Conversando con una mirada comprometida

octubre 28, 2014 en Doce Miradas

Aprovecho mi ronda de publicación en Doce Miradas para conversar con una persona que lleva trabajando muchos años en Euskadi, América Latina y África tejiendo redes de solidaridad y espacios de encuentro entre gentes de distintas edades, procedencias y miradas diversas de la realidad.

JuanRa

JuanRa

Juan Ramón Etxebarria Borobia (JuanRa en adelante) es uno de los ocho hermanos de la familia Etxebarria&Borobia. Nació en Urbina (Álava) y creció “asilvestrado” y ágil gracias al contacto permanente con la naturaleza. Hoy en día, los ocho hermanos cuidan de su madre, Rosario, quien con sus ochenta y ocho años, sigue siendo referente para ellos por su actitud positiva y por su sensibilidad.

Desde que conozco a JuanRa, me ha transmitido su gran pasión por las personas: escucharlas, interesarse por sus vidas, ayudar en la medida de lo posible, de manera proactiva, con discreción y atención personalizada.

JuanRa es el cura del valle de Kuartango. Un cura rural que habla con sencillez, desde el corazón y animando a la acción. En sus homilías le he oído hablar de Facebook, donde comparte con 1400 amistades de todo el mundo (me creo que sean personas conocidas de verdad) imágenes, reflexiones, lecturas, vídeos, siempre con un toque de justicia social. También tiene un blog para difundir algunas de las muchísimas presentaciones de fotografías, pinturas y reflexiones que envía por correo electrónico a sus amistades.

Sé que no le gusta demasiado que hablen de él. Pero no he dado más que unas pequeñas pinceladas, o puesto unas teselas del mosaico de su vida que, sin duda, completaríamos muchísimo mejor todas las personas que le queremos. A continuación podéis leer una versión resumida de nuestra conversación. La entrevista original espero que JuanRa se anime a compartirla en su blog.

Háblanos de tu etapa de misionero en Ecuador, JuanRa.

Con veintiséis años fui a Ecuador, donde permanecí treinta años. Vivía y trabajaba en una extensa zona, sin comunicaciones. Recorría a pie todos los caminos. Me gustaba llegar a los lugares remotos y descansar en una hamaca con una taza de café bien negro, conversando con la gente sencilla. Siempre he disfrutado escuchando a la gente humilde y sabía. Tuve la oportunidad de recorrer todas las provincias de Ecuador. Siempre me ha apasionado conocer la cultura de cada lugar, descubrir sus raíces, ir al fondo de la vida de los pueblos. Las simplificaciones y los estereotipos no me dicen nada, me aburren soberanamente.

Cuando llegué a Ecuador, nos decían los compañeros que ya llevaban años allá, que había que estar por lo menos un año en silencio, escuchando, aprendiendo, para no meter la pata y después poder ser eficaz en el trabajo. Recuerdo que me pasé más de dos años escuchando, hasta que me dijeron: “¡JuanRa, ya es hora de que empieces a hablar!” Bueno, es simplemente una anécdota. Con ello quiero decir que desde el principio me apasionó aquel estilo de vida y de trabajo, muy desde abajo, desde las gentes más pobres; en coordinación y en equipo; escuchando mucho, muy ordenado y sistemático, donde tú no eras el experto que tenía la última palabra, sino que participabas en un proyecto colectivo. Un proyecto muy utópico y, al mismo tiempo, muy real, de mucha entrega y de una catarsis profunda que supone estar en silencio, morderte la lengua y escuchar horas y horas a las personas más pobres y a los demás compañeros y compañeras del equipo. Una verdadera catarsis para quienes, desde Europa, creemos saberlo todo.

Grandes profetas y maestros orientaron este caminar nuestro, como el obispo de los indios Proaño, el pedagogo brasileño Paulo Freire con su “Pedagogía del oprimido”, Pedro Casaldáliga, Oscar Romero, Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino… Todos incidían en lo mismo: un proyecto de cambio profundo, de liberación. Al mismo tiempo, una metodología de mucha escucha, de caminar conjuntamente, de participación de todas las personas. Y una teología desarrollada desde abajo: la teología de la liberación. Con estos principios trabajamos haciendo comunidades y organizaciones. Se logró dar un cambio de la realidad, poco a poco. No se politizó el proceso tempranamente ni se buscó llegar aceleradamente al poder para cambiar las cosas. Pero los cambios que se están dando en Ecuador -y, también, en otros países de América Latina-, se deben, sin duda, a este trabajo largo, callado, muy de base, de las comunidades de base, de las organizaciones indígenas y de muchos grupos populares.

Grupo de Danza Montubia

Grupo de Danza Montubia

Esta cercanía a la gente y a sus raíces, me llevó a interesarme por la Cultura Montubia. El hombre y la mujer de la Costa ecuatoriana, mezcla de indio, negro y blanco, ha creado la cultura montubia. Una cultura, que tiene identidad propia, pero que, en general, ha sido desconocida y poco valorada. Hicimos con los compañeros de Manabí investigaciones sobre las manifestaciones de la cultura montubia.

Cuando estuve en Baba (Los Ríos) realizamos con la gente un trabajo muy interesante, creamos un ballet de danza montubia, que aún existe, compusimos canciones, etc. Fue todo un despertar montubio, que ha marcado un hito en Baba y en la provincia de Los Ríos.

¿Qué significa África para ti?

Quería conocer África, un viejo sueño de la infancia, para descubrir mejor las raíces del ser humano. Me interesaba acudir a las fuentes de donde surgen los valores más profundos en los que creo: la familia, la comunidad, el pueblo. Y me seducía muchísimo descubrir los colores, las formas, que en África me las imaginaba más puras y originales.

Al llegar a África, vi todo el horror y toda la violencia que es capaz de generar el ser humano. Vi campos de refugiados donde se hacinaban cientos de miles de personas, una pobreza extrema, desnutrición infantil, una represión enorme. Y todo ello, porque en esa zona hay el maldito coltán, ese mineral de los móviles y de esos aparatitos que tienen a medio mundo adormecido. Mientras en Congo y Rwanda el pueblo se desangra, las multinacionales se enriquecen; y los gobiernos poderosos del mundo sostienen esta espiral porque les viene muy bien aliarse con gobiernos represores y tener aquí a la gente absorta dándole a la maquinita sin tener conciencia de la sangre y la muerte que hay detrás.

