que tenemos que modificar nuestra conducta para hackear el código escrito a sangre y fuego. En este sentido, como en otros, no he querido inclinar la balanza hacia ningún lado.
Por cierto, en cuanto a la mención a lo «militar» y ya que lo planteas, es un buen ejemplo de estructura que machaca al hombre para ir a la guerra y a la mujer para cubrir la retaguardia y ser luna de las principales víctimas civiles. Nunca he estado a favor de que la mujer se incorpore al ejército como sinónimo de igualdad de oportunidades; apuesto por abolir éstas y otras estructuras que nos asignan papeles en función de género.
Gracias por participar en el debate.
Saludos.
Arantxa
En un hombre eso es malo, ¿verdad?Ya se sabe que somos cabecitas locas que sólo nos asentamos orientados por una mujer, por eso detrás de cada gran hombre hay una de ellas.
Desde el noble arte de la retórica desde luego se hace bien no entrando a argumentar sobre unos datos estadísticos que se han conseguido hacer pasar por contundentes cuando son contundentemente falaces. Sólo se puede perder. Entiendo, porque he leído a Festinger, que la adhesión a sí misma no le permita una puesta en cuestión proba del sesgo de su balanza. La presentación de esos datos estadísticos es un ejemplo palmario de uno que comparte con la sociedad feminista que nos acoge.
La guerra entre hombres y mujeres ya a ha sido declarada, y cuanto antes se den cuenta los hombres de ello mejor para todos, sobre todo para ellos. Precisamente para poder participar de una paz real y no la pseudopaz de los discriminados, que diría Rabin.
Por favor, Arantxa, se lo ruego, no insulte a mi inteligencia.Eso y no otra cosa es sugerir la equiparación de lo que perdían las últimas cohortes erarias de chicos que fueron a la mili en España, o las últimas levas obligatorias para Vietnam en EEUU, con lo que lo hacían mis compañeras que se quedaban en retaguardia haciendo el primer año de MIR , o la novia del soldado de Alabama. De hecho, quién podía librarse de ir y quedarse en retaguardia lo hacía en su inmensa mayoría.Si lo duda, proponga una mili para mujeres.Yo me quedaré resignado, como ellas cuando de mí se trataba, trabajando y cobrando en lo mío en la retaguardia. Ahora va a resultar que el rol de obligado guerrero es neutro, como el de parado respecto al de pareja de parado.¿Y por qué no el de activa y pareja de activo que el feminismo esgrime como muestra de la «inequívoca» desigualdad subyacente, por ejemplo?.¿O entre supuesta golpeada laboralmente por la crisis y pareja de supuesta golpeada laboralmente por la crisis?Así,afirmar que la crisis se ensaña especialmente con la mujer carecería no sólo de realidad sino también de sentido alguno.Y todo para no reconocer lo evidente: que la residente jerárquicamente superior a mí jamás lo debió ser en justicia, que mis compañeras han disfrutado de 90.000 euros más que yo y otros muchos por la cara, que se presentan a oposiciones con más puntos relativos de los que en justicia deberían tener y que mantienen un vergonzante silencio cuando no inane negación porque esto les beneficia,lo que choca aún más al constatar lo estruendosamente vocingleras que se muestran ante cualquier atisbo, aun falso, de desigualdad de oportunidades en contra, las pocas «coronelas y generalas» incorporadas, por ejemplo. En aquellos años cohabitaban los cuarteles «soldadas» profesionales cobrando e incorporadas por voluntad propia. «No coment».¿Cómo era eso de la paja en ojo ajeno?
Gracias por dejarme participar en el debate
Saludos
@Bilbobagit, suscribo las palabras de mi compañera Macarena y agradezco la intervención.
Quiero dejar claro que en ningún momento he pretendido ni pretendo insultar la inteligencia de nadie, incluída la tuya. Tampoco tengo necesidad de patentar una superioridad intelectual ante nadie. Mi realidad cotidiana poco tiene que ver con la que presentas y tengo la fortuna de conocer personas, hombres y mujeres, que entienden la vida en clave de cooperación y que huyen de supuestas guerras montadas para seguir sosteniendo lo que tenemos.
