¿Celebras con nosotras el quinto aniversario de Doce Miradas?

mayo 22, 2018 en Doce Miradas

Como os contamos hace poco, cumplimos cinco años con este proyecto que se llama Doce Miradas, tiene formato de blog y el compromiso de trabajar por la igualdad con el feminismo como herramienta y reivindicación. Todos los aniversarios son para nosotras una celebración porque significa que el proyecto sigue vivo, pero sin duda este año sentimos algo diferente. El momento tan especial que vive el feminismo, la efervescencia en las calles, esta especie de despertar que parece haberse producido en la sociedad con fenómenos como el #MeToo, el #YoSiTeCreo o las movilizaciones masivas del #8M nos han ilusionado y emocionado. Después de tantos años en que parecía que nada se movía, vivimos con esperanza este cambio de comportamiento.

Toda esta ilusión tiene sin embargo una cara B y es que no podemos olvidar que en el origen de todas estas rebeliones están los abusos y violaciones a mujeres, la brecha salarial, la infrarrepresentación de las mujeres en la esfera pública, en los espacios de poder, la crianza y cuidados de familiares con enfermedades, discapacidades o en la ancianidad que recae sobre las espaldas de las mujeres… En definitiva, injusticia, desigualdad, machismo. Y sobrevolando, la gran pregunta:  ¿Y ahora qué? Porque queremos que haya cambios. Hay que avanzar. No puede quedarse todo en unos eslóganes, unos hashtags y unas manifestaciones exitosas.

En medio de este clima llega nuestro quinto aniversario y queremos celebrarlo con todas las personas que seguís Doce Miradas. Saber qué opinas, debatir y reflexionar contigo. Para ello, durante el evento del 29 de mayo, llevaremos a cabo un ejercicio de pensamiento colectivo mediante la técnica creativa del cadáver exquisito. ¿Te suena? Lo practicaban los surrealistas para crear arte de forma colectiva. Tiene que ver con el inconsciente y el absurdo. Confiamos en que el resultado de esta inteligencia colectiva nos ayude a enfocar el futuro de Doce Miradas. Os necesitamos. Prometemos que será divertido, creativo y útil. O no. El absurdo es lo que tiene.

¿Te has apuntado ya? Si no has reservado tu plaza aún, hazlo ahora porque el aforo es limitado. El evento será el martes, 29 de mayo, a las 17.30h en el espacio Icaza situado en Mazarredo 47, Bilbao. Estamos deseando verte. ¡Apúntate aquí!

El orden de los factores sí altera el producto

mayo 15, 2018 en Doce Miradas

En Matemáticas, la propiedad conmutativa es una propiedad fundamental que tienen algunas operaciones, según la cual el resultado de operar dos elementos no depende del orden en que se toman. Esto es, el orden de los sumandos no altera la suma o, como nos enseñaron a repetir cansinamente en el colegio, el orden de los factores no altera el producto. O eso creíamos.

La ley 40/1999, de 5 de noviembre, posibilitó la elección del orden de transmisión de los apellidos. Si bien hasta la reforma de la ley del Registro Civil, de 2011, de no especificar lo contrario, la fuerza de la costumbre hacía que se impusiera el apellido paterno, apellido que también prevalecía en caso de desacuerdo. Desde 2011, sin embargo, padre y madre deben acordar antes y de forma obligatoria en qué orden dispondrán los apellidos de su descendencia.

Mi hija nació en 2012, un año después de esta reforma. Con esta inocencia conmutativa flotando sobre nuestras cabezas, mi marido y yo le pusimos primero mi apellido. Cada vez que surgía la cuestión durante el embarazo, quedaba claro que a ambos nos ilusionaba que la niña llevara nuestro apellido en primer lugar y no acabábamos de tomar la decisión definitiva. Días después del nacimiento, él vino del Registro Civil diciendo que finalmente le había puesto primero mi apellido. “Qué menos”, dijo. Nueve meses de embarazo y un parto habían desequilibrado aquella ilusión equivalente. Aquel fue un gesto precioso, un momento íntimo de nuestra recién estrenada familia. Fue un regalo de maternidad y yo me sentí agradecida por su reconocimiento.