Pero como he dicho antes, lo que me interesaba era conocer a la gente sencilla que resiste con tremenda dignidad todas esas miserias. Me interesaba conocer también a las personas que están ahí, junto a quienes más sufren, dando la vida, ayudando y sirviendo. Quería conocer cómo viven, cómo sienten, cómo piensan. Porque creo que ahí está la raíz para enfrentar los males que les acechan. Y de verdad que pude conocer aquello que me interesaba y que me ha marcado para siempre. Tengo rostros de personas, imágenes, ojos brillantes, historias, vivencias, danzas, cantos de África, guardados dentro de mí para siempre.

Acogida en Rwanda

Acogida en Rwanda

Una de las veces que fuimos a Rwanda, llegamos de noche. Al amanecer del día siguiente, vimos una multitud de mujeres con sus vestidos multicolores, sus parasoles protectores y sus bebés a la espalda, que venían danzando. Venían a darnos la bienvenida. Eran las madres de los niños y de las niñas con desnutrición, que habíamos apoyado desde Kuartango. Ellas eran un derroche de vida, de alegría y de amor. Esa imagen que se ha quedado grabada en mi retina, de la gente más pobre luchando por su vida con una hermosura profunda, ilumina mi visión de África.

Recuerdo uno de los campos de refugiados que visité en R. D. de Congo, que tenía como doscientas mil personas hacinadas. Después de ver las tiendas de campaña amontonadas, nos acogieron en una pequeña cabañita, donde estaríamos más de treinta personas apretadas y nos explicaron su vida, sus problemas y esperanzas, con tal dignidad, que desde entonces todo lo demás que hay en el mundo me parece relativo.

Me gustaría que me hablaras de tres mujeres que hayan sido referentes para ti

SILVINA CAGUA, la conocí en Pedernales (Ecuador) en el año 1980. Una mujer muy pobre, vivía en la loma de Chiquimble. Me admiraba su fortaleza, hacía carbón y caminaba horas para venderlo y atender a sus cinco hijos. Tenía unas piernas recias de caminar. Su marido, Eugenio, la mayor parte del tiempo la pasaba borracho.

Silvina formó el primer grupo con el que comenzamos las comunidades y la organización de las personas pobres. Eran sólo cuatro: tres varones y ella. No faltaba nunca a las reuniones. Casi no hablaba, pero era muy firme en el trabajo. Era la primera en aquel trabajo comunitario de una cuadra de maíz, que hicieron para formar la primera bodega comunitaria. Fue el arranque de todo un proceso de liberación de las personas más pobres de Pedernales.

La última vez que la vi estaba a punto de dar a luz a su sexto hijo. Estaba en su casa con dolores, pero tenía dificultades. Llegó Eugenio, borracho como siempre. Y Silvina le pidió que fuera a buscar una partera. Eugenio le dijo: “Anda, no me jodas, siempre has parido sola, y ahora me vienes con parteras”. Y tirada en el suelo como estaba, el marido la pateó, hasta que murió desangrada. Su niña quedó viva y fue atendida por las vecinas. A Silvina siempre la seguimos recordando en todos los encuentros y reuniones. Ella fue nuestra primera mártir de aquella tierna organización que estaba comenzando.

VILMA VÉLIZ, estoy convencido que con un grupito de mujeres como Vilma Véliz se puede cambiar el mundo. Con Vilma, que en este momento es la presidenta de la UOCASI (Unión de Organizaciones Campesinas de San Isidro, Ecuador), está garantizada la pervivencia de las comunidades de San Isidro. Aquel trabajo apasionante que llevamos todos los misioneros durante más de treinta años de creación de comunidades eclesiales de base, continúa adelante gracias a Vilma y a buen grupo de personas muy valiosas y muy convencidas.

Vilma pertenece a un gran clan familiar, muy comprometido en la creación del nuevo Ecuador. Tanto su esposo Gualberto, como sus cuatro hijos Héctor, Gualbi, Pilar y Yéssica, y ahora sus yernos, nueras, nietos, nietas, además de sus hermanos y hermanas y todos los sobrinos y sobrinas, comenzando por sus padres Félix y Zeneida que aún viven, forman parte de la comunidad de Piquigua. Viven veinticuatro horas al día de dedicación plena a la causa de la liberación de las gentes más pobres.

Reunión de Piquigua

Reunión de Piquigua

Llevan infinidad de acciones y compromisos: trabajos comunitarios, caja de ahorros, huertos orgánicos, misiones, catequesis, reuniones de la comunidad, etc., con una constancia y fidelidad grandes. Han estudiado en horas nocturnas y se han capacitado para servir mejor a su pueblo y ahora, también, muchos de ellos son profesores y profesoras en diversas instituciones educativas. Todo ello lo hacen muy en comunidad, sin renunciar en ningún instante a sus raíces y a su identidad montubia.

A Vilma la conocí cuando era muy joven, con veinte y pocos años y los cuatro hijos tiernitos. En todo encuentro, en toda reunión, yo esperaba las palabras de Vilma, porque siempre eran como una luz radiante para alumbrar los acontecimientos de la vida. Sentía que en ella se unía la clarividencia, el coraje y la ternura.

Para mí fueron treinta años apasionantes buscando caminos en la organización de las personas pobres. Haber conocido y compartido con gentes como Vilma es un regalo, cuya herencia te queda para siempre. Vilma, la verdad, era única, especial. Pero parecidas a Vilma hubo muchas, cada una con sus dotes de coraje, de entrega, de compromiso, tanto mujeres como hombres. Su organización y su comunidad continúan firmes.

Podía seguir nombrando otras mujeres, de cada una de los cuales podría relatar una larga y apasionante historia, como Enriqueta Salvatierra, Elena Bravo, Estrella Marcillo, Vicenta Vélez. Pero he querido solamente nombrar a Vilma Véliz, pues ella representa muy bien a todo un grupo de personas, en las que creímos profundamente y con quienes hicimos juntos un camino de liberación muy importante.