En este blog no hablo de mis experiencias personales, que me ayudan a sacar conclusiones pero que no sirven para centrar el debate. Tampoco pretendo cambiar el mundo en un ámbito en el que no me considero una experta. Intento aportar desde una perspectiva constructiva.
También, y para finalizar, es una pena que las mujeres que hemos trabajado para abolir los ejércitos y, en concreto, para acabar con el servicio militar hayamos pasado inadvertidas una vez más.
Saludos.
Arantxa
Igualmente agradezco se me deje intervenir. No pongo en duda el carácter constructivo y sincero de sus intervenciones. Sólo las creencias de las que parte.
Las experiencias personales no ayudan a centrar el debate con lo de particulares tienen pero sí pueden utilizarse como ejemplos clarificadores de cuestiones generales. Como ocurre en las prácticas estudiantiles. La vivencia de la mili era pública, aparecía en el BOE del reino de España y hacía perder un año a la mayoría de los jóvenes varones de este país. La policía militar pagada con dinero público y dirigida por los representantes públicos del corpus electoral se encargaba en algunos casos, por decirlo suavemente, de recordar que así, pública, debía seguir siendo. En el lado opuesto, si su Arcadia feliz, que es parecida a la mía, fuera ejemplo de una generalidad lo que tenemos ya habría cambiado. Las mujeres no tendrían que demandar dejar de tener que pedir cooperación, agotador según una de sus compañeras. La guerra está montada para que todo cambie siguiendo todo igual, excepto el grupo dominante. Ocurría con la pujante burguesía y la nobleza en El Gatopardo que parafraseo. Todo ello sin negarle que tengo la fortuna de conocer personas, hombres y mujeres, que entienden la vida en clave de cooperación y que huyen de la guerra montada por el hembrismo para mejorar lo que tenemos exclusivamente para sí.
Pues a mí me parece que es una injusta pena que las mujeres beneficiadas porque sus competidores varones tuvieran que hacer la mili, siendo muchísimas más, hayan pasado inadvertidas y se hayan ido de rositas. No pasaría inadvertida la inédita noticia de que alguna renunciara a los privilegios injustamente adquiridos gracias a ella. Y los varones que hemos sido perjudicados directamente, que hemos trabajado igualmente por la paz, lo que es contrario a abolir los ejércitos, y, en concreto, para acabar con el servicio militar, hayamos pagado por insumisos y sigamos pasando por guerreros una vez más.
Saludos
Raúl
El 24 de Julio de 2009, Tim Smedley escribía en PM, People Management , que “ In the UK, perhaps we’ve become so used to the fact that girls regularly outscore boys in academic attainment that we cease to question what is happening in employment terms. In the first quarter of this year, the unemployment rate for the boys was 20.3 per cent, compared with 15.2 per cent for the girls. On average across the EU(1), the trend is similar”. ¿Creando identikit de sufridas desfavorecidas y culpables favorecidos? Basta con hacerse preguntas, sí
El hombre cada vez está más presente en los espacios femeninos. ¿Empoderándose en esos espacios como ella en los tradicionalmente masculinos? Para el caso de la provincia de Córdoba, según las estadísticas oficiales: la probabilidad de custodia paterna es del 4%, la probabilidad de custodia materna es del 91,1% y la probabilidad de custodia compartida del 4,6%.http://hayderecho.com/2012/10/06/sexo-y-matematicas-en-los-juzgados-de-familia/. ¿Quién tiene la llave para crear en esos bebés el identikit?
¿Cuál es la cooperación que en el tema de la conciliación demandan las mujeres de los hombres? ¿El asentimiento incondicional a la conciliación a la carta y la medida de la mujer? ¿El pago de la maternidad a través del Estado, mucho más cardinal para la realización femenina que masculina?¿Son paritarios los equipos del ministerio que diseñan los planes?¿Se va a fomentar el empoderamiento como padres con medidas de discriminación positiva previas a la asunción de tareas semejantes como se hace en otros muchos ámbitos?
Bilbibagit:
Que cuál es la cooperación que en el tema de la conciliación demandan las mujeres de los hombres? Qué facil de responder: la cooperación que demandamos es dejar de pedir cooperación. Pedir no es plato de gusto. Lo justo sería que no hiciera falta pedir, recordar, indicar… porque es agotador. Lo del asentimiento incondicional a la conciliación a la carta y a nuestra medida no puedes decirlo en serio. Pero si lo crees así, prueba a cambiar los papeles. Seguro que descubres a una mujer encantada de asumir tus condiciones de conciliación a la carta.