Fue solo con el paso del tiempo cuando empecé a recibir opiniones y contraste no buscado en relación con la cuestión de los apellidos. Me encontré respondiendo a la misma pregunta una y otra vez. “¿Por qué?”, me preguntaban. “¿Por qué le has puesto tu apellido primero?”. En este tiempo, de hecho, los más osados me han llegado a preguntar también si soy madre soltera o si estoy divorciada.

El nombre que nos dan al nacer y los apellidos que recibimos forman parte de nuestra vida, y contribuyen a la creación de nuestra identidad y nuestra propia historia. Nos vinculan con nuestros progenitores y líneas genealógicas y son, en definitiva, parte de nuestro patrimonio personal. Es por eso que identidad y persona sitúan esta cuestión en un terreno muy privado. Quizá, por ello, en su momento me sorprendía tanto aquella pregunta abierta e incansable: ¿Por qué?”. Y quizá por ello yo no devolvía la pregunta: “¿Y tú por qué no le has puesto primero el apellido materno?”. Mi respuesta era, en su lugar, algo sencillo: “¿Y por qué no?”

A medida que la noticia se extendió más allá de mi circulo personal, tuve ocasión de toparme con gente que no solo preguntaba con abierto descaro, sino que añadía a la suma un lenguaje no verbal en el que se podía entrever un halo que me cuesta definir con precisión. Una mezcla de reproche, desconfianza, o incomodidad, quizá. Estas madres modernas de hoy…

En otro orden de cosas, pero no alejado del objeto de este post, cuando la niña nació decidimos no ponerle pendientes. Decisión que también generó preguntas. Sin ahondar en la cuestión de la construcción cultural ni de los estereotipos, a mi modo de ver, la estética, el credo o la ideología de mis hijos, son y serán cosa suya. Por muy hijos míos que sean. Soy madre con mis errores y aciertos. Acompaño, doy ejemplo, aun sin querer, y tengo una gigantesca responsabilidad, pero los pendientes…, los pendientes son y serán cosa suya.

De la misma manera que una aprende a ser madre con la experiencia, aprende a ser feminista con vivencias cotidianas como éstas. De forma que lo que en su día fue un momento privado en una a habitación de hospital, ha ido ganando progresivamente en importancia, conciencia y activismo, hasta convertirse en un gesto de valor público.

Hoy día, me siento afortunada de que la decisión que tomamos en su momento, del nivel de cohesión con mi pareja que la hizo posible, del ejemplo que con ello damos a nuestra hija e hijo. Porque mientras construimos esa sociedad igualitaria, ellos crecen en una familia igualitaria. O eso intentamos.

Las mujeres debemos hacer uso de nuestros derechos y recorrer convencidas este camino. Cierto que son muchos los frentes abiertos, pero, por fortuna, algunos de ellos están en nuestra mano. Como dice Noemí Pastor sobre las resistencias al lenguaje feminista “si quiero trabajar por la igualdad, tendré que hacerlo también en mi terreno, también en mi casa”.

De modo que, el orden de los factores, a veces sí altera el producto. Y mucho. Porque alterar el orden de ciertas cosas, altera algunas miradas. Y solo con nuevas miradas, podremos llegar a nuevos lugares.

Feminización

mayo 8, 2018 en Miradas invitadas

Herminia Luque es escritora y profesora de Historia. Ha publicado las novelas Amar tanta belleza (Premio Málaga de Novela 2015), Bitácora de Poseidón (2010), El códice purpúreo (2011) y Al sur de la nada (2013). Asimismo su ensayo Siempre guapa. El imperativo estético en la sociedad contemporánea fue premiado por la Diputación de Almería en 2014. Su texto O Gorgo o Cinisca. Teoría feminista y deporte ha sido incluido en el libro Coordenadas. Pensar la sociedad en clave feminista (Málaga, Fundación Málaga, 2017).