MUKAMANA GAUDENCE, mi visión de las mujeres africanas está mejor expresada en mis pinturas que en cualquier relato que pueda escribir. Pero mostraré con pocas palabras a nuestra mejor amiga en África, Mukamana Gaudence. El primer impacto de la profundidad de su vida lo recibes desde que la miras por primera vez. Su piel es de un negro absoluto y sobre su negrura destacan unos ojos brillantes y vivos y una dentadura totalmente blanca, de la que enseguida brota una carcajada.

Gaudence y JuanRa

Gaudence y JuanRa

La palabra gaudence significa alegría y Mukamana Gaudence es la alegría encarnada. Luego, te cuenta su vida y te quedas sobrecogido. Vivió la guerra del 94 en Rwanda. Mataron a varios familiares suyos. Huyó del país con sus padres y hermanos, vagando durante semanas por las montañas y cargando lo imprescindible sobre la cabeza. En el campo de refugiados de R. D. de Congo vivió dos años y cuando se acabaron los campos y la mayoría de las personas refugiadas regresaron a Rwanda, sus padres seguían amenazados y comenzaron huyeron al Congo. En ese momento, Gaudence decidió dedicar su vida a los más pobres de su país. Se hizo religiosa, se capacitó durante cuatro años y estudió enfermería.

Ahí fue que la conocimos y nos contagió su pasión por ayudar a la gente más pobre. Y nos la contagió, casi sin palabras, con su alegría vital. Nos dijo: “Mi alegría nace de la misión que estoy realizando, porque es engendrar la vida. Lo veo en tantos niños malnutridos que se curaron y hoy son felices, en tantos niños discapacitados: que no andaban y hoy andan; tenían epilepsia y hoy ya las crisis están controladas; los ciegos escondidos en sus casas hoy día van a la escuela; sordomudos que hoy estudian, etc. Verlos contentos, me llena el corazón. Soy feliz y la gente que sirvo son felices, a pesar de otros problemas que tengan”.

Pero la anchura de la sonrisa de Gaudence, tenía una espina clavada dentro. Sus padres, muy mayores, llevaban ya catorce años rodando por Congo, huyendo. Gaudence, venciendo ese punto profundo de repugnancia hacia la persona que amenazaba a sus padres, logró hablar con él y que desistiera de su amenaza. Se fue a Congo a buscarlos. Después de un mes recorriendo el país en camionetas, los encontró. Y regresaron a Rwanda.

Después de visitar Rwanda y haber visto una realidad trágica de niños y niñas con desnutrición, sin familia, etc., me escribieron una carta desde allá, que me tocó el corazón. No pude menos que sacar ciento cincuenta copias y repartirlas a la gente de Kuartango. Así fue naciendo nuestra colaboración y nuestro hermanamiento con Kayenzi, en Rwanda.

Cuando desde Kuartango compartimos un poco con Gaudence, para que ella pueda ayudar a los niños y niñas con desnutrición y discapacidad, comprar animales para las familias y ayudar a los niños y las niñas huérfanos o sordomudos, no estamos haciendo más que ser un poco más conscientes de las situaciones terribles de este mundo y embebernos un poco más del coraje de las mujeres ruandesas.

¿Qué actividades destacarías de todas las que realizáis en el Valle de Kuartango?

En el ámbito de la cooperación y la solidaridad, desde el movimiento “Kuartango Solidario” que va mucho más allá de la ayuda económica. Hemos podido adentrarnos en la realidad de otros pueblos, de otras culturas. Nos está ayudando a superar el miedo a lo distinto. Hoy, todas las personas que participamos en este proyecto somos interiormente más ricas. Nos ayuda a no tragarnos “las historias oficiales”. Conocemos mejor la historia que hay detrás del “coltán” y de los minerales de los móviles, la implicación de nuestros países poderosos en las injusticias que allá se viven.

Organizamos lo que llamamos “Noviembre: mes solidario en Kuartango”. En 2013 lo dedicamos a conocer y profundizar sobre el continente africano: charlas sobre África, talleres lúdicos, con toda la gente y, también, con el alumnado de la Ikastola y con los grupos de mayores, terminando con la cena solidaria. Y en 2014 queremos conocer y comprometernos con el Comercio Justo. El cambio que queremos conseguir comienza en nuestras decisiones: cambiando los hábitos de consumo, exigiendo relaciones comerciales más justas y equitativas.

Cada año también acogemos a “Las Voces del Sur”, nos han visitado personas inmigrantes de Ecuador, Perú, Angola, Rwanda y compartimos con ellas sus experiencias profundas de vida y de trabajo y nuestras inquietudes y deseos de superarnos.

Llevamos todas estas actividades coordinadamente con todas las instituciones que componen el Valle de Kuartango. Nos reunimos permanentemente representantes del Ayuntamiento, la trabajadora social, la animadora sociocultural, la Iglesia, Cáritas, la asociación sociocultural, para ponernos de acuerdo y coordinar todos los proyectos.

Con Marieli y Jesús (Cáritas) en el homenaje a Sebastiana por sus 100 años Foto: Luis Salgado

JuanRa con Marieli y Jesús (Cáritas) en el homenaje a Sebastiana por sus 100 años Foto: Luis Salgado

Además, mantenemos encuentros habituales dinamizados por Cáritas con las personas mayores del Valle. En estas reuniones se recogen experiencias, historias. Se habla un poco de todo. La gente se ha ido soltando y cogiendo confianza. Terminó resultándome muy interesante. Fui componiendo para mí el tupido árbol genealógico de Kuartango y rellenándolo de anécdotas.

Entre las iniciativas que hemos desarrollado con las personas mayores destacaría, la recogida de miles de fotografías antiguas, un sencillo juego que aún continúa y no sabemos hasta dónde llegará. El objetivo era documentar la imagen hasta el último detalle. Podíamos tirarnos horas con una foto. Salían historias, anécdotas y personajes detrás de cada foto. Parecía que aquel trozo de papel en blanco y negro empezaba a coger movimiento como una película.

Nos pareció que todo este bagaje no podía quedar oculto. Así que decidimos difundirlo: en una exposición (permanente en las paredes del Ayuntamiento de Kuartango), con un vídeo disponible en Youtube y grabado en un DVD. Y estamos terminando  un libro fotográfico y literario: El ayer y el hoy de Kuartango realizado con las contribuciones de más de treinta personas mayores de Kuartango con las que nos reunimos y que escriben el libro con la pluma del corazón. Ellas son las autoras intelectuales de todo este trabajo.