Saludos cordiales.
Macarena Domaica:
Responder siempre es fácil; otra cosa es hacerlo inteligiblemente.¿Quiere decir que los hombres debemos ser adivinos?¿Quiere decir que debemos estar prestos a inferir al primer indicio cualquier antojo de nuestras divinas Julietas? .Repito: ¿qué tipo de cooperación, de relación,de contrato implícito, establecido y no necesariamente recordado agotadoramente, en el tema de la conciliación, demandan las mujeres que se establezca entre ellas y los hombres?¿Que éstos escruten continuamente los deseos subliminales del eterno femenino? Creo entender que la co-responsabilidad en las tareas de intendencia. Vale, pero entonces, ¿por qué no se discrimina positivamente la custodia para los co-rresponsables de forma análoga a como se ha forzado el cambio social en otros aspectos a favor de la mujer?¿O la «corresponsabilidad» tampoco va a llevar aparejada los mismos derechos( custodia)?
Creo que usted sí pone en duda con seriedad que yo hable en serio pero que ello no es serio.Sí, pruebo a cambiar los papeles…pero no encuentro a ninguna que lo desee…yo no quería ir a la mili y no encontré a mis compañeras manifestándose a la entrada del cuartel para sustituirme….ninguna consigo que me firme una capitulación que rece que la custodia casi siempre será para mí en caso de divorcio, convirtiendo a mi antojo a mi parienta en una «paganini» alienada del sentir de mis hijos,visitadora de fin de semana, como son en la práctica los varones. Resulta que yo no deseo tener hijos, extremo éste mucho más cardinal para las féminas que para los varones, y no encuentro, por mucho que busco, un elenco significativo de señoras que defienda que la búsqueda institucional de condiciones de conciliación no se limite a este aspecto: yo no quiero pagar la realización de las mujeres a través de la maternidad. Quiero cambiar el papel y que ellas me paguen, a través de la redistribución de la renta, mi autorrealización extralaboral.Quiero, además, que con el peso del cortejo corran ellas.Y otras muchas cosas.
Lo que sí he encontrado en abundancia son de aquéllas que desean exclusivamente las condiciones que las perjudican dejando incólumes las que les benefician. A porrones, generalizado. Mire por donde.
Saludos cordiales
No es el enfrentamiento entre hombres y mujeres el campo de trabajo desde el que afrontar la desigualdad. Ni la vivencia de la desigualdad es exclusiva de mujeres, aunque de esto sepamos bastante. No creo que nadie vaya a negar que hay situaciones ciertamente injustas y discriminatorias para con los hombres, como ha sido durante mucho tiempo el derecho a la custodia de los hijos e hijas tras una separación. Creo que se han dado pasos importantes en este ámbito (como la custodia compartida) y está muy bien. Porque como sociedad tenemos que volcarnos en corregir las injusticias: cuantas más superemos, mejor. Afecten a quien afecten.
La conciliación es un ámbito concreto desde el que trabajar la desigualdad. Y debe hacerse desde la comunicación y el compromiso por la corresponsabilidad. No veo lugar para las dotes adivinatorias, ni para antojos de «divinas Julietas». En mi experiencia, no he conocido a las déspotas que apuntas; no puedo decir que no las haya, claro. Conozco mujeres que esperan que los hombres con los que comparten su vida empaticen con ellas y con sus necesidades (no con sus caprichos). Necesidades de compañía en los distintos ámbitos de la vida, reparto de tareas, asunción de responsabilidades, gestión de conflictos, apoyo en los proyectos y crisis personales y familiares y en la conquista de la igualdad real. Todo esto no son anhelos femeninos, son anhelos de personas. No queremos estar solas o casi solas, porque cuando decidimos formar una familia nadie habló de eso. Resumir nuestras demandas a co-responsabilidad en las tareas de intendencia es mucho simplificar.