En 2017 participó en el evento TEDxPlazaDeLaMercedWomen con una charla titulada Feminismo con h. Forma parte del Seminario de Estudios Interdisciplinarios de la Mujer de la Universidad de Málaga.

En una entrevista radiofónica[1], la escritora Cristina Consuegra (a propósito de la publicación del libro colectivo Coordenadas. Pensar la sociedad en clave feminista del que precisamente es ella la coordinadora), hizo una apelación  a la necesidad del conocimiento, de la lectura y el saber como elementos imprescindibles en la causa del feminismo.

En efecto, necesitamos pensar el feminismo. No en vano el feminismo es, en palabras de la filósofa Amelia Valcárcel[2], una teoría; una agenda también (es decir, cosas que hay que transformar o cuestiones novedosas a las que hay que enfrentarse), pero cronológicamente primero es una teoría, o sea, un acto de pensamiento.

Y pensar es poner nombre a las cosas. Necesitamos, por tanto, las palabras. Porque las palabras iluminan realidades, conceptualizan (es decir, resumen, abstraen, sacan el jugo de las cosas); son proyectos (acciones para el futuro, caminos por los que transitar); son, de igual modo, esperanza y brújula para transitar construyendo esos mismos caminos. Las palabras son el medio perfecto para comunicarnos, para unir abstracciones y realidades.

En la causa histórica de las mujeres o feminismo han ido apareciendo una serie de palabras cruciales para su propio desarrollo, empezando por la propia palabra feminismo. Pero también otras que nos remiten a un momento histórico o a realidades o aspiraciones concretas como sufragismo, patriarcado o género, que de simple categoría gramatical, pasa a denominar la construcción cultural de la feminidad (o qué entiende una sociedad por ser mujer).

También se han creado expresiones enormemente significativas relacionando palabras comunes, no asociadas en principio a las mujeres o al feminismo. Por ejemplo, “techo” y “cristal”, “vientres” y “alquiler”, que en los sintagmas “techo de cristal” y “vientres de alquiler” son descriptores de realidades e implícitamente llevan consigo poderosos elementos de crítica.

La profesora de Sociología del Género Rosa Cobo ha afirmado de un modo contundente que el arma del feminismo es la palabra. La violencia  siempre estuvo fuera del feminismo, al tiempo que “la persuasión intelectual y la presión política pacífica fueron sus herramientas fundamentales”.[3]

Desde estas líneas, yo propongo, no una palabra nueva, sino llenar con un contenido semántico distinto una ya existente. Se trata de la palabra “feminización”. Ordinariamente se habla de “feminización de la pobreza” o “feminización” de determinadas profesiones (como las sanitarias o la educación), aludiendo con ello al incremento o la existencia en porcentajes elevados de mujeres en los conceptos aludidos. Yo sugiero dejar de lado este significado estrecho y limitante para convertir la palabra Feminización (con mayúscula) en una categoría histórica. Así Feminización sería un movimiento cultural (como Ilustración, Reforma, Renaixença) que  tendría su origen en determinados países de Europa Occidental, entre ellos España, en la segunda década del siglo XXI. Esta fecha supondría, no solo un inicio, sino un punto de inflexión, un punto de no retorno en el proceso iniciado. Podríamos definir Feminización:

-En sentido amplio, como un proceso imparable de participación por parte de las mujeres en la sociedad en idéntico porcentaje al que le corresponde numéricamente en cuanto población, en todos y cada uno de los aspectos de la vida pública, la producción económica y los bienes culturales (educación, trabajo, política, poder económico, influencia cultural, creación artística, científica y literaria, medios de comunicación), con todas sus potencialidades, sin las restricciones, minusvaloraciones, descalificaciones o exclusiones a las que tradicionalmente se las había sometido.