Otro de los grandes hallazgos que hemos tenido en Kuartango, y que también ha nacido de una idea muy simple, son los encuentros intergeneracionales. Nos reunimos un día las personas mayores con las niñas, niños y adolescentes, quienes, después de un año de ensayos, mostraron a sus mayores los bailes que estaban aprendiendo. Y las personas mayores echaron a volar sus recuerdos y rescataron historias, cuentos, canciones y juegos de su infancia. Fue un intercambio entrañable y simpático. Al año siguiente, otros grupos y generaciones del Valle, sintieron envidia sana y quisieron participar. Y desde entonces no ha dejado de crecer la participación. Este encuentro tiene magia, todo el mundo pone lo mejor de sí.

Además de viajar, aprender y escuchar a las personas, otra de tus pasiones es la pintura. ¿Cómo comenzaste a pintar?

Primeros dibujos

Primeros dibujos

Todas estas vivencias que estoy contando de Ecuador fueron las que desataron en mí un deseo de dibujar y de pintar. Empecé con un lápiz y un rotulador de punta fina. Llegaba de las visitas del campo, de las reuniones, de las misiones, a casa, de noche, y a la luz de la vela, me ponía a dibujar. A expresar la realidad que veían mis ojos, el trabajo esclavo de las haciendas, la explotación de los patrones y de los comerciantes. Pero, sobre todo, con los dibujos trataba de exponer los sueños y proyectos que mostraban los hombres y las mujeres del campo en aquellas reuniones casi clandestinas.

Además, esta gente sencilla, muchas veces analfabeta, expresaba sus ideales con una alegría contagiosa, que yo trataba de revelar en aquellos dibujos rudimentarios, pero que luego los exponíamos en las mismas reuniones y despertaban muchas reflexiones y comentarios sabrosos. Me tocó colaborar en cantidad de folletos y publicaciones populares, donde el dibujo era un arma pedagógica de mucha fuerza. Hice varias colecciones de postales con pinturas naifs muy simples y mensajes utópicos, que expresaban muy bien el contenido de nuestros trabajos y vivencias con la gente.

Recuerdo el primer encargo que me hicieron: hacer los dibujos para un libro de alfabetización, basado en la pedagogía de Paulo Freire, que se basaba en palabras generadoras y arrancaba cada tema con un dibujo de la realidad, que se analizaba entre todas las personas alfabetizadas. Recuerdo los primeros dibujos: la casa, el machete, el agua, el trabajo, etc. Y otro encargo que me hicieron, las ilustraciones para un libro de oraciones populares. Con el tema del nacimiento de un bebé, me imaginé la fuerza de la vida, de la sexualidad, de la pareja, en aquel entorno profundamente vitalista y tropical. Me pareció que la pintura era mágica.

Alguien podrá pensar que estoy hablando de una pintura profesional, pero era la cosa más simple del mundo. Dibujos infantiles, ingenuos, para mostrar la vida de la gente: el trabajo esclavo de las haciendas, la explotación del comercio, la familia, la vida de la comunidad, las casitas de caña sobre postes de madera, etc. El mérito que tenían no era la perfección de los trazos, sino que quizás eran los únicos dibujos que mostraban la realidad de la Costa ecuatoriana, que estábamos profundamente empeñados en transformar.

Mosaico de Peli Romarategui

Mosaico de Peli Romarategui

La primera experiencia de la magia del dibujo y de la pintura, la tuve al día siguiente de llegar a Ecuador. Llegué un 19 de abril de 1977 a Guayaquil. Vinieron los compañeros a recibirme y viajamos más de diez horas para llegar a Bahía de Caráquez, en la provincia de Manabí. En Bahía, me recibió Peli Romarategui, al que ya había conocido en Vitoria. A la mañana siguiente me invitó a su taller. Era un local inmenso, con miles de tarros llenos de pequeñas teselas de mosaico y de vidrios de colores. Y en el centro del taller, unas grandes mesas donde Peli hacía mosaicos y vitrales. Esa posibilidad de grabar la vida de la gente, sus luchas y esperanzas, en un mural, me pareció algo mágico.

Siempre me iba al taller a ver a Peli hacer sus obras de arte y a ayudarle. El trabajo de las personas misioneras creando comunidades y proyectos de liberación con las personas más pobres; y Peli plasmando estos sueños utópicos en sus murales, me parecía una síntesis muy sugestiva. Peli y el embrujo de sus murales influyeron fuertemente en mi decisión de dedicarme a la pintura.

La vida y el trabajo de Peli siempre me han parecido apasionantes. Llenó Ecuador de obras de arte, tenía predilección por dejar su arte en los lugares más pobres. Los compañeros del grupo me encargaron recoger su vida y sus obras en un libro, que se tituló: “Ecuador, la cara oculta de la belleza. Vida y obra artística del misionero vasco Peli Romarategui”.

En un momento decidí permanecer tres años en Vitoria, para estudiar pintura. Hice la carrera de ilustración. Quería tener herramientas para expresar más profundamente la esencia de la vida. Desde entonces he seguido aprendiendo con distintos pintores.

Acuarela Solidaria

Acuarela Solidaria

Cuéntanos qué pretendes con tus Acuarelas Solidarias

Aquel sueño, que venía desde la infancia, de conocer África, que cumplí hace cinco años, no pude menos de plasmarlo con la pintura. Quizás en estos trazos se expresa algo de aquel niño que soñaba con África: la aventura, el misterio, lo lejano. África era lo que había imaginado y muchísimo más, era un mundo nuevo, distinto de Latinoamérica, los colores, la luz, los olores. El alma de sus gentes. Sus valores, también.

Tuve la gran oportunidad de presentar las pinturas africanas dentro de todo un proyecto solidario. La primera exposición de las pinturas fue en Donosti al celebrar el décimo aniversario de la muerte del misionero vasco Isidro Uzkudun, que pagó con su vida la entrega al pueblo ruandés en junio de 2000. De ahí vinieron diversas exposiciones en los tres territorios de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Y todas ellas dentro de proyectos o campañas solidarias.

¿Por qué pintas generalmente figuras femeninas en tus acuarelas?