Respecto a discriminar positivamente la custodia para los hombres, le diré que el Gobierno Vasco tenía -y tiene- unas ayudas para personas que tienen reducida su jornada por cuidado de menores y que la cuantía que se establecía para los padres solicitantes era mayor. Era una manera de «incentivar». Tengo un amigo que solicitaba esta ayuda y me dijo que tras varios años habían equiparado la cuantía para madres y padres, terminando con esta discriminación positiva. Alguien de alguna ventanilla institucional le dijo que era porque la proporción de padres que solicitaban reducción de jornada era muy inferior a la de las madres. No había funcionado el gancho. A mí, personalmente, cualquier iniciativa de impulso o apoyo a los padres para que se impliquen en el cuidado de sus hijos e hijas me parece estupendo y no creo que en Doce Miradas vaya usted a leer nada en sentido contrario.
Respecto a la mili, suscribo la respuesta de mi compañera Arantxa unos comentarios más arriba: no se trata de ir todos y todas a la mili, sino de no ir; no me parece que se pueda forzar a nadie a recibir formación militar, por indelebles razones de un potencial servicio a la patria en defensa de vete a saber qué.
Y a partir de aquí, confieso que no me siento capaz de responder al resto de su comentario: firma de capitulaciones de custodia, pago institucional de «realización» de mujeres a través de su maternidad, el peso del cortejo… porrones de mujeres que desean exclusivamente las condiciones que las perjudican dejando incólumes las que les benefician… Lo dejo aquí, Bilbobagit. Yo ni me siento en guerra ni la quiero.
Gracias por aportar su punto de vista.
Saludos
El campo de trabajo desde el que afrontar la desigualdad no puede ser delimitado unilateralmente por la referencia femenina, por mucho que las mujeres supieran bastante durante mucho tiempo sobre la vivencia de desigualdad o pretendan negarlo con suavidad.
La situación de injusticia y discriminación respecto a la custodia de los hijos no es pasada sino plenamente vigente. Los pasos dados han sido paupérrimos, a años luz de los registrados en la variación de los parámetros socioeconómicos en las que las mujeres salían peor paradas que los hombres. Y se han dado en contra de la inmensa mayoría de las organizaciones feministas subvencionadas por el Estado. En el 84% de los casos de divorcios y separaciones en los que hay hijos de por medio, la custodia recae sobre la madre. En el 6% sobre el padre y sólo en el 11% se salda con custodia compartida entre ambos progenitores. ¿Qué dicen invariablemente las mujeres en los casos de datos contrarios semejantes? Como sociedad tenemos que volcarnos en corregir las injusticias: cuantas más superemos, mejor. Afecten a quien afecten. Implementar un instituto de la mujer sin parangón del hombre no es el camino, por ejemplo.
La conciliación es un ámbito concreto desde el que trabajar la desigualdad. Y debe hacerse desde la comunicación y el compromiso por la corresponsabilidad. No veo lugar para las dotes adivinatorias, ni para antojos de “divinas Julietas”.De acuerdo, me aúno al Flower power, aunque previamente me indicara usted misma que la comunicación es agotadora. El diseño de la conciliación se está haciendo de espaldas a los hombres.
Yo sí he conocido déspotas, pero eso no es lo grave, por minoritario. Lo que sí lo es, por mayoritario, es la influencia de una ideología que se ha degradado a victimismo rentista y que demanda empatía sin intentar empatizar con las necesidades de los hombres, exigiendo una igualdad que llama real y que no es tal. Y que en el terreno de la conciliación cifra básicamente en la co-responsabilidad en las tareas de intendencia, a juzgar por la petición obsesiva que de ella hace por todos los medios y canales. Por ello, se me antoja un resumen más operativo y menos simplificador que el de dejar de pedir cooperación.
Queda demostrado pues, de nuevo, que la incentivación de la custodia masculina es insuficiente y muy inferior a la femenina. Aunque yo me refería a la custodia legal, sin la que la patria potestad es papel mojado y que no está acompasada con la creciente implicación paterna, lo cual deriva en una injusta frustración fruto del desequilibrio de poder que provoca la ley. Las iniciativas de impulso no funcionarán, por muy estupendas que le parezcan, si no van acompañadas por cambios legislativos que impidan que el hombre perciba que el fruto de su implicación puede devenir en ajeno cuando la mujer lo desee. Hace falta su empoderamiento (vocablo de larga tradición feminista) en este campo. Y que se responde desde las instituciones públicas reduciéndola. En cambio, la mujer disfruta de 8 semanas más que el padre con el nacimiento de su hijo, excluyendo las de causa médica, y la custodia del mismo en caso de separación en la práctica totalidad de los casos, amén otras muchas ventajas.