Dicha participación vendría acompañada de una creciente conciencia de la dimensión del fenómeno, sus implicaciones y sus raíces (qué ha significado, qué significa la exclusión de las mujeres, la desigualdad en el acceso a los bienes, sean de la índole que sean, en razón del sexo). Lo que se traduce en una movilización social cuyos ejemplos más significativos serían las acciones reivindicativas o el activismo en la red. En este sentido, la huelga feminista (organizada por la Comisión 8 de marzo y apoyada por más de trescientas organizaciones) y las manifestaciones que hubo en España el 8 de marzo de 2018 son paradigmáticas.

-En sentido restrictivo, Feminización serían las aportaciones teóricas, literarias, artísticas, científicas, políticas y legislativas de las mujeres en esta centuria, del mismo modo que la Ilustración (el movimiento que hace del pensamiento y de la actitud crítica su razón de ser), es la suma de las producciones intelectuales de filósofos, escritores, científicos, creadores en suma, que buscan trascender, con su obra, un orden social injusto y un horizonte intelectual y político demediado, renuente a la libertad de acción y de pensamiento.

La Feminización tendría una dimensión ética innegable, que nacería de una vocación universal humanista, es decir, que pone en el centro de sus preocupaciones al ser humano, partiendo de la concepción de este como poseedor de derechos individuales imprescriptibles e intransferibles, sin que quepan componendas en este sentido, es decir, distorsiones por mor de tradiciones culturales lesivas para las mujeres.

Aspectos similares estarían presentes tanto en Ilustración y Feminización, como la apelación al conocimiento racional y la dimensión utópica, si bien los medios tecnológicos y los desarrollos sociales difieren notablemente. Pues si la Ilustración surge en un contexto de Antiguo Régimen (sociedad estamental, poder regio absoluto, omnipresencia de la religión cristiana), el contexto histórico de la Feminización es una Edad Global en la que los retos tienen asimismo una dimensión global y se habría entrado ya (a decir de las ciencias de la Naturaleza) en el Antropoceno, o era determinada por la acción transformadora y destructiva en idéntico grado del ser humano. De igual modo, las potencialidades de la Humanidad, amplificadas por los desarrollos tecnológicos (muy especialmente en los campos del almacenamiento, el tratamiento y la difusión de la información), abrirían caminos inéditos y esperanzadores.

Esta es mi propuesta: Feminización como una nueva Ilustración con protagonismo femenino;  como movimiento cultural y social transformador con las mujeres como protagonistas. Feminización como una Neoilustración. La Ilustración que no tuvieron las mujeres, la que está por hacer: la que estamos haciendo.

 

[1] La entrevista fue realizada por Laura Barrachina para  Radio 3 en el programa Efecto Döppler y se emitió el 7 de marzo de 2018. Aparte de Cristina Consuegra, fueron entrevistadas Concepción Cascajosa, Isabel Guerrero y María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional de España, todas ellas autoras  de artículos insertos en el libro Coordenadas. Pensar la sociedad en clave feminista (Málaga,  Fundación Málaga, 2018).

[2] Afirmaciones que recojo de la conferencia pronunciada por Amelia Valcárcel en la sede del Rectorado de la Universidad de Málaga el 29 de marzo de 2017.

[3] Cf.  El artículo de Rosa Cobo, Individualidad y crisis de la identidad femenina.  Revista ex æquo, n.º 22, 2010, pp. 129-145. http://www.scielo.mec.pt/pdf/aeq/n22/n22a11.pdf; consultado el 21 de marzo de 2018 a las 6:50 horas.  Imprescindible el libro de esta autora  La prostitución en el corazón del capitalismo (Libros de la Catarata, 2017).

 

5 años golpeando techos de cristal / 5 urte jo eta jo kristalezko sapaien kontra

mayo 3, 2018 en Doce Miradas

Tenemos los pulmones llenos de aire fresco, el latido de nuestro blog es intenso y queremos celebrarlo contigo. ¿Paradoja? Que estamos preparando un aniversario en el que ¡habrá cadáveres! No podemos contar más. Tan solo necesitamos miradas amigas como la tuya para ayudarnos a enfocar el futuro. ¿Te atreves? En ese caso, reserva fecha (29 de mayo a las 17:30) y apúntate aquí (AFORO LIMITADO).