Acuarela Solidaria

Acuarela Solidaria

Es lo que hay: ellas son el motor de la vida cotidiana en los poblados. Cuando haces algo para mejorar la vida de la gente, una reunión sobre la escuela, la organización de la comunidad, la atención a los niños y las niñas con desnutrición o una fiesta para celebrar los avances de la comunidad, el noventa por ciento de las participantes son mujeres.

Trato de mostrar a estas mujeres, que yo las veo hermosas, orgullosas, serenas. Por eso, las muestro caminando, llevando su bebé a la espalda, transportando una carga en la cabeza. El movimiento, la danza, el color, ese halo de luz que ellas arrastran, quiere indicar la marcha del continente africano hacia la libertad.

Ése es mi desafío: mostrar la esperanza que hay en África. O dicho de otra manera, reflejar a las personas que, frente a las tragedias que viven, ofrecen dignidad y resistencia. Esa África es real, existe. Yo la he visto, y la veo. Esa África es posible. Y lo será más claramente si logramos una justa distribución de la riqueza.

Con estas pinturas deseo que afloren las sensaciones vitales y solidarias que nos aporta del continente africano. Esperanza sí, pero con justicia.

Eres una persona muy inquieta y activa ¿Qué otros proyectos tienes en mente?

Libro "El corazón de África"

Libro «El corazón de África»

Libro "Pinturas para la Utopía"

Libro «Pinturas para la Utopía»

He preparado un par de libros digitales. Uno se titula “Imágenes para la utopía desde Ecuador” y el otro “El corazón de África. Acuarelas solidarias”. Como ya lo dicen los títulos, ambos recogen algunas de mis pinturas, a las que he puesto comentarios y explicaciones, mostrando cómo veo la realidad de estos países desde una visión utópica, artística y solidaria. Me gustaría editarlos en papel, como una forma de compartir con mucha gente, que yo sé que piensa y siente igual. Vamos a ver si se puede.

Siempre me ha interesado el tema de la cultura de cada pueblo. En Ecuador, me he acercado, en los diversos lugares que estado, al tema de la Cultura Montubia. Ahora quiero hacer algunos estudios en Antropología, para tener mejores herramientas a la hora investigar y profundizar en las raíces culturales.

Sigo bastante dedicado a la pintura. Cada vez más personas, como tú Mentxu, se interesan por mis acuarelas solidarias. Así que tengo que pintar, algo que me encanta hacer. Es una forma de expresar valores y sentimientos, en los que creo profundamente. Me han hecho propuestas de exposiciones y proyectos solidarios. Y siento que aún me falta mucho por hacer.

Sí, JuanRa, me encantan tus acuarelas. ¡Muchas gracias por compartir en este blog tu mirada y tu experiencia de vida!

Y tú, querida mirada lectora, si has llegado hasta aquí y te apetece, puedes compartir, vía comentarios, qué proyectos tienes en mente para escuchar, mirar y construir realidades que transformen tu vida, tu entorno más cercano y/o tu entorno más lejano para lograr que tu vida y otras vidas merezcan la pena ser vividas, en igualdad y con justicia social.

Ya sois iguales ¿qué más queréis?

octubre 21, 2014 en Miradas invitadas

Iñigo LaExteriores 056marca es ahora Ararteko en funciones, 10 años después de que fuera nombrado Defensor del Pueblo Vasco allá por 2004. En el desempeño de su responsabilidad al frente de la Oficina del Ararteko, Lamarca ha puesto particular énfasis en la evaluación de las políticas públicas, en la defensa de los derechos sociales, de la inclusión y cohesión sociales, y del respeto a la diversidad y la diferencia, así como en la atención y protección de los colectivos que tienen obstáculos o algún elemento de vulnerabilidad para ejercer en términos de igualdad sus derechos.

 

Esta expresión la he oído alguna vez en ocasiones en los que ciertos hombres se sienten en condiciones de hablar desde lo más profundo de su pensamiento y cargan contra las demandas de igualdad real entre mujeres y hombres con el argumento de que aquéllas ya son iguales ¿Qué más quieren?- braman a modo de corolario de su razonamiento corto desprovisto de datos.

La Constitución española tuvo el gran acierto de distinguir entre la igualdad formal ante la ley y la igualdad real y efectiva. Dice el artículo 14 de la citada carta magna que todas las personas somos iguales sin que quepa discriminación alguna por razón de sexo, raza, nacimiento, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social (es decir, orientación sexual, identidad de género, pertenencia a una minoría cultural, etc.) Pero hay una disposición anterior, la novena, que proclama la igualdad real y efectiva entre todas las personas para lo cual fija un deber para todos los poderes públicos: remover los obstáculos que impidan ejercer plenamente ese derecho. De aquí deriva la obligación de que existan políticas públicas eficaces con el fin de derribar los obstáculos que están impidiendo el derecho a la igualdad real y efectiva de las mujeres.

Hay numerosos datos estadísticos que sostienen las afirmaciones que voy a formular seguidamente y por tanto no veo necesario aportar información. Me voy a centrar en el ámbito laboral, en el que las mujeres tienen empleos más precarios, salarios más bajos, y tienen más dificultades para acceder a puestos directivos. Las fotografías de las reuniones de los consejos de administración de las empresas más importantes del Ibex 35 de la Bolsa resultan demoledoras: la presencia de las mujeres es insignificante. Pero también lo es en las reuniones del Ecofin europeo, del Foro Anual de Davos, del G-20, del Consejo de Seguridad de la ONU, de los mediadores y verificadores del proceso de paz de Euskadi, de los defensores del pueblo o de los rectores. Es cierto que se han producido avances pero la ocupación de puestos de la máxima responsabilidad en el mundo de la empresa, de cargos públicos de alta relevancia o la promoción interna en el ámbito laboral-profesional es todavía, en gran medida, cosa de hombres. Y, sin embargo, en los estudios universitarios o en las oposiciones muchas mujeres están obteniendo resultados magníficos, en numerosas ocasiones superiores, en términos porcentuales, a los de los hombres. La pregunta correcta no es, pues, ¿qué más quieren? sino ¿qué está fallando?