Respecto a la mili, puede parecerle mal que se fuerce a cualquier persona a recibir formación militar y no entender los motivos por los que se hacía, pero eso no es óbice para reconocer que si se hace exclusivamente con los hombres es, además, discriminatorio contra ellos. El hecho de que sea mejor aumentar el sueldo de las mujeres que reducir el de los hombres para terminar con el fantasmagórico gap salarial no impide a sus compañeras ver discriminación en él.
Y a partir de aquí es muy fácil. No he encontrado mujer alguna que desee cambiarme el rol, como usted me proponía, de perdedor de la custodia de mis hijos a través de un acuerdo legal previo. Es muy fácil. Y demasiado importante para que las mujeres suelten el privilegio sin luchar.
El estado realiza una redistribución de la renta a través del sistema impositivo y el gasto público. Si invierte mucho más en las preferencias de un determinado colectivo, está haciendo pagar al conjunto de los contribuyentes que no pertenecen a éste los deseos de sus miembros. Para la mujer es mucho más cardinal la maternidad de lo que lo es la paternidad para el varón. Ahora sólo debe dedicar un minuto a atar cabos con la mente abierta.
Peso del cortejo. Fácil. Estoy seguro que me hace perder el tiempo sabiendo perfectamente a que me refiero. No es más que obstruccionismo intelectual. Pero para eso estamos. Con ello hago referencia a los inconvenientes que lleva aparejados no ser considerado “el bello sexo” en las relaciones amorosas. Ejemplificando: cuando chicas y chicos quieren relacionarse con otros en la noche coruñesa existen locales en los que sólo pagan ellos. Ello se debe a que los propietarios de dichos locales conocen que culturalmente es el varón el que debe “ir” a la mujer. El poder asociado al cuerpo femenino es mucho mayor que al masculino. Por eso cobran más las modelos y yo no puedo aspirar a cobrar ni la décima parte que una compañera mía prostituyéndonos en la misma esquina con la misma oferta.
Debería haber escrito…porrones de mujeres que desean exclusivamente cambiar las condiciones que las perjudican, dejando incólumes las que les benefician…ahora es fácil. El lado ancho para ellas. De todas formas que creo que era fácil de identificar el error por el contexto.
Yo me siento atacado y quiero la guerra antes que la sumisión, aunque no quiera la guerra hablando genéricamente. Y es verdad que en esta sociedad la tengo pérdida. Pero no hay ideología dominante para siempre. Los hombres adquirirán conciencia de grupo atacado tarde o temprano. Ahora el feminismo disfruta del período de bula de la que disponen las ideologías que desde la marginalidad alcanzan las más altas cotas del poder político, como dice Edurne Uriarte.
Gracias por dejarme aportar mi punto de vista.
Saludos
¡Qué mayor demostración de que la guerra ya está declarada que en un foro que se jacta de moderado se haga inútil apología de la violencia de memes feministas para displacer de todos (los seres humanos) de bien¡
¡Qué al pelo vienen las excomuniones de la nueva religión para evitarse la tarea de razonar¡
Comparto, para disfrute de todas (las personas), el link de un artículo aparecido este año en el periódico Diagonal bajo el título «Neomachismos: nuevos ataques, nuevas respuestas». Lectura útil. https://www.diagonalperiodico.net/libertades/neomachismos-nuevos-ataques-nuevas-respuestas.html
Gracias María! descuida que no dejaré de leerlo.
Abrazo
Arantxa
¡Leído! Nos viene al pelo.
¡Gracias, María!
Estupendo articulo el que nos recomiendas María. Ahora sí que me ha quedado todo claro.
Y enhorabuena Arantxa por tu post. Cada vez es más evidente que hay que desprogramar el identikit. Cada vez más.
Un abrazo
Gracias Miren! Sigamos trabajando para construir espacios que nos unan y que no nos separen aún más.
Un fuerte arbazo.
Arantxa