Ministros de Hacienda y presidentes de bancos del G20. Fuente: RTVE

Ministros de Hacienda y presidentes de bancos del G20. Fuente: RTVE

A mi modo de ver, no están funcionando debidamente dos ámbitos que son esenciales para la consecución de la igualdad real y efectiva para las mujeres. El primero de ello es el relativo a la educación en valores. Hay que reconocer que en la escuela se han producido avances muy importantes y que la Administración educativa vasca, junto con los berritzegunes y con los excelentes maestras y maestros, profesoras y profesores que trabajan en las escuelas vascas, ha creado programas y materiales para incidir en la promoción de los valores de igualdad. Pero no es suficiente a la luz de los datos que arrojó el informe sobre valores del Ararteko en 2009. El sexismo y los roles de género siguen estando presentes, en un porcentaje muy significativo, en los valores y en la visión del mundo de nuestros niños, niñas y adolescentes en la Euskadi del siglo XXI.

El citado informe analiza, además de ofrecer datos de un amplio cuestionario hecho a niños y niñas de entre 8 y 16 años, las vías de transmisión de valores y concluye que de los cuatro ámbitos que inciden claramente en la transmisión y aprendizaje de valores (a saber, la familia, la escuela, los grupos de iguales –amigos y compañeros de escuela y de actividades extraescolares-, y los medios de comunicación y el mundo de internet y de los videojuegos) la familia sigue ocupando un papel central.

Hay que reconocer que desde las políticas públicas no se puede intervenir en el ámbito privado de las familias, pero hoy día hay dos elementos que forman parte de las familias, con los que los niños y las niñas interactúan más, en muchos casos, que con sus padres o madres: la televisión e internet. Es seguro que los poderes públicos pueden hacer más para que los contenidos de los programas televisivos, de los dibujos animados, de los videojuegos, o de las páginas web erradiquen por completo cualquier signo de sexismo y de machismo y, por el contrario, promuevan valores de igualdad entre mujeres y hombres. Se me podrá objetar que en la inmensa mayoría de los casos esos contenidos son creados por empresas privadas y que el mercado es libre para hacer lo que quiera. Contraargumentaré diciendo que los poderes públicos pueden –y deben- condicionar la actividad de las empresas privadas en el ámbito que estamos comentando poniendo límites mediante la ley, regulando las emisiones de contenidos que pueden visionar los menores de edad, introduciendo en las políticas fiscales la variable del respeto y promoción del valor de la igualdad entre mujeres y hombres, mediante la política de subvenciones, etc.

Resulta, por otra parte, muy importante (por el efecto que tiene en la pedagogía social) que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en ámbitos de fuerte impacto social: me refiero al deporte y a las fiestas populares. Se puede y se debe hacer más para que los niños y niñas vean que es tan importante, por lo que a su presencia mediática, pública y social se refiere, una deportista o un equipo femenino que un deportista o un equipo masculino. Soy consciente de que el fútbol practicado por hombres acapara un porcentaje muy elevado del espacio social y mediático que tiene el deporte, pero seguro que se puede hacer más para darles mayor proyección social y mediática a las mujeres deportistas.

En el espacio público de las fiestas de los pueblos y ciudades se visibiliza ante los chavales y chavalas el papel que los hombres y las mujeres desempeñan en la sociedad. Si las mujeres no pueden portar una escopeta, tocar el tambor o participar en una comida popular, difícilmente podrán, en el imaginario que van construyendo los menores de edad, ocupar un lugar equiparable a los hombres en la familia, en la empresa o en las instituciones públicas.

Me he referido anteriormente a dos ámbitos muy importantes para la igualdad entre mujeres y hombres. Podríamos seguir hablando del primero de ellos, pero no me quiero extender mucho y deseo abordar el segundo de ellos. Se trata de la conciliación entre la vida familiar y personal y la laboral. Es constatable que, aun cuando muchos padres de las generaciones jóvenes han asumido con ganas –o se muestran dispuestos a hacerlo- las tareas derivadas de la corresponsabilidad parental, todavía son las madres las que se ocupan, en una proporción mayor, de la crianza de los hijos e hijas. Ello repercute negativamente en las condiciones laborales de muchas mujeres. En el campo del trabajo por cuenta ajena, abundan las contrataciones a tiempo parcial, o no se opta a puestos de responsabilidad. Por lo que se refiere a las profesionales autónomas o empresarias, cabe decir que en muchas ocasiones se sacrifica la maternidad o la progresión profesional o se reducen los ingresos y las posibilidades de crecimiento empresarial o profesional por la limitación de la jornada laboral para hacerla compatible con la vida familiar.

El Ararteko ha hecho público recientemente un informe extraordinario sobre las políticas familiares, en el que la conciliación ocupa un lugar central. Se analizan las políticas públicas de otros países y se formulan propuestas concretas para mejorar las condiciones de la conciliación, relacionadas con los permisos de maternidad y paternidad, con las escuelas infantiles de 0 a 3 años, con el cuidado y la crianza de los niños/as, con las políticas fiscales, etc. Debiéramos asumir que la crianza de los niños y niñas, como ocurre en muchas tribus sabias de África, es responsabilidad de toda la comunidad, de toda la sociedad, por tanto de cada uno de nosotros y nosotras a través de una herramienta fantástica creada en la Europa del Estado social: las políticas públicas.

entremujeres.clarin.org

Fuente: entremujeres.clarin.org

El trabajo en pro de la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres no se circunscribe a los ámbitos a los que me he referido en los párrafos precedentes. Me propongo finalizar esta colaboración para no superar una extensión razonable, pero no quiero dejar de mencionar, en relación con el derecho a la igualdad real y efectiva de las mujeres, los siguientes temas: la violencia machista, abominable y terrorífica o terrorista; la necesidad de poner más medios para la investigación y el tratamiento de determinadas enfermedades (la fibromialgia, la fatiga crónica y algunas de las denominadas enfermedades raras) que afectan sobre todo a las mujeres; el porqué de la casi invisibilidad de las mujeres lesbianas en el foro público; la necesidad de garantizar la libertad y la autodeterminación de las mujeres en relación con los embarazos, permitiendo el aborto según una ley de plazos y profundizando en la educación sexual; o las cuantías insuficientes de las pensiones de la gran mayoría de las mujeres mayores.

Y quiero también mencionar la necesidad de trabajar en el campo de la defensa de los derechos más básicos de las mujeres en muchísimos países del mundo donde su dignidad es mancillada y pisoteada cada día, donde viven en condiciones de semiesclavitud o donde se practica el feminicidio. España debería ser más activa en esta materia en los foros europeos e internacionales y debería, en el plano interno, ampliar y facilitar el derecho de asilo para las activistas o las mujeres amenazadas de muerte o que son perseguidas.

Deseo felicitar, finalmente, a las mujeres que gestionan este magnífico blog y agradecerles que me hayan ofrecido aportar a Doce Miradas esta colaboración.

¿Para qué estudiamos las mujeres?

octubre 14, 2014 en Doce Miradas

Mujeres en la universidad

En ocasiones, me sorprendo –y creo que no soy la única- al escuchar ciertas conversaciones sobre la “innegable situación de igualdad” alcanzada por las mujeres en las últimas décadas. Los estereotipos de género han quedado obsoletos, el reparto de tareas en el hogar es equilibrado, las mujeres accedemos a las carreras universitarias que deseamos y desarrollamos nuestra carrera profesional con éxito, si así lo deseamos. He de confesar que más de una vez he sentido muchísima pereza al tener que (des)argumentar ante afirmaciones hechas con tanto desparpajo.

Si todo esto pertenece al presente, si creemos que los estereotipos de género han quedado obsoletos, me gustaría acercarme al pasado y repasar los imaginarios sociales de hace 30 años. Seguro que sólo con visualizar alguna película o spot publicitario de aquel momento reconocemos atributos asociados a hombres y mujeres.

Por ejemplo, ella se encargaba de los cuidados de la casa y los niños, él desempeñaba labores técnicas y de fuerza en el hogar; ella se (pre)ocupaba de las relaciones familiares y sociales, él ofrecía estabilidad económica y tomaba las decisiones importantes; ella poseía buenas habilidades comunicativas, él capacidad intelectual y de razonamiento; ella era discreta, prudente, sumisa y obediente, él era dominante, independiente, atrevido y competitivo; a ella le pertenecía la esfera privada y le resultaba difícil tomar control de sus emociones, a él le pertenecía la esfera pública, el éxito y la fuerza emocional; ella personificaba la retaguardia, él la vanguardia. ¿Podemos coincidir en este reparto?

Es gratificante y esperanzador observar el gran avance logrado por la mujer en lo que se refiere al acceso a estudios universitarios. Si la educación es la palanca para el cambio social, observemos entonces si persiste el sesgo de género en la elección de estudios y cómo influyen los estereotipos en la elección de las carreras denominadas “femeninas” o “masculinas”. Según datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, del total del alumnado matriculado en el curso 2013-2014 -casi 1.200.000 personas- un 55,32% son mujeres. Sin embargo, esta escalada del acceso femenino a la universidad no conlleva una distribución homogénea en matriculaciones por ámbito de estudio universitario. El total de estudios universitarios se estructura en torno a ocho ámbitos diferenciados; cada ámbito lo conforma una serie de carreras asociadas:

  • El ámbito de la (I) Educación es el de mayor presencia femenina, con un porcentaje que asciende al 78,44% de las matriculaciones. Si nos fijamos en los estudios educativos para la Formación de docentes de enseñanza infantil, el porcentaje se dispara hasta un estrepitoso 94%. Con este dato tan contundente podríamos establecer una relación directa entre el estereotipo asignado a la mujer, en cuanto a la dedicación y educación de los niños, y la elección de su profesión. Este es un dato ofrecido por el Ministerio pero resulta fácilmente contrastable si hacemos un escaneo rápido a los profesionales de los centros escolares de nuestro alrededor. Son mayoritariamente mujeres excepto en los puestos de dirección, informática y mantenimiento del centro.
  • El ámbito de (II) Salud y Servicios Sociales ocupa el segundo lugar en mayor número de matriculaciones de mujeres (71,88%). A las aulas de la carrera de Trabajo Social concurren, en su mayoría, mujeres (81,94%); algo parecido ocurre en las aulas de la carrera de Enfermería (79,54%). Este dato refuerza la hipótesis de relación entre estereotipos de género y elección de estudios universitarios. La sensibilidad ante los problemas de las personas más desfavorecidas y los cuidados de las personas que conforman el hogar, pequeños, mayores y enfermos, son atributos asociados al género femenino.
  • En el ámbito de las (III) Artes y Humanidades el 60,44% de las matrículas formalizadas son femeninas. En esta rama, las carreras más demandadas por las mujeres son Diseño (70,69%) y Bellas Artes (69,06%); las menos demandadas Historia y Arqueología (34,49%). Volviendo a los estereotipos femeninos, podemos afirmar que también los aspectos relacionados con la belleza, la armonía, la observación y la estética ejercen una potente atracción a la hora de que las mujeres se decanten por unas u otras carreras. ¿Alguien cree que todo esto es una cuestión de capacidades? ¿O de gustos?
  • Sigamos con los datos. El ámbito con mayor equilibrio en matriculaciones por sexo es el de las (IV) Ciencias Sociales, Educación Comercial y Derecho, en el que el porcentaje de mujeres matriculadas es del 56,27%. Entre todas las carreras que pertenecen a este ámbito, Periodismo e Información es la de mayor afluencia de mujeres (69,80%) y Economía la de menor afluencia (41,26%). Recordemos “ella habilidades comunicativas, él capacidad de razonamiento”.
  • También el ámbito de la (V) Agricultura y Veterinaria presenta unos índices de matriculaciones homogéneos (46,52%); sin embargo, hay un dato que destaca y es el de la carrera de Veterinaria en el que el porcentaje de matriculación de mujeres se eleva al 70,09%. Volvemos a la preocupación por ayudar, a los cuidados y la salud, en este caso animal.
  • Esta tendencia al alza en la elección de estudios universitarios se rompe en el ámbito de las (VI) Ciencias, en el que el número de mujeres matriculadas desciende al 36,15%. Pudiera parecer que el rigor y la intelectualidad no va bien con el género femenino; tampoco parece que las mujeres estemos capacitadas para desenvolvernos con algoritmos o lenguajes de programación, como se desprende del poco atractivo que tiene la carrera de Ciencias de la computación, a la que tan sólo asiste un 12,86% de mujeres. Aprovecho la fecha de hoy, 14 de Octubre, para celebrar el Día de Ada Lovelace, matemática británica reconocida como la primera programadora.
  • Y la caída es todavía mayor en el ámbito de la (VII) Ingeniería, Industria y Construcción, en el que la presencia femenina alcanza el 27,71%. Es indudable que a muchas mujeres les abruma la presencia altamente masculina en estas opciones profesionales; las programaciones sociales, construidas a través de mensajes directos e indirectos, hacen que una mujer se sienta fuera de lugar cuando aspira a profesiones tradicionalmente masculinas. Haciendo un ejercicio de inversión, en términos generales los hombres que optan por estudios “femeninos” son quienes ostentan los cargos de mayor responsabilidad cuando acceden al mercado laboral. Nada que ver con la realidad de las mujeres.
  • Por último, en la categoría de (VIII) Servicios, llama poderosamente la atención que sólo un 18,42% de mujeres opta por estudios universitarios en torno a Deportes. Estoy por creer que las mujeres no tenemos condiciones para la actividad física. Volvemos a “ella debilidad, él fuerza física; ella pierde el control de las emociones, él personifica la fortaleza”. Es notorio que los deportes femeninos tienen un peso e impacto inferior a los masculinos, incluso en la misma categoría. Si, además, echamos un ojo a los entrenadores, son mayoritariamente hombres aunque las entrenadas sean mujeres. Y, por lo que parece, a nadie le sorprende.

Ustedes disculpen pero, al hilo deportivo, me viene a la cabeza las declaraciones de Toni Nadal, entrenador de Rafa Nadal, sobre la incomodidad de tener a una mujer, Gala León, como capitana de la Copa Davis. Ahí queda eso.

Ahora, 30 años después, estos son los datos y que cada cual saque sus propias conclusiones. ¿Creemos de verdad que los estereotipos de género han quedado obsoletos? ¿Pensamos que no influyen en la elección de los estudios? ¿De verdad desarrollamos nuestra carrera profesional como queremos? ¿Alguien ha oído hablar alguna vez de los techos de cristal?

Emprender siendo mujer

octubre 7, 2014 en Miradas invitadas

Jone ZugazagaJone Zugazaga es diseñadora (de superficies y gráfica) e ilustradora. Licenciada en Bellas Artes por la UPV/EHU, ha trabajado como diseñadora gráfica y creativa durante años. Hace 4 años se embarcó en un nuevo proyecto laboral como freelance en diseño gráfico. Sus trabajos y proyectos han ido evolucionando y hace 2 años inauguró un nuevo espacio creativo llamado Dubidibú en Vitoria-Gasteiz.

No es un secreto que os diga que siendo mujer, el mercado laboral te sorprende con ciertas dificultades, pero cuando una decide ser mujer y empresaria a la vez… ¡eso ya es la monda!

Después de trabajar y aprender mucho trabajando como diseñadora gráfica y creativa en diferentes empresas, tuve muy claro que la  forma de expresarme mediante mis creaciones era muy particular y estaba muy definida. Fue entonces cuando empecé a soñar con lo que hoy en día es una realidad.

Cuando las cosas se tuercen y prefieres volver por el camino recorrido para coger otro diferente que crees que te hará más feliz, eso se llama apostar fuerte y ser valiente. Y eso es lo que decidí hace años: apostar primero por mí, por mis capacidades y por mis sueños. ¡¡Un aplauso!! Plas, plas, plas.

Empecé trabajando desde casa como diseñadora gráfica y con el tiempo aposté más fuerte aún y abrí un jonezugazagapequeño estudio creativo en la Calle Pintorería, 52 de Vitoria-Gasteiz con el nombre Dubidibú (www.dubidibu.com). En este rincón trabajo como diseñadora gráfica y de superficies delante de mi ordenador e imparto talleres creativos mientras expongo y vendo ropa, complementos y creaciones propias y de otras mujeres diseñadoras y artesanas. ¿Por qué mujeres? Por el mismo motivo que elegí el nombre Dubidibú: porque me da la gana. Porque valoro nuestras capacidades creativas y porque apuesto por trabajar en red, por crear conexiones en clave femenina y por tejer redes de solidaridad entre nosotras. Olvidándonos de alguna manera de la palabra “autónoma” que nos sumerge muchas veces en un individualismo que nos afecta más que enriquece, y trabajar la in(ter)dependencia como nueva forma de tejer nuevas formas de desarrollo laboral. ¡¡Otro aplauso!! Plas, plas, plas.

El camino a recorrer está siendo divertido, intenso, difícil , enriquecedor, satisfactorio… y así, como ilustradora que soy, os dejo un vídeo ilustrado que describe en clave de humor y esquemáticamente mi andadura como mujer emprendedora. Con altibajos, con miedos y alegrías, pero sobre todo… con ganas.

¿Oye… Y por qué Dubidibú? ¡No lo van saber pronunciar! ¡Es muy complicado! Du…di…bu….di…. ¡me rindo!. Lo explico: “Dubi” porque es divertido, creativo, tiene vida, movimiento… y “dibú” de “dibujo”. Dubidibú. Si lo dices tres veces, sale sólo. Inténtalo.

MultitaskingY así, tres veces seguiditas, como quien pide un deseo pronunciando las palabras mágicas, repito día a día “¡Dubidibú, Dubidibú, Dubidibú!”. Cruzando los dedos para poder seguir adelante, diciendo “virgencitaquemequedecomoestoyomejor”,  creyendo que el constante proceso “ensayo/error” es un aprendizaje acelerado que no te ofrece ni el mejor Máster del mundo, y sobre todo… desarrollándome como mujer, laboral y personalmente y sobre todo creyendo en mí como persona. Consciente de estar participando en la creación y construcción de una nueva era laboral “en femenino”, que necesita de píldoras de positividad, dosis de paciencia, chutes de colaboración y gotitas diarias para enriquecernos también por dentro, sin olvidarnos de cuidarnos a nosotras mismas. ¡¡Otro aplauso!! Plas, plas, plas.

¿Y por qué me aplaudo? Porque aunque en el camino he encontrado apoyo, comprensión, colaboración y estupend@s acompañantes de aventura, yo me lo he guisado, yo me lo estoy comiendo y yo misma me felicito. Así que me sigo animando con aplausos dirigidos a mí misma. Plas, plas, plas.